Marita Mata: «Hacer radio comunitaria es andar en amores con el pueblo»

Escrito por el abril 15, 2024

Marita Mata representa un aporte obligado para entender la brújula de la radio comunitaria en Latinoamérica y el mundo. Hoy se desempeña como docente de la Universidad Nacional de Córdoba y desde una silla principal en el Primer Congreso Latinoamericano de Medios Universitarios nos orientó en la comunicación comunitaria como disciplina y como forma de vida.

Por Kike Ortega y Fresia Ramírez

Marita Mata

En un mundo donde la Radio comunitaria tiene el lugar que merece, no es necesario explicar quién es Marita Mata. Sin embargo el calor de la realidad nos obliga a presentarla: María Cristina Mata nació en Argentina, se tituló  en Literaturas Modernas en la Universidad de Córdoba y es una amante de la comunicación popular latinoamericana que ha volcado su vida a una profunda investigación de los retos, narrativas y quehaceres del ejercicio de la radio. Fue directora para el Cono Sur de la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social y aconseja al área de investigación de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica ALER.

Un relato vivo que expuso en el Primer Congreso Latinoamericano de Medios Universitarios respecto a cinco lugares donde la radio vive y respira. En el lugar también la autora valoró el espacio, el encuentro de diálogos en contextos de regresión democrática y de amenazas desde el poder hacia la libertad de expresión, con la urgencia de repensar lo público como espacio fundamental.

Marita se permite hablar de la radio otra, de la que lleva mil apellidos; comunitaria, popular, alternativa, educativa, participativa, ciudadana,  que desde mediados del siglo pasado se ha desarrollado por diversas razones en múltiples espacios y territorios, alojando un universo de discursos subalternos. Miles de razones les han dado origen a través de la historia. Sin embargo hay dos condiciones para reconocer a una radio popular: 

  • Que se exprese la voluntad de un colectivo de subvertir el orden establecido como matriz de injusticia estructural y de opresión.
  • El convencimiento de que ninguna transformación social es posible si no se enfrenta la construcción restringida del espacio público, evidencia de que la desigualdad social se expresa en la invisibilización de la voz del otro y otra, restringiendo la construcción del espacio público silenciando palabras y voces, disciplinando cuerpos e ideas, etc. Y evidenciando la desinformación y manipulación de la información como arma fundamental de los grupos de poder, para hacer parecer natural, el orden injusto.

Por ello, la radio radio cariñosa y amistosa, cercana y educadora, que creció desde el Estado, fue pensada por diversos grupos como una posibilidad, posibilidad de ampliar sus capacidades políticas y discursivas.

Marita Mata

Marita Mata en el Primer Congreso Latinoamericano de Medios Universitarios.

Le dejo este mensaje a todas las radios populares que quieran escucharlo, vamos a hacer un llamado desde acá. Le toca hoy a mi juicio a las radios populares seguir enseñándonos modos renovados de ser el contrapeso del vozarrón autoritario, multiplicando aunque sea pequeñas voces o balbuceos. Ellas tienen que seguir enseñándonos. – Marita Mata.

Y en la necesidad del contrapeso en la disputa narrativa, han nacido medios de la mano de luchas simbólicas. En el espacio Marita lleva consigo una mochila con conceptos que quiso compartir, sin perjuicio de llevarlos a discusión. Por lo mismo apoya sus afirmaciones en diferentes actores en torno a la radio, una de ellas Mónica Valdés, de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias.

«Grandes y pequeñas emisoras nacieron para ser un contrapeso en la disputa narrativa, que es parte de las luchas por la hegemonía cultural y política».

O de las reflexiones de Claudia Villamayor, docente de la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad de Quilmes, «militante y académica de la radio popular por excelencia». 

 “Estas radios nacieron para levantarse contra el vozarrón del mercado. Contra el vozarrón del dominador donde se pronuncian -dice ella- palabras ligadas a las necesidades de derechos y demandas».

Esta voluntad que está presente en todas las radios populares, se encarna en miles de formas, de ahí su gran heterogeneidad. «Es difícil y hasta empobrecedor pretender caracterizarlas o hacer su historia en un espacio como el que tenemos, así que yo no voy a hacer eso. Lo que voy a hacer es compartir con ustedes algunas marcas que a mi juicio son distintivas de esas emisoras porque se han mantenido a lo largo de su vida sorteando todas las transformaciones sociales y tecnológicas que se han producido desde mediados del siglo pasado hasta ahora», introdujo la investigadora a las cinco frases para iniciar el debate, que enumeramos a continuación.

Marcas / Conceptos  que distinguen a la radio comunitaria

No hay dos grillas iguales aunque lo parezcan

Cada identidad radial es única, y se construye de múltiples mediaciones culturales presentes en las comunidades, las parrillas deben reflejar a sus comunidades y eso delimita muy bien la resignificación colectiva

No sirve la formación adocenada que incluye manuales con recetas para todos. No es lo mismo lo que se produce ya que cada radio suena distinta, aunque pase los mismos programas. Eso ya que existe una huella de pertenencia a una comunidad que debe quedar estampada en la programación: es ahí donde encontramos ese ADN.

«La radio no es un proyecto autónomo, sino un proyecto que es parte de ciertas prácticas sociales y políticas.»

Lo que nos hace conversar es la palabra del otro

La búsqueda del diálogo está al centro de la comunicación popular. Quien oye también es un ser que habla. Ese hablar del otro -ese hablar individual y colectivo- es lo que mueve a los que hacen radio popular a hacer comunicación. La radio popular busca hacer hablar al oyente, lo que mueve la palabra de la radio es generar la palabra en el otro. La radio se vuelve puente, canal de muchas otras palabras.

Lo que nos hace conversar es la palabra del otro – Frase de Gastón Montells / Ernesto Lamas

Es la palabra del otro la que motiva al comunicador popular. Sin la voz del otro, que es identidad, cultura, saberes, sueños, no hay radio popular. Puede haber radio progresista, radio bien intencionada, radio comprometida, pero  carecerá de esta maca fundante de lo popular, comunitario y alternativo que es su definición desde la dialoguicidad, que es asumir una función mediadora. Esos diálogos situados, las conversaciones nos llevan al siguiente título:  

Lo Local y propio como bandera

Al advertir esta fuerte inserción de las radios populares, en tiempos de globalización y homogeneización del mundo, se quedan con un gran capital: el ámbito de lo local. Concepto que es tan punto de encuentro como punto de arraigo y de lo lejano, que al llegar deja de ser dato irrelevante y se vuelve información comprensible.

Pero lo local no es sólo una coordenada en el mapa que nos indica una comuna, pueblo o provincia. Además de lo local, es lo propio: la conversación, la sonoridad, el chisme, la agenda moral de cada comunidad. Sino que es un valioso diferencial en los tiempos actuales.

Y aquí entra la identidad, parte inevitable desde que la historia comienza a escribirse. En este caso, desde el sonido nos damos cuenta de ella: las radios populares suenan distinto porque se está produciendo otra cultura.

Marita Mata

La radio es lo que pasa afuera de la radio

«La radio es lo que pasa afuera de la radio». Esta frase nació de los pulmones de Olga Castro, parte de Radio Encuentro de Viedma, capital de la Provincia de Río Negro. La pronunció refiriéndose a la personalidad de su radio sin embargo para Mata esta oración es transversal a lo que conocemos como radio comunitaria. 

La radio se piensa a sí misma como una red mayor. Se piensan en una trama que se teje con organizaciones, instituciones, grupos, otros medios, con los que se comparten visiones y sueños. En esa trama la radio es canal informativo, amplificador de voces y soporte de acciones colectivas. Pero hay algo más: las radios en esa trama son dinamizadoras de procesos políticos-culturales con quienes no la escuchan. La radio popular también trabaja con quienes no son sus oyentes.

Las radios asumen su rol también interpelando a la ciudadanía y las diversas enseñanzas dan a conocer los modos renovados que estos actores han tomado en Latinoamérica.

La radio debe andar en amores con su pueblo

Andrés Hertz, belga latinoamericano fue director de Radio Enriquillo de República Dominicana. En su rol dio la bienvenida en un aniversario más de la radio, pronunciando una frase que quedó en la sien de Marita, y ahora en la nuestra:

«La radio popular debe andar en amores con su pueblo».

Con ello Hertz buscaba retratar la relación de la radio con su comunidad y abre la puerta a una relación fortalecida: la radio popular debe andar en amores con su pueblo, debe sufrir y alegrarse con su comunidad, un medio amado, que discute, nunca complaciente tampoco. «Para mí esa expresión condensa un modo de ser de la radio popular. Estar en amores con el pueblo es mucho más que ser escuchada o utilizada como canal para expresarse. Es estar en medio de la gente en las buenas y en las malas».

Como las radios comunitarias argentinas durante la pandemia, que fueron las que más se pusieron al servicio de procesos educativos. O cómo lo hizo Radio Progreso en Honduras el 2009, que aún siendo destruída por los militares fue la que permitió que se supiera lo que pasaba. Estar en amores con el pueblo es lo que hace Radio Sur, en Córdoba al acompañar la celebración religiosa de la comunidad boliviana cada año. 

Estar en amores con el pueblo, enredarse con él, no ser ni más ni menos. Es buscar juntos los medios de hacer llevadero el día a día. Es ponerle sonido y sentido a la vida en común y también es abrir las puertas a que llegue gente a como si la emisora fuera la casa de todas y todos y es salir puertas afuera para que todos y todas puedan interactuar a través de ella.

Las emisoras populares son un modo de rehacer radio que enriquece y complejiza el hacer radiodifusión. Estas radios subvierten los cánones, proponen un modo de comprometerse social y políticamente. Este modo no es perfecto ni exento de errores, no es tampoco necesariamente exitoso. Sin embargo, son fundamentales para la democratización de la comunicación y la garantía del derecho a la información.

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