Opinión: El amor y la lucha en las marchas

Escrito por el mayo 11, 2017

Hasta antes de las elecciones en los Estados Unidos pensaba que las marchas son una cosa del pasado, pero hoy creo que son necesarias. No sé si las marchas en Estados Unidos y Chile van a cambiar el gobierno de Trump o el sistema de educación, respectivamente, pero sí hay fuerza en número.

Marché por  primera vez el sábado 21 de mayo con mi madre, mi amigo y su familia en The Women’s March on Washington, pero en su versión en Nueva York, que fue la más grande en la historia de Estados Unidos. También hubo marchas de mujeres en todo el mundo. Muchas mujeres vestían gorros rosados con orejas de gato.

Los hombres también marcharon y hubo personas de todas las edades. Fue tan emocionante hablar, corear y marchar junto a personas tan diferentes entre sí, pero igualmente enojadas por la elección de Trump.

Podría contar todas las razones porque las que marché ese día y quizás esbozar los motivos de los otros, pero esta vez voy a hablar sobre la unidad que se genera en las marchas.

La marcha estudiantil del martes 9 de mayo fue más unificada que la marcha de las mujeres, pero también más peligrosa que una en Estado Unidos. Ahora entiendo que no hay un «modelo» para las marchas.

Las personas que marcharon en The Women’s March estaban enfadadas con Trump y su gabinete, pero había un espíritu de amor. En cambio, en la movilización por la educación en Santiago había un espíritu más grande de descontento, fue una lucha: y este también era un sentimiento fuerte.

En The Women’s March no podíamos caminar por la gran cantidad de gente. ¡Fue increíble! Quizás fue tan masiva porque se realizó un sábado y la gente pudo asistir sin problemas porque no necesitaba faltar a la escuela o su trabajo.

Para mí, fue muy interesante descubrir que la marcha por la educación fuese un martes. Un día durante la semana, un día de escuela y trabajo; no como en Nueva York, donde se cerró una avenida grande para que la gente pudiese marchar sin problemas.

Pienso que realizar una marcha durante la semana tiene un mensaje grande, especialmente uno sobre la educación. Los estudiantes acá están determinados a cambiar el sistema y mientras que en Estados Unidos, nosotros sabíamos que no podíamos cambiar al presidente, pero lo que sí sabíamos era que podíamos tener voz y opciones.

La historia de la marcha, y la cultura de marchas, es importante. Aquí en Chile, en mi clase de historia de Chile contemporáneo aprendí sobre la FEUC, FEC y FECH durante la década de los sesenta. Donde los estudiantes cambiaron el sistema y crearon un sistema del co-gobierno e informalidad. La otra gente oía a los estudiantes y en 1970 Salvador Allende ganó las elecciones.

Es fascinante que por más de cincuenta años la juventud chilena hubiera marchado. Pienso que la marcha sobre la educación es parte de la memoria colectiva en Chile.

Las marchas en la década de los sesenta en Estados Unidos eran sobre Vietnam y los derechos civiles, marchas que a veces fueron violentas.  Ahora hay marchas por ‘Black Lives Matter’ y orgullo gay ‘gay pride’ pero pocas son violentas. En Estados Unidos necesitamos cambios, pero necesitamos más unidad entre personas diferentes y comunidad.

Los estudiantes acá ya están unificados. Cierto, hay desigualdad pero la mayoría de los estudiantes lo saben y por eso marchan. ¡Ellos no van a escuela para marchar! Les encanta la educación y quieren aprender, pero pienso que un poco más de amor tendría un gran impacto porque el gobierno probablemente es más reacio a cambiar el sistema si muchos son agresivos.

En The Women’s March no había gases lacrimógenos. Por otro lado, el sistema de educación en Estados Unidos también necesita un cambio, especialmente ahora con el gobierno de Trump y espero que los estudiantes de Estados Unidos puedan mirar el modelo de Chile, porque realmente no somos tan unidos como el movimiento aquí.

No me importaría que la policía usara gases lacrimógenos si tuvieses que protestar por la educación en Estados Unidos, porque nosotros seríamos una resistencia… al igual que los estudiantes chilenos.


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Susannah Davies
Estudiante de intercambio
Estudios Internacionales en Kenyon College, Estados Unidos
Estudios Internacionales, Pontificia Universidad Católica, Chile

 

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