Nicolás Massú y JJ.OO.: “quería ganar una medalla. Logré dos de oro”

por Michael A. Seguel

Es miércoles soleado en las canchas de tenis de Cerro Colados, instalaciones pertenecientes a la Federación de Tenis de Chile.  Nicolás Massú entrena a futuras promesas del tenis criollo, se toma una pausa para conversar de su carrera y de la nueva etapa que afronta en su vida, ahora como entrenador.

“Antes me tocaba jugar y correr, hoy trato de traspasar mi experiencia. Me tocó rápido ser capitán de Copa Davis. El día de mañana quiero ser uno de los mejores entrenadores del mundo”, afirma el tenista.

¿Pensaste en algún momento que ibas a conseguir todo lo que lograste?

Uno tiene siempre la motivación y la ilusión de que las cosas se pueden lograr. Desde chico tenía el sueño de conseguir cosas importantes. Nunca paré y siempre creí que las cosas eran posibles, que con trabajo y dedicación podía cumplir mis sueños.

Leonardo “Nano” Zuleta fue el segundo coach de tu carrera en una relación que duró una década ¿cómo marca él tu formación tenística?

“Nano” es un segundo padre. Lo conocí a los once años conocí y hasta el día de hoy, mantengo una relación casi familiar con él. Fue la persona que me guió y estuve con él durante diez años seguidos. Es una persona que dedicó mucho tiempo a mí, de hecho, yo lo veía a él mucho más a mi propio papá y  él, incluso, más a mi que a su propio hijo. Compartimos mucho, se esforzó, me ayudó.

¿Cómo marca la figura de Marcelo Ríos en los inicios de tu carrera?

Yo quería seguir sus pasos. Tenía 16 años, era juvenil y veía que un tipo como Marcelo Ríos estaba siendo top ten y después número uno. Yo lo tenía al lado, entrenábamos juntos con el mismo preparador físico. Yo decía, ‘si él puede, yo también puedo’.

El oro olímpico

La competencia del tenis olímpico dura una semana. En los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, ¿en qué momento te diste cuenta que podías conseguir una medalla?

Yo estaba peleando el top ten. Cuando estás en esa posición piensas que puedes hacer cosas importantes. Yo iba con la mentalidad de ganar una medalla. Logré dos de oro. Yo creo que hasta el día de hoy nadie lo ha logrado porque es muy difícil. Los mismos tenistas que han tenido una carrera mucho mejor que la mía, en el caso de Djokovic, Federer, Nadal o Murray o los anteriores Agassi, Sampras no lo han logrado. En la historia del tenis es difícil conseguir lo de los Juegos Olímpicos. Es algo inusual. Uno se pregunta a veces «¿por qué yo?».

Te cuestionaste eso en su momento…

Te lo preguntas ¿cómo pude aguantar tanto? O sea, jugando singles y dobles todos los días y más encima ganar en una cancha de cemento. El doble para mí era un complemento. Yo no viajaba en el circuito entrenando dobles. Me preparaba para el singles y mi complemento era el doble, con Fernando, porque teníamos que jugar por Chile. Nosotros estábamos en desventaja frente a esas parejas que estaban todo el día entrenando. Ganar esas dos medallas de oro fue algo increíble.

Al ganar las medallas de oro, ¿cuál fue el cambio más radical que sufrió tu vida tanto fuera como dentro de la cancha?

Logré lo que quería. Logré quedar en la historia del deporte mundial. Creo que ganando un torneo de tenis o un Super nueve, a lo mejor la gente del tenis me iba recordar. Yo quería marcar algo histórico para Chile y demostrar que las cosas son posibles. Ganar las dos primeras medallas de oro para Chile en la historia… creo que eso, pasa a tener otro status no sólo en el tenis sino que en el deporte en general.

Mucha gente me decía, «el día de mañana de te vas a dar cuenta de lo que hiciste cuando pasen veinte o treinta años más». Soy el único que lo ha hecho, así como hay cosas que no conseguí en mi carrera. Eso es parte del deportista. Yo nunca me conformé, ni el día que gané los Juegos Olímpicos. Después quería ganar un Grand Slam, la Copa Davis. Uno vive de eso. Mientras uno está jugando y pegándole a la pelota, quiere ganar y eso lo mantengo hasta el día de hoy, como capitán de Copa Davis.

Además, siempre tu rendimiento mejoró cuando representabas al país…

Por eso creo que mis mejores resultados fueron jugando por Chile. Hay una motivación extra. En el circuito muchas veces estás en cualquier país y solo. Cuando llegas a jugar por Chile, es distinto. Estás con otros jugadores, otro equipo. De hecho, una de las cosas que más extraño es poder jugar una Copa Davis.

Al final de tu carrera los resultados no fueron buenos y se te cuestionó fuertemente en su momento. ¿Cómo analizas esa etapa culmine de tu carrera?

Puedes mirarlo desde otra manera también. La gente si te vio ganar en unos Juegos Olímpicos, fuiste número nueve del mundo, jugando de igual a igual durante tanto tiempo; a lo mejor, acostumbraste a la gente a ganar. Después, esa misma gente quiere verte ganar y a veces, no todos los años estás con la misma forma física o tenística. Todos los deportistas pasan por momentos mejores que otros. El deportista está expuesto a esas cosas y uno tiene que ser fuerte.

El tenis es un deporte que generación tras generación ha otorgado triunfos a Chile, sin embargo, no hay una política de desarrollo tenístico a nivel nacional. ¿Cómo consideras la labor de las autoridades con respecto a este tema?

Me imagino que el Gobierno está haciendo su mejor esfuerzo y que están entregando la mayor cantidad de dinero para el deporte. Ojalá que sea así. Pero siempre falta. Hay gente que necesita más apoyo, pero en Chile siempre las cosas han sido difíciles. Es parte de nosotros. Yo creo que los gobiernos han tratado de aportar, pero eso no es suficiente para tanta gente. Al tenis hay que apoyarlo porque es un deporte que le ha entregado muchas satisfacciones a Chile.

Estás en una nueva etapa de tu carrera, ¿qué es lo que más destacas de esta parte de tu vida?

El status a nivel deportivo es diferente. A donde voy, me reconocen como el tenista que ganó dos medallas de oro. Antes era respetado en el ambiente del tenis. Cuando gané las medallas de oro, pasé a ser respetado en el deporte mundial. Te miran diferente. Sigo siendo la misma persona que tenía el sueño de jugar tenis, y que a medida que fui ganando, la gente me fue respetando mucho más.

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