Erika Montecinos y ataques lesbofóbicos: «Mientras más visibles nos hagamos, más violencia vamos a recibir»

Escrito por el marzo 22, 2019

La directora de la Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio conversó con la JGM a propósito de los –al menos- 13 ataques de odio hacia lesbianas, homosexuales y transexuales ocurridos en Chile durante los primeros meses del año.

Tras la masiva marcha feminista del pasado 8 de marzo, organizaciones feministas, lesbofeministas y transfeministas se declararon en alerta ante la seguidilla de ataques que han afectado a la comunidad LGBTIQ+ en lo que va de año.

Las agrupaciones Red Lesbofeminista, Agrupación Lésbica Visibles, Colectiva Tara, Disidencia Universidad Diego Portales, Familia es Familia, Radio Humedales, la Pastoral Diversidad Sexual Iglesia Evangélica Luterana, Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio y Lesbianas y Trans autoconvocadas exigieron al Gobierno “garantizar la protección de todas las personas, con políticas públicas que reconozcan la diversidad, y a concretar transformaciones educacionales para prevenir estos delitos respetando la disidencia sexual y de género”.

¿Cuál es el rol que debiese cumplir el Estado para garantizarle una vida libre de violencia a la comunidad LGBTIQ+? 

El Estado tiene que participar mucho más en estos cambios culturales. Acá nosotras estamos pidiendo no sólo leyes, porque es verdad que las leyes ayudan a colocar agravantes, por ejemplo, a que se visibilicen los crímenes de odio, a que se haga justicia frente a los casos que hemos tenido, sobre todo crímenes a compañeras lesbianas. Pero tiene que haber un cambio más de fondo y en ese sentido yo creo que como nosotras trabajamos en incidencia en políticas públicas, el Estado tiene que ampliar su mirada.

Aquí no estamos pidiendo cuestiones especiales, una ley especial o un trato especial. Nosotras estamos exigiendo una mirada mucho más amplia de la disidencia, una mirada que vaya más allá de ese sesgo heteronormativo que está en las políticas públicas. No puede ser que la salud sexual sólo esté enfocada en mujeres biológicas, no puede ser que exista una mirada de las prácticas sexuales, no puede ser que el ministerio de la Mujer visibilice solamente un tipo de mujer, un tipo de violencia. Yo creo que ahí el Gobierno junto a la sociedad civil deben hacer ese trabajo. Ahora, nosotras tenemos que encontrar una acogida dentro del Estado, porque también nos hemos encontrado con resistencias, sobre todo ahora que hay un Gobierno de derecha que se manifiesta muchas veces a favor, pero al final sale haciendo cuestiones contrarias, por ejemplo, recibiendo a un presidente claramente homofóbico, lesbofóbico, fundamentalista y reaccionario como es Bolsonaro. Aquí no hay una cuestión coherente. Yo creo que se tiene que avanzar en esas políticas y cambios de fondo para que se produzca esta transformación cultural.

¿Qué lectura hacen desde Rompiendo el Silencio de los ataques lesbofóbicos, transfóbicos, homofóbicos luego de una gran movilización feminista?

Nosotras sostenemos que mientras más visibilidad, mientras más derechos exijamos, mientras más empoderadas estemos desde mujeres de la disidencia sexual, más aumentan estos casos. Es como que se produjera una resistencia de los sectores más conservadores frente a los avances que hemos tenido – que no han sido muchos – en cuanto a derechos humanos de lesbianas, gay, trans, intersex.

En ese sentido, parece también que la mayor irrupción del movimiento feminista hace que las mujeres lesbiana y trans estén mucho más afuera, sacando sus voces desde la disidencia, desde esta interseccionalidad que ayuda a ver el movimiento feminista como un movimiento amplio, que propone cambios culturales de fondo, no solamente para unas pocas mujeres heterosexuales, blancas, acomodadas, sino que cuestiona de frente esos privilegios, esos privilegios que muchas veces no los tienen las personas que no están dentro de las estructuras heteronormativas.

Lógicamente se produce este aumento y hay que estar alerta. Nosotras en Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio estamos en alerta, porque sabemos que mientras más visibles nos hagamos, más pidamos nuestros derechos, más interpelemos a los patriarcas, y no solamente heterosexuales cis-hétero, sino que también a los gay, por ejemplo. Mientras más los interpelemos, más violencia vamos a recibir, más nos van a invisibilizar, más nos van a ningunear. La pelea se viene dura.

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