Las fracturas en el interior del Museo de Bellas Artes

Escrito por el julio 28, 2018

Desde la destitución del director del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), Roberto Farriol, por “pérdida de confianza”, los funcionarios se encuentran divididos: por un lado se le reprocha su gestión y por otro, se sospecha de un motivo político oculto.

por: Patricio Baeza y Benjamín Cifuentes

El Museo de Bellas Artes, el más antiguo de Latinoamérica, ha tenido a lo largo de su historia un total de 18 directores de reconocida trayectoria cultural. El  último de ellos, Roberto Farriol, asumió el cargo en el 2012, sucediendo a Milan Ivelic Kusanovic, quién lideró la institución por 18 años.

Sin embargo, el pasado 10 de julio Farriol recibió la solicitud de renuncia no voluntaria por parte del director del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Dibam), Javier Díaz. Esto debido a una “pérdida de confianza” (según lo respalda la Ley 19.882) debido a su falta de liderazgo y a su incapacidad para solucionar los conflictos en la institución.

La decisión del Ministerio de las Culturas, las Artes, y el Patrimonio provocó la división entre las dos grandes asociaciones sindicales al interior del museo: la Asociación Nacional de Funcionarios de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Anfudibam) y la Asociación Nacional de Trabajadores del Patrimonio (Anatrap).

Debido a las diferencias internas en la dirección de Anfudibam, en el 2017 se conformó Anatrap. Con la separación, incluso la presidenta de este sindicato pasó a formar parte de la asociación emergente. Desde entonces, Anatrap ha ido creciendo cada vez más, y hoy en día, se enfrenta a Anfudibam al respaldar la decisión del ministerio.

El mal clima laboral

Roberto Farriol. Fotografía por El Tipógrafo

Desde Anatrap aseguraron que los problemas relativos a la gestión de Farriol son de larga data y que los antecedentes de malas prácticas dentro del museo, se venían acumulando desde el 2013 Pero no fue hasta el 2015 que el problema se puso en la palestra, tras la publicación de los resultados de la encuesta Istas 21 aplicada por el Instituto de Seguridad del Trabajo (IST).

Es este mismo estudio de donde surgirían las declaraciones del ministro Javier Díaz, ya que el informe arrojó cifras preocupantes respecto a los ítems  de “exigencias psicológicas” y “duplicidad de funciones”.

La presidenta del sindicato Anatrap, Tania González, vio con buenos ojos que el instrumento público haya hecho eco en las autoridades. “En general siempre se remueve a los funcionarios, se hacen traslados, pero no se identifican ni se responsabilizan a quienes se supone deben liderar una institución como lo es el Museo de Bellas Artes”, afirmó.

La dirigenta agregó que «cuando salieron los resultados de esta encuesta, fue un llamado de alerta. En el momento pensamos: ‘aquí hay un resultado de riesgo. Si no se toman acciones y no se revisa qué es lo que está sucediendo al interior, vamos a terminar en un riesgo alto y vamos a pasar a una situación mucho más compleja’».

Otro de los indicadores, con un nivel de riesgo bastante alto es el de “calidad del liderazgo”. Tania González sostuvo que estos informes son de profesionales de un organismo externo que evidenciaron una situación respecto a la cual, como asociación estamos abocados a tomar acciones. No podemos ignorar esos antecedentes”.

Además del informe del IST, que evidencia el ambiente laboral complejo en el interior del museo, se hizo público el caso de una enfermedad laboral que afectó a la curadora Gloria Cortés.

A pesar de que no hubo una denuncia formal de acoso laboral por parte de la funcionaria del museo, sí existe un informe emitido por el Instituto de Seguridad Laboral (ISL) que acredita la existencia de este padecimiento. En la elaboración del documento, de carácter privado, peritos del ISL entrevistaron a distintos actores, incluido Roberto Farriol y a través de ello, determinaron las causas de esta enfermedad laboral.

“En ningún momento y bajo ninguna circunstancia se estableció una denuncia ni por la vía administrativa ni judicial, por maltrato laboral en contra de Roberto Farri por parte de la curadora. Lo que aquí existió fue una atención médica a través del ISL, que es el organismo que está llamado a dar cumplimiento a la ley de accidentes y enfermedades laborales. Ahí hubo una evaluación”, señaló la presidenta de Anatrap.

Desde la mirada de Tania González, estos documentos son objetivos y emitidos desde organismos estatales, por lo que no debiesen ser desestimados por Anfudibam.

 

Falta de transparencia

Lienzo de los funcionarios asociados a Anfudibam, en apoyo al director Roberto Farriol (18 de julio del 2018)

Por su parte, Anfudibam rechazó el cuestionamiento a la gestión del director y su adjudicación a un caso de enfermedad laboral. La organización se pronunció a favor de Farriol y afirmó querer defender su nombre, que ha sido ensuciado “a punta de falsedades”.

El presidente de Anfudibam, Diego Cortés, negó que existiese un mal liderazgo. Señaló que a lo largo de todos los años la dirección se reúne para confirmar al director en su cargo y que en el pasado febrero “fue ratificado con un apercibimiento de desempeño en la gestión del 100%”. Por ello, tiene la sensación de que “la misma dirección se está desdiciendo en menos de tres meses al utilizar esta causal”.

El dirigente sostuvo que las actuales acusaciones y estudios mediante los cuales Anatrap justifica la mala gestión del director, no apuntan directamente a éste. Para él, estos resultados negativos son producto de un trabajo en conjunto del que Farriol no tiene la total responsabilidad, pero es a quien se busca inculpar para encontrar una “salida rápida”.

Anfudibam buscaría una mayor transparencia por parte del ministerio, que no da respuesta o aclaraciones a estos importantes factores. Según enfatizó Cortés, gracias al recurso de “pérdida de confianza, que no requiere mayores especificaciones técnicas”.

Además, señaló que la organización vela por la estabilidad de los trabajadores y que necesitan una explicación pues “empieza a correr el miedo. Si son capaces de realizar de manera tan abrupta la salida de un director, ¿que sería de los demás trabajadores?”.

 

Trasfondo político

El presidente de Anfudibam sospechó de un motivo político en el proceso, ya que Roberto Farriol es el tercer director en ser destituido desde que Sebastián Piñera asumió la presidencia. Durante el mes de mayo fueron también desvinculados Alejandra Serrano del Centro Cultural Palacio La Moneda y Pablo Andrade del Museo Histórico Nacional. Este último puesto, junto al que desocupará Farriol, conllevan una especial importancia, pues implican un lugar en el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN).

El CMN es una institución pública dedicada a la protección y conservación del patrimonio cultural y natural, de ahí se desprende el cuidado de los barrios patrimoniales. Diego Cortés aseguró que estas vacantes en el Consejo favorecerían los intereses privados en este aspecto.

Así, afirmó que “lo que se está buscando son votos en el Consejo para que las inmobiliarias puedan construir fácilmente en las zonas patrimoniales. Con la destitución de estos dos directores, se produce una gran pérdida de personas que protegen el bien patrimonial de todos los chilenos”.

Anatrap desestimó este argumento afirmando que el período de dirección de Roberto Farriol inició durante el primer mandato de Sebastián Piñera. A pesar de que el sindicato no negó del todo una posible finalidad política, indicó que las demás carencias en su administración ameritan su desvinculación.

Respecto al informe de salud que diagnosticó una “enfermedad laboral” a la curadora, Diego Cortés explicó que al no haber una denuncia formal, no existe acoso laboral por parte del director. De igual forma, Farriol precisó que este documento médico no lo culpabiliza puntualmente, por lo que no existen razones para declararlo responsable de acoso laboral.

Frente a su destitución, el director comentó que si bien Javier Díaz está en su derecho de usar aquel recurso, no hubo falta de liderazgo, sino que su forma de dirigir es más bien “libre” o “abierta”. En otras palabras, un estilo que permite trabajar a los funcionarios “con el mayor grado de libertad posible”, según afirmó en una entrevista a La Tercera.

Cabe señalar que la presidenta de Anatrap, Tania González, precisó en este punto que “el extremo de ser muy flexible puede implicar una falta de fluidez respecto en las comunicaciones, los lineamientos y el trabajo en efectivo en equipo”.

 

Posibles sucesores

La controversia alrededor de la salida de Farriol sigue dificultando las relaciones entre los funcionarios del Museo de Bellas Artes. Pero ya suenan algunos nombres que podrían ocupar su lugar. Entre estos se destacan:

  • Justo Pastor Mellado: crítico de arte y curador. Participó del Consejo Nacional de la Cultura en el primer gobierno de Sebastián Piñera.
  • Claudia Zaldívar: actual directora del Museo de la Solidaridad Salvador Allende y ex directora de la galería Gabriela Mistral. Cuenta con una larga trayectoria en el área de la cultura.
  • Claudia Campaña: historiadora del arte vinculada a la Pontificia Universidad Católica (PUC). Ha tenido una reconocida carrera académica.
  • Benjamín Lira: dibujante, pintor y escultor. Pertenece a la Academia Chilena de Bellas Artes del Instituto Chile.
  • Gonzalo Díaz: fotógrafo y pintor, Premio Nacional de Artes (2003).
  • Javiera García Huidobro: historiadora del arte y galerista. Socia de su madre Isabel Anitat, con quien trabaja en ferias internacionales

Sin embargo, para conocer a los candidatos definitivos primero se deberá realizar un concurso de Alta Dirección Pública. De 30 escogidos, un comité de selección elegirá a tres de los cuales saldrá el próximo director. El ministerio de las Culturas tendrá la última palabra. La renuncia de Roberto Farriol se hará efectiva a fines de julio.

Julio Pastor Mellado, Claudia Zaldívar, Claudia Campaña, Benjamín Lira, Gonzalo Diaz y Javiera García Huidobro (respectivamente)

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