Fernanda García, directora del Museo de la Memoria y DDHH: “Debemos seguir visibilizando la memoria porque fueron acciones, actitudes y fisuras que tenemos presentes como sociedad»

En un año marcado por la conmemoración de los 50 años del golpe cívico-militar, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos tiene un rol fundamental por ser un espacio de encuentro para reflexionar sobre los hechos del pasado y sus repercusiones en el presente, generar narrativas para nuevas audiencias y contrarrestar los discursos negacionistas. Para conocer sus propuestas y opiniones conversamos con la Directora Ejecutiva, María Fernanda García quien nos planteó cómo se irán dando las actividades el el centro cultural y su opinión en un Chile que revive uno de sus quiebres políticos más importantes de la historia reciente.

Por: Iván Godoy y Camila Vásquez

 

María Fernanda García es magíster en Gestión Cultural de la Universidad Complutense de Madrid y cuenta con más de 20 años de experiencia en el sector artístico, cultural y entidades sin fines de lucro. Actualmente es la Directora Ejecutiva del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, uno de los espacios más relevantes en este 2023 en el marco de los 50 años desde la dictadura cívico militar.

Conmemoración: actividades por los 50 años

-¿Qué tienen planeado hacer durante los siguientes meses hasta llegar a septiembre?

Tenemos una variada parrilla programática. Se acaba de inaugurar una exposición de demandas impresas con afiches originales de los años previos al golpe, también durante los 70 y 80. En agosto se viene una gran exposición de un fotógrafo holandés  que le sacó la icónica foto de Pinochet con los anteojos oscuros. Vamos a inaugurar una exposición de mujeres por la vida y el movimiento en el Centro Cultural Kirchner con artistas de los años 70 que trabajaban en espacios públicos argentinos. Ahora en julio, tenemos el festival de teatro, los cuales son seis obras que hablan de la dictadura y los Derechos Humanos. Después tenemos la programación en septiembre, vamos a tener la película El Realismo Socialista de Raúl Ruiz, unos coros de universidades, el documental nuevo del Nano Stone, la inauguración de la exposición del Archivo Nacional de Francia acerca de los juicios de lesa humanidad y mostrar cómo allá se filman a diferencia de como es en Chile. En síntesis, una parrilla muy completa que cierra el 12 de septiembre.

-Desde su experiencia en la gestión cultural, ¿qué aportes puede ser integrado al espacio de memoria más importante del país?

No solo vengo de la gestión cultural, sino que también soy artista. Por ejemplo, hacer podcasts sobre esto fue algo que se me ocurrió a mí directamente, que he trabajado con el área audiovisual y era un proyecto que yo ya tenía y que luego se lo vendí a ADN, con quienes estamos trabajando en conjunto. También, en el concierto que vieron ustedes yo acababa de asumir, sin embargo, decidí dar mi aporte para hacer una experiencia más acorde. Entonces, desde la parte creativa puedo aportar mucho, pero también desde la gestión cultural profesional, en el sentido que tiene relación con la administración del espacio, de obtener mejor los recursos, por ejemplo, nos acabamos de ganar un fondo del Gobierno que postulamos apenas cuando llegué, empecé a  tomar las decisiones de cuando se postula o no se postula y eso sirvió para la adecuación de nuestro equipamiento técnico.

-¿A qué público se debe dirigir hoy los relatos de memoria? ¿Qué estrategias han utilizado para llegar a nuevas audiencias?

Los relatos deben ser muy orientados a las generaciones más jóvenes por un tema de que no lo conocieron y que ellos son nuestro futuro. El Museo de la Memoria va a perdurar por muchos años más y seguimos estando en constante conexión con los temas y demandas de hoy en día y desde el génesis de los problemas, que es el período 73-90. Vienen muchos alumnos de colegios de segundo, tercero y cuarto medio, lo cual nos tiene muy contentos, aunque normalmente vienen por un tema curricular pero también se sorprenden y les gusta mucho. Para ello, es importante la adecuación de nuevos formatos como es a través del teatro, por ejemplo, los de Mala Memoria, que es un concurso de danza para que jóvenes de los 18 a 29 años tomen los archivos del museo y hagan coreografías, en los que tienen maestros de danza. También el concurso de cortometrajes a través de las redes sociales y de los eventos en general que hacemos de música transgeneracional, con gente mayor, con chicos más jóvenes, etc. Yo creo que la clave está no solo en tratar de hacer cosas desde nosotros para ellos, sino también darle espacio a los más jóvenes para que para que ellos mismos creen aquí.

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Negacionismo

-¿Cuál es su opinión respecto al trato que le han dado actualmente los medios de comunicación a la dictadura? Por ejemplo, el uso de “Gobierno Militar”

No sé si los medios de comunicación lo han dicho o los periodistas, pero cuando alguien lo dice de inmediato el medio o el periodista tiene que corregir. En ese aspecto, creo que han sido súper blandos, no solo ahora sino que siempre y esto que hemos visto es precisamente por la nula estrategia que han puesto los medios de comunicación a todo lo que tiene que ver con la dictadura y que dejan que la gente de su opinión con la excusa de la libertad de expresión o de opinión, como si aquello estuviera por sobre los derechos humanos y por sobre los juicios de lesa humanidad a los que finalmente fue condenado Pinochet.

-¿Cómo podemos concientizar a los que relativizan o hacen actos de negacionismo? Sobre todo, considerando que son más los jóvenes que hacen esto

Bueno, ahí tenemos dos problemas, lo primero es la poca educación, específicamente en la educación cívica y lo segundo es la ultraderecha, los cuales nunca vamos a estar de acuerdo porque ellos también lucran con un discurso a favor de la dictadura y por ende tienen un público bien cautivo, no solo en Chile sino que en todo el mundo. Pero si el resto de la derecha y de la sociedad a la que debemos apuntar, ya sea de izquierda o derecha, incluso si no te haya gustado la figura de Allende, hay cosas que no se pueden relativizar como es una dictadura con todos sus muertos y con todos sus informes de organismos internacionales y nacionales que lo confirman.

-El Estado reconoce 50 sitios de memoria como Monumento Nacional pero según el Informe Valech se reconocieron más 1.100 espacios en los que se hicieron violaciones a los DDHH , ¿qué se debe hacer con estos espacios que no han sido reconocidos?

Yo creo que están en vías de serlo, últimamente se han reconocido varios en los últimos meses, creo que tres más. Está el Tejas Verdes, el de Santo Domingo y otros más aquí en Santiago. Por ello, espero que estén en vías de ser reconocidos. De hecho, hay una moción para que La Moneda sea reconocida como sitio de memoria y por lo tanto, son también instancias que como son desde la sociedad civil cuesta un poco más, pero casi todos están siendo reconocidos y me parece perfecto que se reconozcan y que se marquen como hitos. En ese sentido, sería bueno que La Moneda no fuera restaurada completamente sino que dejar algún vestigio de lo que fueron las balas y los daños a este lugar, como se hizo en el Estadio Nacional que tiene ahí una grada que no perfeccionaron, con una plaquita y un mensaje para recordar lo que pasó allí, sería interesante dejar la puerta principal de La Moneda para hacer enganches con la memoria en la restauración o en la no restauración precisamente para dejar que ese pasado siga vivo.

 

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 -A raíz de los dichos de Luis Silva en el que destaca la figura de Pinochet, como a su vez la decisión de no referirse ante la imagen del dictador por parte de la Presidenta del Consejo Constitucional ¿Qué opinión le parece estos discursos y posturas?

Son situaciones distintas, yo creo que el mandato que tiene ella le obliga a no quemarse, sabe que está ahí por un rol específico. Puede que se lo dijeron o ella misma no quiere meterse para no tener más adversarios y eso es una estrategia política que, por otro lado, me parece bien sabiendo que es un sector que ensalza la figura de Pinochet. Me parece prudente que no quiera referirse en ese sentido y que ellos se quieran evitar a eso no me parece mal precisamente. O sea, más grave me parece lo de Luis Silva que lo llamó estadista, pero como fueron bastante contundentes las respuestas alrededor de él y como ellos se quieren despolitizar de alguna forma no les conviene estarse metiendo en eso. Ahora bien, la gente debe saber que ellos están ahí en la Convención Constitucional por sus ideas republicanas que quieren cambiar una constitución a una ultraconservadora, porque no nos van a salvar de la delincuencia ni la migración que fue por lo que fueron elegidos.

-¿Debería estar penalizado estos discursos que enaltecen a la dictadura?

No sé si el discurso de Luis Silva es uno de odio precisamente, no lo vería así, pero si hay otros discursos negacionistas y relativistas que es aún más peligroso, porque un negacionista te niega que ciertos hechos nunca sucedieron pero alguien que relativiza la dictadura no lo niega pero te puede argumentar que no era tan malo por cualquier motivo o excusa y eso es mucho más peligroso. No tengo una respuesta clara de aquello, pero también debe ser sancionado todo tipo de negacionismo o relativización, hay que condenarlo y sí pondría una ley de eso, sin embargo, también es importante poner todas las fichas en la educación cívica.

Nuevas políticas para la memoria

–La dictadura sigue siendo un tema polarizante en la sociedad chilena, ¿qué tipo de narrativas pueden proponerse para ser un punto de encuentro en una sociedad polarizada?

Mira, no creo que la dictadura como tal sea un tema polarizante, porque yo conozco a mucha gente de derecha que hoy en día ve atrás y no tienen problemas en decir que la dictadura fue algo muy malo. Yo creo que en eso hay un consenso de todos o al menos de una gran mayoría, sobre todo en quienes lo vivieron. Lo que sí está en discusión es el antes y el después. Otra cosa puede ser la sobre ideologización, ya sea porque ellos estuvieron muy bien durante la época Pinochet, que no son tantos la verdad y cierta gente joven que ensalza la figura de Pinochet, porque no vivió la dictadura, también por una especie de romantización de la misma y de su imagen, casi como la que se hace con la imagen del Che Guevara en el polo opuesto, pero también es una romantización que está muy unida a la seguridad pública, en contra de la inmigración y a cosas que hoy en día son muy susceptibles para la sociedad. Pero que sin duda horrorizan claro.

-Hay diversas leyes que han contribuido a la política del olvido desde el retorno a la democracia, ¿de qué manera el actual Gobierno puede impulsar políticas de reparación?

El plan de búsqueda por ejemplo, es muy importante que la justicia cumpla. A nosotros nos llegan todas las semanas tres o cuatros oficios que se están haciendo en todo Chile, de distintos jueces en distintas causas. Es un trabajo súper silencioso que se hace y que se apoya desde acá siempre. El Ministerio de Justicia también ha hecho un trabajo de avanzar precisamente en justicia y reparación, lo cual obviamente nunca es suficiente. En cuanto a la gente que estuvo resguardada, no hay que olvidar que muchas víctimas quisieron también recordarse. Entonces, si bien me parece bien que se sepa quiénes son los perpetradores también hay que verlo con las víctimas, porque muchas han querido y lo vemos acá siempre no necesariamente quieren decir quiénes son o contar lo que vivieron que fue tan duro  y que muchas veces se respondan a su familia y ese dolor lo tienen ellos y nadie más que ellos. No somos quienes para decir que se levante y que se sepa, hay cosas que son también muy personales y muy dolorosas, que quebraron a tantas familias y que solo ellos pueden saber qué hacer.

-Luego de estos 50 años que hemos sido testigo de horrores; torturas, desapariciones, violencia político sexual cometido sobre todo hacia mujeres, ¿qué rol tiene la Memoria para el futuro de una sociedad?

Como Museo de la Memoria debemos seguir visibilizando la memoria porque fueron acciones, actitudes y fisuras que tenemos como sociedad y que están muy presentes. El tema hacia las mujeres, que me toca de manera personal, pasan los años, hay más leyes, más condenas, sin embargo, los números siguen siendo aterradores y terribles. Entonces, no es como una lo entiende, siento que ha hecho falta que más hombres especialmente y más mujeres sigamos reclamando y concientizándonos entre nosotras lo que pasa. Quisiera que algún «8m» saliera una marcha de hombres realmente condenando a sus pares y juzgando a sus pares y ellos diciendo no queremos que sigan lastimando a nuestras compañeras.

-¿Cómo se democratiza el acceso a la memoria en el Chile de hoy?

Bueno, lo que podemos hacer como museo es dejar la entrada completamente gratis y abierta a todo público. Lo que más queremos es que la gente se pase la voz, como lo hicimos en Lollapalooza, donde llegamos a gente que no conocía el lugar porque eran de regiones y normalmente se toman el tiempo de ir a estos eventos masivos, fue una buena estrategia para darnos a conocer. También que sea un panorama para las excursiones escolares, que todos los niños de todos los colegios desde la básica hasta la media puedan venir a este espacio democrático, de memoria y reflexión, en el que se pueda confrontar nuestras ideas en el marco del respeto a los derechos humanos y a la democracia.

-¿Unas palabras finales para la Radio JGM?

Que todas las personas, jóvenes, familias, personas mayores, todos vengan al Museo de la Memoria que está abierto de martes a domingo de manera gratuita y que además tiene una entrada directa desde el Metro Quinta Normal no tienen ni que salir hacia la calle, pero también pueden visitar otros museos y centros culturales que están alrededor de Matucana y de la estación Quinta Normal es un espacio abierto muy lindo, que además tiene una rica cafetería para que disfruten compartan y vean nuestras exposiciones y otras actividades que tenemos permanentemente como cine, teatro, música, conciertos, conversatorios aquí en el Museo de la Memoria y los derechos humanos, muchas gracias.