[#FECH2018] Javiera Lopez: «La FECh no va a lograr su potencial si es que no hay más gente, más trabajo y más dedicación en lo que se hace»

Fue directora de la Bello Público, es presidenta del CECO y candidata a la presidencia de la FECh. Esta estudiante de Periodismo en la Universidad de Chile conversa sobre su candidatura, su historia como dirigenta y de su vida.

 Por: Michael Lieberherr Pacheco

Había acordado encontrarme con mi entrevistada en uno de los espacios comunes que tiene el campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile. Justo cuando mi venta de cervezas por fin empezaba fructificar y el aroma a marihuana llamaba mi atención aparece Javiera López, viene sonriendo luego de un ajetreado día de candidatura. Motivar la participación de los y las estudiantes de la Chile es desgastante, más aún cuando está el peso de  la última elección donde ni siquiera un tercio de los alumnos votó.

La candidata a la presidencia por la lista A: «Contigo la FECh impacta» y estudiante de Periodismo lleva años participando en política estudiantil. Si bien no viene de una familia con historia política, Javiera siempre se ha mostrado como una joven inquieta y con motivación para liderar agrupaciones. Su historia como dirigenta empezó desde muy pequeña: “La primera vez que fui presidenta de curso fue en 4° básico, de ahí siempre estuve metida en centros de estudiantes, en 7° básico también fui presidenta y en el 2011 fui presidenta del centro de estudiantes de mi colegio”.

Al terminar su etapa escolar la Javi, como es conocida, siguió participando activamente en política: en segundo año de universidad fue delegada de curso, en tercero concejera FECh, al año siguiente presidenta del Centro de Estudiantes de Comunicación (CECO) y ahora es candidata a la presidencia de la Federación.

Actualmente, la presidenta del CECO vive en el lugar donde creció y se formó como dirigenta: Lo Espejo. Su vida ha estado ligada a la comuna del sector sur de Santiago y espera que su futura profesión también: “Cuando era mechona yo decía que quería ser periodista de investigación, porque mi mayor intención era destapar las irregularidades que existían en la Municipalidad de Lo Espejo.” Con esta concreta visión la militante de la Unión nacional estudiantil (UNE) fue desarrollando su carrera periodística paralelamente con su carrera política.

Militancia y periodismo

Hay una visión conservadora del periodismo que busca que las personas que trabajen en este rubro se limiten a presentar información “objetiva” y que no presenten en sus espacios de trabajo las opiniones personales que puedan tener. La militancia política choca directamente con esta idea; Javiera tiene una opinión clara al respecto: “Si en algún momento la izquierda tuvo referentes periodistas como Pepe Carrasco, ¿por qué no hacerlo en esta época? Ahora se necesitan muchos más jóvenes comunicadores tomando postura y posición de los conflictos que se viven en Chile… Igual ha sido tensa esa relación”.

Al terminar de decir esto comenta que postuló a una práctica profesional en El Mercurio pero que no fue a dar la prueba porque lo sintió como una contradicción ideológica.

¿Cómo ha sido el trabajo del CECO que tu presides con la FECh dirigida por tu compañero de militancia, Daniel Andrade?

Primero hay que entender que si bien la FECh es un organismo muy potente, no tiene sentido ni valor si es que no hay centros de estudiantes en los espacios locales que estén constantemente atentos en el quehacer de la federación. Creo que fue fundamental haber tenido una tan buena conexión con la FECh, porque entendimos que los centros de estudiantes podíamos ser una herramienta dinamizadora de las discusiones de los espacios. Aquí yo reconozco que el ICEI tuvo un rol clave en la movilización de las (universidades) estatales, junto a Artes y a Medicina. Nuestro instituto igual marcó la pauta en esa movilización, tener incluso a los profes paralizados fue importante.

Sobre esto, la comunicadora hace énfasis en el rol de su área de trabajo en los movimientos sociales: «Hay que entender lo importante de las comunicaciones en la organización estudiantil, desde hacer un afiche, hasta entregar las herramientas a organizaciones sociales para poder convocar más personas. Este año se abrió el espacio de comunicaciones FECh  como un espacio de aprendizaje, pretendiendo volver a establecer la FECh como una escuela ¿Por qué no pensar que esos compañeros que se formaron en la FECh pueden seguir trabajando en movimientos sociales?»

«La FECh tiene un rol articulador, que es muy interesante. Aquí lo que queda pendiente, y por esto mismo vamos por una continuidad, es saber que la FECh no va a tener su potencial si es que no hay más gente, más trabajo y más dedicación en lo que se hace. Para eso se necesitan muchos compañeros, porque también nos quedamos cortos en algún momento», agrega.

De la candidatura a lo personal

Pasaron unas cervezas y la conversación fluyó, era el momento de salir de las propuestas, candidaturas y proyectos para centrarnos en Javiera, la persona. Mientras mi venta de cervezas veía sus últimos pesos y la penumbra llegaba a los pastos de Gomez Millas, mi entrevistada se transparentó y tuvimos una ronda de preguntas sobre diversos temas.

¿Cómo sería la Javiera a los 60?

¡AH! -sonríe sorprendida- Nunca me he imaginado de 60 años, siempre he creído que moriré joven.

¿Club de los 27 o más?

No, más. Mi abuela se murió muy joven, a los 40 años. Yo creo que voy a llegar por ahí.

Entonces, ¿vida intensa más que vida larga?

Sí, vida intensa. Yo creo que es más entretenido. No me da miedo la muerte, en ningún caso, la verdad es que nunca ha sido mi expectativa llegar a los 80 años, quizás lo que más miedo ahí es el Alzheimer, sufrí mucho cuando mi abuelo tuvo Alzheimer, hay una película…

Justo en este momento un entusiasta comprador de cervezas interrumpe la ronda de preguntas, finalmente consigue su meta y se va con dos cervezas alegremente. La falta de encendedor retrasó aún más el regreso a la entrevista. Cuando volvemos el tema de conversación es completamente diferente.

¿Qué es el amor para Javiera López?

UHH -suelta una carcajada- Que durooo. Yo nunca he pololeado…

Otra interrupción. La entrevista y la venta de cervezas se vuelven menos compatibles a medida que pasa la noche. Esta vez una mujer se acercó, compró dos cervezas: una porque le recordaba a su ex y la otra porque lo está olvidando. Finalmente remata con: «De amor ya no se muere, pero algo en mí se morirá», como si hubiera sabido de lo qué estábamos hablando. Por fin, Javiera responde luego de un tiempo de reflexión: «Creo que primero hay que tener amor por una misma. Aquí el feminismo es fundamental. Para mí el baile es importante en este sentido. Hace dos años empecé a bailar de todo y te da seguridad. Tampoco creo que hay que buscar a la persona».

¿Has estado enamorada alguna vez?

Sí, pero no fue correspondido, así que lo paso bien -se ríe-.

Es importante pasarlo bien, cambiando de tema -de nuevo- ¿Quiénes son tus referentes periodísticos?

Arcadia Flores, Daniel Matamala que es un seco, medio liberal pero seco, y la Mónica González. De hecho me da pena que no sea nuestra profe.

¿En qué época de Chile te gustaría haber vivido?

Creo que los 60, igual es medio clásico. Pero sí, los 60 por la tensión ideológica que tenía y el mundo. Se cuestionaba el rol de la iglesia, que debía ser mucho más social, también estaba tenso el rol de Latinoamérica para liberarse de las garras del imperialismo, se empieza a hablar del aborto también…

Si fueras hombre ¿Cómo serías?

Jajajaja, sería muy alto, dicharachero y muy buen bailarín.

¿Cuál es tu lugar favorito?

Quizás uno de los lugares donde mejor lo he pasado es en el cubo de la Blondie.

¿Por qué?

La verdad es porque me gusta mucho bailar, de hecho el baile también ha sido una herramienta para volver a confiar en mí. Creo que el feminismo y el baile han ido muy de la mano para poder creerme el cuento.

La entrevista se alargó y lo que empezó siendo un espacio formal/político termino siendo una buena velada con todo el estilo gomezmillano, por supuesto, lejos de la solemnidad.