Víctor Jara: Cronista de nuestros tiempos

Escrito por el septiembre 27, 2018

Actor, director teatral, director musical, compositor e intérprete. Padre, hombre de trabajo, esposo, amigo y activista. Esto y más fue Víctor Jara, un hombre versátil asesinado a manos de la dictadura y cuyo legado permanece y perdura en el tiempo. A 45 años de su muerte, artistas nacionales lo conmemorarán en un nuevo aniversario de su nacimiento con el Concierto Homenaje el próximo 28 de septiembre. Conversamos con Jorge Coulón, Pascuala Ilabaca y Magdalena Matthey en la antesala de este evento.

Por Gabriela Acuña, Valentina Cuello, Jocelyn Jara

De origen campesino, Víctor Lidio Jara Martínez nació un miércoles 28 de septiembre de 1932 cerca del poblado de La Quiriquina,  ubicado en la actual región de Ñuble. Víctor fue el menor de seis hermanos y junto a su familia vivió en un antiguo caserío a doce kilómetros de Chillán Viejo, donde ayudaba a su padre a trabajar. La familia Jara Martínez vivía en condiciones mínimas, algo que Víctor siempre reconoció y que describió con anécdotas, por ejemplo, cuando relataba que las pocas veces que comían carne era toda una fiesta.

Víctor era hijo de Manuel Jara, campesino que no tuvo interés en que sus niños se educaran pues creía que debían seguir sus pasos del trabajo temprano, y de Amanda Martínez, cantora popular que insistió siempre en instruir en el saber a sus pequeños.

Luego del abandono del padre, Amanda se mudó con sus hijos a Santiago, donde envió a Víctor y a su hermano Eduardo al liceo católico Ruiz- Tagle. En su momento, el menor de los Jara pensó en ser sacerdote, de hecho estuvo en el seminario un tiempo, sin embargo su afición por las artes se impuso y lo llevó a ingresar al coro de la Universidad de Chile, para luego estudiar Teatro en la misma institución, de donde se graduaría para ser un connotado director.

Sus primeros pasos en la música

Mientras ejercía sus estudios, se inició como folclorista en el Conjunto Cuncumén, sin saber la trascendencia que tendría su entrada al arte musical. En esta agrupación se tocaba y cantaba música de la zona centro representada por huasos fornidos, dueños de caballos y con grandes espuelas, estilo que, tras la insistencia de Víctor, se transformó en gañán, dejando atrás la altanería del patrón por la sencillez del peón. Al tiempo después dejó al grupo y emprendió camino como solista.

El artista amplió su espacio en la Nueva Canción Chilena cantando en la Peña de los Parra. Para él, esta corriente  tuvo un origen marcado por Violeta Parra y respecto a ello explicó en la televisión peruana en 1973 que “nosotros sentimos (un grupo de compositores) que ese era el  camino que la canción debería tomar en nuestro país. Es decir, un grupo de gente que pensaba que ya basta de música extranjerizante o de música que no nos ayuda a vivir, que no nos dice nada, que nos entretiene un momento y que nos deja tan huecos como siempre y comenzamos a hacer este tipo de canción y justo en el momento cuando los trabajadores en mi país empiezan a unirse, lo que pronto se llamaría Unidad Popular, la que obtuvo el éxito que sabemos en el año ‘70. Así que fue una canción que surgió de la necesidad total del movimiento social en Chile. No fue una canción aparte. Violeta marcó el camino y por ahí seguimos. Ahora la Canción Nueva en Chile es prácticamente el lenguaje del pueblo y de la juventud”.

El músico y miembro fundador del grupo chileno Inti IllimaniJorge Coulón, quien compartió la música con Víctor Jara, identificó los factores que cree influenciaron en el legado que éste dejó por medio de la Nueva Canción Chilena en la cultura popular, declarando que su aporte se vio determinado en parte por los Parra.

Desde luego (por) el legado de Violeta Parra, la misma militancia social y política de Víctor y también creo que una intuición artística súper fuerte del artista como cronista de su época y no sólo de eso, también de su clase social y de ser la voz de quienes no tienen voz.

Víctor se convierte en una figura renombrada de este género musical, y es invitado a conformar parte del grupo Quilapayún como director artístico, lo que trajo para el grupo nuevas disciplinas y despliegues escénicos que hasta hoy conservan en sus presentaciones. Con este mismo conjunto participó del Primer Festival de la Nueva Canción Chilena organizado por la Vicerrectoría de la Universidad Católica de Chile en 1969, obteniendo el primer lugar con la canción “Plegaria a un labrador”, tema que combina la religión con la lucha y que, en su momento, fue calificada por  El Mercurio como “explosiva”. Además, fue colaborador musical del grupo Inti Illimani, grupo al que admiraba por sus influencias andinas.

El sueño de Víctor

Participó activamente en la campaña presidencial de Salvador Allende y posterior al triunfo del candidato, fue nombrado embajador de Cultura.

Paralelamente, en su militancia por las Juventudes Comunistas, Víctor dirigió distintos actos masivos culturales, principalmente en el año 1972, tales como la celebración de los 50 años del Partido Comunista en Chile, el séptimo congreso de las Juventudes Comunistas y un homenaje a Pablo Neruda por ganar el Premio Nobel de Literatura. Tras el último, Víctor reflexionó sobre cómo el arte debía llegar a todos los rincones de Chile y ser hecho por y para el pueblo.

La también cantautora chilena, Pascuala Ilabaca, se refirió a la especial influencia que Víctor Jara y Violeta Parra tienen en su trabajo.

 

“Víctor siempre ha sido una guía, tanto él como Violeta Parra, por una parte en esa búsqueda de la identidad chilena. Víctor y Violeta están ahí para mostrarnos tangiblemente cuál es la identidad chilena. Por otro lado, a veces me cuestiono cuando no he tenido el espacio que quiero en radios, o en programación de festivales connotados. No he sido tomada en cuenta. En esos momentos, siempre he tenido como una estrella de Venus  a Víctor y a Violeta, pues ellos me indican que estoy en el camino correcto, los dos son como faros para mí y mi camino”.

El 12 de septiembre de 1973, Víctor fue detenido y llevado al Estadio Chile, centro de detención y tortura donde sufrió vejámenes durante cuatro días y, finalmente, el 16 de septiembre de 1973 fue asesinado con 44 balazos.

Su cuerpo fue abandonado en las cercanías del cementerio Metropolitano, teniendo que ser reconocido por su esposa, la bailarina y ex docente de la Universidad de Chile, Joan Turner, quien dio origen a la Fundación Víctor Jara en 1993, presidiéndola hasta hoy y dando una batalla constante por la memoria de su compañero y por los Derechos Humanos.

«Deja la vida volar»

La fundación ha logrado el presente año conmemorar la vida y obra de Víctor Jara en el Festival de Arte y Memoria (FAM). A casi medio siglo del asesinato del cantautor chileno, varios artistas nacionales dedicados a distintas disciplinas se han involucrado con la causa y serán parte del 24 al 30 de septiembre de exposiciones, obras teatrales y conciertos.

Así, músicos populares chilenos tales como Inti Illimani, Roberto Márquez, Pascuala Ilabaca, Manuel García, Magdalena Matthey, entre otros, se unirán en el Concierto Homenaje “Deja la vida volar” a realizarse el 28 de septiembre a las 21 horas en el Estadio Víctor Jara, ex Estadio Chile. El evento, que busca festejar un nuevo aniversario de su nacimiento, será conducido por la reconocida actriz Mariana Loyola y tendrá, además del acto de honor en nombre de Víctor Jara, un homenaje a Max Berrú, miembro fundador de Inti Illimani que falleció el 1 de mayo del presente año.


La cantautora y música chilena que se presentará en el acto homenaje, Magdalena Matthey, expresó que la memoria de Víctor es presente y futuro.

Su figura nunca va a morir. Su canto es totalmente contemporáneo, algo que se renueva en el tiempo, algo que en la historia siempre va a estar presente y que será tomado por las generaciones que vengan, lo que además es una gran responsabilidad para nosotros (los artistas) de permitir que Víctor siga viviendo.

Así, a casi medio siglo de la muerte del artista y a pesar de los intentos de la dictadura y sus simpatizantes por borrar su imagen y legado de la memoria colectiva, Víctor Jara permanece presente en la música, en el teatro, en la lucha y en todo lo que concierne a la cultura chilena

Para los artistas, mientras las voces canten su canto, Víctor seguirá viviendo, pues canto que ha sido valiente, siempre será canción nueva .

Revisa toda la programación del Festival de Arte y Memoria en la página www.famvictorjara.cl y sigue las novedades a través del hashtag #ConVíctorEnLaMemoria.

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