El pasado lunes fue publicado en el Diario Oficial el Decreto que oficializa la creación del Parque Nacional Desierto Florido, un anuncio del que renace la esperanza del cuidado de este fenómeno único en el mundo, que, por lástima, ya ha sufrido innumerables vulneraciones y daños. Pero, ante esta alegre noticia y pensando en la inmensidad del desierto más árido del mundo, también surge la interrogante: ¿Solo lo florido merece ser protegido en el Desierto de Atacama? 

Por Catalina Elías y Karina González

El 12 de junio fue publicado en el Diario Oficial el Decreto que oficializa la creación del Parque Nacional Desierto Florido, ubicado en la comuna y provincia de Copiapó y que posee una superficie total de 57.108,4 hectáreas. Este anuncio llega ocho meses después del anuncio realizado por el presidente Gabriel Boric de la creación del Parque Nacional Desierto Florido, en la Región de Atacama, en el que, junto a las autoridades que le acompañaban, reconoció una “deuda con la protección del Desierto Florido, pero en particular con la protección de Atacama”. 

De acuerdo con lo publicado en el Diario Oficial, el nuevo parque nacional busca preservar especies de flora y fauna nativa del lugar, controlar las amenazas a la biodiversidad y hábitats, “especialmente las relacionadas a presencia de especies domésticas y asilvestradas”. Además de “incentivar la participación de la sociedad  en la protección de la naturaleza, a través de la implementación de programas de interpretación y educación  ambiental, que favorezcan la valoración de este fenómeno como patrimonio natural del país”, especialmente de las comunas de Tierra Amarilla y Copiapó.

Desde este lunes, en un plazo de hasta 36 meses, la Corporación Nacional Forestal (CONAF) deberá elaborar el Plan de Manejo del Parque Nacional, que contenga las acciones pertinentes para hacer efectiva la protección y conservación del área.

Desierto Florido, un oasis en medio del camino 

El Desierto Florido se trata de una transformación increíble de aquellos paisajes desérticos que ocurren gracias a las características únicas del Desierto de Atacama, el más árido del mundo. En ese sentido, las miles de semillas que han estado a la espera de la caída de las escasas y bajas lluvias afloran bajo la luz del brillante y fuerte sol del norte de Chile, para convertirse en un campo de flores de tonalidades moradas, amarillas y blancas que cubre miles de hectáreas del desierto en la tercera región.  

El fenómeno natural se concentra en la zona costera de la Región de Atacama, en donde, germinan y florecen más de 200 especies de flores, las que vienen acompañadas de insectos y una inmensa diversidad de fauna. 

Clasificación de especies hasta el 2015 según art. 37 de la Ley 19.300 del MMA.

Su aparición está supeditada a las condiciones climáticas que se presenten en el Desierto de Atacama, según la cantidad de precipitaciones que se presenten entre los meses de mayo y junio. Por lo mismo, se registra cada siete años en promedio. 

Gracias a la humedad y condiciones lluviosas ocurridas en 2022, el fenómeno reapareció con una magnitud espectacular debido a la gran cantidad de diversidad de flores que llamaron la atención de cientos de turistas que llegaron a la zona para presenciar las cualidades de la naturaleza. Al respecto, se refirió la Dra. Cristina Dorador, ecologista microbiana en el Desierto de Atacama:

“Hay cosas muy específicas, como por ejemplo, la instalación de la semilla en determinado lugar y con un determinado viento. Son cuestiones muy específicas, pero a la vez tienen mucha relevancia para el Desierto Florido. De hecho, si ahora uno observa fotografías del Desierto Florido puede notar inmediatamente cuando en el pasado han pasado autos, porque se ve la marca del auto y en esa zona no crece nada porque ya hubo perturbación de la semilla. Entonces ahora que se va a crear el Parque Nacional, se debería incluir toda esta información en la parte legal”.

 

¿Por qué un parque nacional?

La valoración de los Parques Nacionales tiene relación con la existencia misma de éstos, ya que, tienen como objetivo impedir la menor alteración posible de los ecosistemas que albergan. Son Áreas de diversidad biológica que se consideran patrimonio de un país debido a la representación que entregan dichos fenómenos, flora y fauna para la cultura identitaria de una región, país o comunidad. 

Por otro lado, la preservación de los fenómenos naturales aumenta su valor en la medida que consideramos que sus aportes ante la crisis medioambiental no perdurarán en el tiempo si la sociedad no genera cambios con su relación con los ecosistemas. Así, las futuras generaciones crecerán con un entorno resquebrajado y corrompido, ante lo cual se hace necesario actuar con la creación de Parques Nacionales y educación ambiental.

 

 

Daños irreparables al Desierto Florido

A pesar de los esfuerzos de los y las científicas por evidenciar a través de investigaciones la importancia del ciclo natural del Desierto Florido, las políticas públicas han llegado después de una larga data de destrucciones y daños al fenómeno natural que no son perdonados por la naturaleza, pero sí por las reglamentaciones medioambientales. 

Todo esto a pesar que existe un excedente de normativa legal sobre la protección del Desierto Florido, leyes a través de las cuales se establecen los límites para la “la gestión del territorio a través de la protección, fiscalización, la educación ambiental, la investigación científica, la promoción y el ordenamiento de las actividades turísticas; estableciendo procedimientos y requisitos para la ejecución de las actividades antrópicas que se realizan en el territorio, ya sean en terrenos de propiedad fiscal o privados, velando siempre por el cumplimiento de la normativa vigente” (Resolución exenta general N° 483/2015).

Sin embargo, a pesar de dichas prohibiciones, en 2017, 13 avionetas aterrizaron en medio de un campo de flores en el sector de Totoral, zona ubicada entre las ciudades de Vallenar y Copiapó, en la Región de Atacama, justo donde florecía, para ese momento, el Desierto Florido. 

 

 

Así, entremedio de las flores y del fenómeno natural, los pilotos decidieron bajarse de sus avionetas y caminar sobre las flores para fotografiarse, e incluso, según muestran las imágenes, hacer un picnic. Sus pisadas y la destructiva intervención de sus avionetas afectaron a 4.610 hectáreas, lo equivalente a 23,7 km de recorrido en los que no volverán a germinar nunca más especies autóctonas del Desierto Florido. 

Aquella intervención de los pilotos está dentro de las prohibidas en las normativas, por lo tanto, es una infracción a la ley. Sin embargo, a pesar de que se evidenciaron los daños causados, no se pudo continuar investigando a los responsables, debido a un “vacío legal”, ya que justo las flores destruidas no estaban incluidas en el listado establecido por el Ministerio de Agricultura (DS68/2009), que lista las especies autóctonas cuya corta es regulada por la mencionada Ley N°20.283, sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal.

Después de un tiempo de iniciada la investigación se conocieron más detalles sobre quiénes eran los pilotos y responsables. Se trataba de un grupo de empresarios aficionados a la aviación, que se identificaron bajo el nombre de “Los Galácticos”, entre los que se encontraba el ex presidente del directorio de SQM, Eugenio Ponce Lerou, hermano de Julio Ponce.

Según el abogado del grupo de aviadores y también piloto, Lorenzo Muñoz, se había tratado de un aterrizaje por un desperfecto técnico y descartó que hayan hecho un picnic. Pero, sobre aquel desperfecto técnico, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) declaró que no recibió ningún llamado de emergencia.

 

La suerte de “Los Galácticos” fue aún mayor, puesto que, el lugar donde se causó el daño era un sector del Desierto Florido de carácter privado, por lo que, el tipo de sanción fue aún más reducido y, finalmente, la sanción fue una multa que podría fluctuar entre los $46.000 y $230.000 para los multimillonarios aviadores. 

En 2021, otra situación dejó en manifiesto la desprotección e ignorancia respecto a los cuidados del Desierto Florido, cuando el Ministro de Agricultura de Atacama en conjunto con el Delegado Presidencial de la región, anunciaron la implementación de una iniciativa piloto para instalar un sistema de regadío en tres hectáreas del desierto. 

Seremi @PatricioArayaV1 junto a @DPRAtacama @UrquietaAtacama y otras autoridades regionales presentan iniciativa piloto que permitirá tener Desierto Florido #Atacama todos los años.#ElAgroNoPara pic.twitter.com/8977dcR9ZS

— Minagri Atacama (@MinagriAtacama) September 24, 2021

Según las autoridades, este proyecto tenía como objetivo contar con el fenómeno del Desierto Florido durante todos los años entre los meses de agosto y septiembre. Sin embargo, numerosos/as científicos/as se encargaron de criticar la iniciativa indicando que no tenía ningún sustento científico.

Así, como gota que rebalsó el vaso, la propuesta de las autoridades locales que, impactaría negativamente en el ecosistema del Desierto Florido, terminó por dejar en manifiesto las innumerables formas de destrucción hacia este fenómeno.

La otra cara del Desierto de Atacama

Las vulneraciones en el Desierto de Atacama no son exclusivas de las épocas en las que el Desierto Florido hace su aparición, sino que, debido a su exquisito ecosistema y variedad de minerales, el desierto más árido del mundo es una zona en constante peligro de explotación, debido al impacto que generan las empresas al concebirlo como una zona desértica en la que los residuos y la contaminación sólo caerían en “medio la nada”. 

Las consecuencias negativas de dichas prácticas han afectado de manera irreparable a ciertos ecosistemas y zonas del norte de Chile, convirtiéndolas en zonas de sacrificio, en donde cada día concebir la vida humana es un enfrentamiento de la vida versus los gigantes del dinero.  A continuación, se observarán las zonas de sacrificio de la Región de Atacama y sus antecedentes de vulneración: 

 

La importancia de la educación ambiental

Por otro lado, la demarcación de áreas naturales protegidas en un Parque Nacional, también permite que la observación e interacción de las personas con la naturaleza se realice de manera guiada y vigilada para no intervenir o deteriorar el ecosistema. De esta manera, a través de la educación ambiental, también se logran estrechar las relaciones conscientes entre las comunidades, el turismo y la naturaleza. Así, se transmite la importancia del resguardo de los ecosistemas frente a la crisis climática. 

Asimismo, cabe destacar que el daño medioambiental es multi factorial, además del abuso de poder político y económico, también ocurren debido a la desinformación de las personas respecto a un espacio natural que visitan. Por lo tanto, se hace necesario profundizar los vínculos entre los estudios científicos y el turismo, para que no se trate solo de una observación o visita recreativa, sino que instruyan a un conocimiento general de protección de medioambientes. Sobre esto nos comentó Germán Ortega, profesor y presidente de la ONG Nativos (@nativos_ong), dedicada a trabajar la educación ambiental en la Región de Atacama:

“Uno tiene que determinar cuál es el mejor medio para llegar a todas las personas, por ejemplo, las redes sociales las maneja un segmento de la sociedad: los jóvenes, pero ¿qué pasa con las demás personas?. Creo que el trabajo se tiene hacer en los colegios y en los trabajos. Se deberían hacer campañas desde mucho más atrás, insisto, en las calles, en las radios, quizás esos medios y herramientas se pudiesen ocupar para generar un poco más de conciencia en esos sectores”

 

Entonces, si la brecha entre conocimiento científico y el turismo disminuyera, las situaciones que vulneran la preservación de patrimonios de la naturaleza serían más consideradas para la creación de políticas públicas ambientales.

DECÁLOGO

Por último, a pesar de los esfuerzos y coberturas mediáticas de la creación del Parque Nacional Desierto Florido, al final del día, el Desierto de Atacama continúa siendo desplazado en cuanto a los demás elementos naturales que están presentes en él y que es necesario incluir como zona de protección. 

Por más que el Desierto de Atacama se piense como un lugar inhóspito y sin vida, tiene que ser entendido como naturaleza. No solo se debe reducir ese concepto a los bosques, a los ríos y la flora y fauna de la zona de Sur de Chile, sino que también, entender que detrás de un belleza natural y de un espectáculo de la naturaleza, existe toda una vida y un proceso natural tan fantástico como hermoso.

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