Un gol contra la impunidad

Escrito por el febrero 4, 2020

por Nazareno Roviello

Hace tres meses estallaba el conflicto social en Chile y miles de biografías personales se mezclaban entre los avatares de la vida cotidiana, el protagonismo de torcer el destino a los grandes poderes en un momento único de la historia y por supuesto de quienes también la cambian, mandando un balón al fondo de la red.

Catalina Carrillo, ex delantera del Santiago Morning y la selección chilena de fútbol, estaba en los primeros días de octubre preparándose para conquistar un sueño, aunque sin saberlo iba a conquistar otros. Jugaba la tan preciada Copa Libertadores, la más importante del continente y su concentración estaba en la competencia. En el vuelo de ida,  ella y sus compañeras estaban preparadas para dar lo mejor y ganar. Ese mismo mes, fue el que cambió su vida para siempre, la de ella, y la de todos los demás.

Cuando llegaron a Ecuador, vieron el conflicto de ese país andino, el más norteño y alejado de todos, pero con un movimiento indígena que irrumpió igual de fuerte, gritando el hartazgo por el gobierno del Lenin Moreno y los planes del FMI.

No sabían sí el campeonato se iba a jugar o a interrumpir en cualquier momento. En una larga charla, Catalina nos cuenta, qué se siente ser protagonista de este momento Histórico.

Cata: “Fue super difícil, estábamos allá y nos tocó presenciar el día más duro en la crisis política. Fue súper violento todo lo que tuvimos que vivir, no sabíamos lo que iba a pasar y cuando estábamos en plena copa, nos dimos cuenta de la revolución que se generó con los estudiantes y la posterior reacción del gobierno, fue super shockeante”

Así nos relataba los primeros momentos en Ecuador, donde crecía la tensión del conflicto en ambos países. Lejos de su familia y en un mar de incertidumbre la pelota y sus mentes rodaba. 

“Nosotras teníamos contacto con las familias, nadie sabía la dimensión de lo que estaba pasando, fue super duro el golpe psicológico frente a esta situación, pero hablamos entre nosotras para dar lo mejor, por toda la gente que estaba peleando en ese momento, más allá de lo duro de la situación, nosotras lo dimos todo en la cancha y eso nos hace estar tranquilas”.

Generación, conciencia y responsabilidad

Nadie más que ellas sabrán cuánto influenció la situación política, lo cierto es que quedaron afuera frente al campeón Corinthians y regresaron a casa en un octubre rojo. Mientras que en Quito se jugaban las semifinales, apenas llegada a casa, Catalina comenzó a manifestarse y participó de “La marcha del millón”.

“Fue súper bonito, había mucha gente, familias, adultos mayores, niñes, todo un pueblo unido de manera pacífica, pero sin embargo la respuesta de los carabineros fue violenta. A pesar de que todos estábamos de manera pacífica, comenzaron a disparar y tuve que escapar de donde estaba. Es super violento tener que escapar de un momento a otro de un espacio público, donde había juegos y familias, fue más shockeante aún vivirlo de lo que nos habían contado y es terrible tener que pasar por esa situación”.

Esta joven, mientras vela por su seguridad e integridad física, lejos de acobardarse fue redoblando su coraje y sus convicciones con el pasar de las horas y los días.

Eso que le iba sucediendo al pueblo chileno, cada vez que se encontraba con sus pares y se daban cuenta de que estaban unidos, de que la cultura de la competencia moría y mientras que a algunos les quitaban los ojos, eran millones los que se veían.

“Al otro día volví a ir a la marcha y también, siempre hay actos de represión, uno no se explica y no entiende porque reaccionan así con la gente, sí solo se están manifestando y están de manera pacífica en la calle. Entonces claro, cuando comienza la represión por parte de carabineros la gente se enoja, otros se oponen y les responden con violencia, otros que no se quieren ir del lugar y así la gente tiene diferentes maneras de reaccionar. Pero todo es súper complejo porque cuando tiran las lacrimógenas es super toxico y es super fuerte que te esten tirando eso y nosotros estamos con cacerolas y cucharas de palo, es muy inconsecuente”.

El sentir de Catalina se repitió en estos dos meses durante todos los canales de televisión donde los manifestantes irrumpieron para dar su testimonio en contra de la campaña del miedo de los grandes multimedios y la guerra declarada por parte de un presidente. 

Una generación de jóvenes que todos vimos venir, menos aquellos que están alejados del pueblo, quizás comiendo pizza, mientras todo se prende.

“Creo que las  nuevas generaciones han tomado un rol súper importante, los nuevos artistas, deportistas, sacan la voz, se atreven a decir lo que está pasando y también se hacen cargo de la responsabilidad social que tenemos, es super importante hacer eso. 

«Es importante transparentar ciertas situaciones que acá no se están mostrando, porque muchas veces los medios  y los canales de televisión muestran solo una versión de las cosas. Es muy importante no envenenar al pueblo y a todas las personas, es super dificil sí solo muestran actos de violencia cuando en realidad hay una fiesta pacífica de gente que se está manifestando. Creo que todos tenemos que usar nuestros medios para potenciar este movimiento que existe, todos estamos luchando por algo justo”.

Imposible no asombrarse con la voz de un pueblo sediento de dignidad. La impronta cultural, el arraigo quizás silencioso para una mayoría que desconoce lo que ha sucedido en las calles durante los últimos 30 años. Parece que fue silencio, pero no lo fue. Fueron gritos disimulados, los conciertos de mil guitarras, los homenajes a Violeta. Las palabras más crudas y amorosas de Pedro Lemebel.  Todo fue creciendo como siempre, al costado de los ojos de los que todo creen ver y saber. 

Un balón rebelde ante la desigualdad

Pero lo bueno de la grasa y la pobreza, es que también es como el agua y se filtra por todos los rincones. Tanto es así, que hasta sorprenden los futbolistas cuando toman decisión políticas que acompañan con sus declaraciones, también siendo ejemplo en el continente, en un momento, vale insistir nuevamente, histórico. 

Sobre eso charlabamos con Catalina y nos decía: 

“Creo que esta super bien porque el fútbol muchas veces es utilizado por el Estado como una aspirina o como un remedio barato en el cual la gente se atrapa. Por su alcance social, tan fuerte muchas veces se olvidan los problemas sociales. Pero los jugadores de fútbol, somos personas, también tenemos familias y derechos. Me parece super consecuente y empático la decisión que tomaron cuando dijeron desde el sindicato que los jugadores no se prestaban para que vuelva el fútbol masculino. Es quizás también una respuesta al gobierno, que quizás estaban esperando que vuelva para usarlo como distracción, como siempre lo han hecho. Pero hoy, ya no se grita más fuerte un gol que una injusticia, como pasó siempre. Eso está siendo totalmente diferente, esto es super grande y quizás tiene a todos impresionados porque tal vez nadie dimensionada la fuerza que tiene el pueblo y hoy se está viendo”.

Aunque Santiago Morning haya jugado la Libertadores, y que Catalina sea una protagonista del fútbol actual, en el equipo campeón de la liga, por supuesto que su protagonismo no el mismo de quienes dan los testimonios que la tele va a buscar.  Alejada solo por ahora de la fama, hablamos con ella sobre la desigualdad en fútbol. 

“Personalmente estoy en un club que nos respalda y nos avala, pero la realidad del fútbol femenino es otra, hay clubes que no tienen los medios básicos para realizar la actividad, que no tienen cancha, que entrenan una vez a la semana, que tienen que pagar por participar. Entonces eso está súper mal, necesitamos un poco más de igualdad y digo un poco, porque de igual no tenemos nada, nosotras tenemos que luchar por todo y es súper desigual. Nosotras luchamos por jugar en estadios, siendo que los estadios están ahí. Son cosas super insólitas pero que nosotras vivimos día a día. Hay clubes que no pueden entrenar más, que no tienen cuerpo técnico como corresponde, otros no tienen  kinesiólogos, preparadores físicos o entrenadores de calidad y eso es súper importante porque si queremos el crecimiento del fútbol femenino, necesitamos las mejores herramientas y todos los medios para poder realizarlo.

«A nosotras nos respaldaron y los resultados se están viendo, ¿entonces porque los otros no hacen lo mismo? A ponerle lucas al tema del fútbol femenino y decir: Estamos acá con ustedes y que las chiquillas puedan hacer algo. No puede ser que tres equipos estén para jugar campeonatos internacionales y el resto de los equipos estén en una media super bajo porque no los respaldan desde el mismo club y eso también es super violento. Que haya tanta diferencia entre las ramas porque una sea femenina y la otra masculina. Ojalá esta revolución nos ayude a nosotras a romper ciertas barreras que existen dentro de nuestro deporte y las mujeres en el deporte, no solo el fútbol femenino tiene poco fomento. Ojalá no haya más desigualdad, en ningún ámbito, ni en el fútbol, ni en la educación ni en nada”.

Sobran las palabras y la claridad de esta joven que representa a una generación que tienen las cosas claras. De sangre Mapuche y con sus ideales en alto, viene realizando junto a sus compañeras desde hace varias semanas jornadas de fútbol femenino y kick boxing.

Se la veía con su bandera mapuche, la Wenufoye, caminando entre la gente. Ese día no solo era importante por los sucesos, sino también por su propia historia, era el cumpleaños de su abuela mapuche y no podía no usar la bandera. Quizás el llevarla en la espalda es sin querer queriendo una manera de saber y hacer ver, que es lo que llevamos con nosotros. 

Si hablamos de desigualdad, hablamos de la masacre al pueblo Mapuche, hablamos de Chile, el país más desigual de América Latina y sobre los deseos y el país, Cata nos contaba:

“Son muchas cosas la verdad las que están mal, pero me gustaría que se priorizara la salud pública y la educación, que se acabe con las AFP, que haya leyes que velen por las personas y no por las instituciones, porque lo único que lograron es que la gente quede a la deriva. Necesitamos una salud buena, de calidad y que la gente no se muera esperando, una ley del cancer. Todo esto se puede solucionar con el plebiscito y una nueva constitución. Los demás temas son tangibles para el gobierno, el transporte, que no suban tanto los precios, los bajos sueldos, está en sus manos hacer algo, pero ojalá resulte la nueva constitución, están las maneras y los plebiscitos son del pueblo para el pueblo”.

Catalina tiene más claridad que cualquier comunicador de TV. No necesitó estudiar comunicación para saber  lo que pasa y no solo ver su vida, sino todo lo que la rodea. Una futbolista con los pies en el barro y el grito en el cielo.  Ella como muchas personas más, desde hace dos meses vienen jugando el partido de sus vidas y aunque suene a poco, lo único que quieren hacer, es vivir dignamente. Ganarle alguna vez, aunque sea por un gol, a la impunidad

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