Diamela Eltit: «La escritura es un proceso que tiene significado social, cultural y político»

Escrito por el abril 5, 2019

  • En el marco de la Cátedra Mujeres y Medios de la UDP, la Premio Nacional de Literatura recordó sus primeras lecturas y explicó el rol social que cumple el elemento disruptivo de sus obras.

Nuevamente aplaudida por la obtención del Premio Nacional de Literatura 2018, Diamela Eltit entró al auditorio de la Biblioteca Nicanor Parra, para formar parte de la Cátedra Mujeres y Medios, de la U. Diego Portales. La escritora, en un diálogo con un antiguo amigo, el periodista Álvaro Matus, se dispuso a hablar de su inmersión en la literatura y la función social de esta en un contexto de feminismo fortalecido.

Con actitud deshinibida, Eltit se remontó a sus 11 años, cuando leyó su primera novela: «Estaba enferma, y me fui a acostar a la cama de mi madre, debajo, ella tenía una maleta con libros. No sé de dónde salió, una cosa, más relacionada con lo místico. Entonces, saqué una novela. Mi entrada a la literatura fue Por quién doblan las campanas. Nunca supe, en esa lectura, que no iba a salir nunca de ese espacio».

Esta experiencia fue alimentada por la circunstancia especial en la que se encontraba su barrio, ubicado en Avenida Matta, en Santiago Centro. «Puede parecer un poco estrambótico hoy, pero mi barrio arrendaba libros», recuerda la escritora. Así fue conociendo diferentes géneros, desde novelas detectivescas hasta Corin Tellado; cada vez decantándose más por la literatura.

Sin embargo, la vida lectora de Eltit recibió un impulso cuando el entonces profesor de la Universidad de Chile Antonio Doddis, se convirtió en su tutor. «Su gran trabajo era hacerme leer. Con él leí sobretodo de la literatura española, leerme todo. Yo tenía que ir a la clase siguiente y me controlaba. Fue muy estimulante, una experiencia irrepetible».

Pedagogizada

Clara en sus intereses, Diamela Eltit estudió literatura en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es en este período como estudiante, que comprendió cómo la escritura «se modifica con el uso y los territorios»; para caer en cuenta de que «la escritura es un proceso, que a su vez tiene significado social, cultural y político», propone Eltit.

Esta nueva perspectiva rompió con su concepción del escribir, «porque no era ni para expresarse ni para hacerse famoso, sino que era un trabajo fino, de largo alcance y requería mucha concentración«.

Esta «barrera», a la que la escritora se refirió como «traumática», significó que tardara 7 años en publicar su reconocida novela Lumpérica. En este tiempo: «La tarea era salir de las pedagogías literarias. Había escrito, pero no era yo, eran modelos que iba tomando de una lógica literaria, estaba pedagogizada», recuerda.

Cambiar la literatura

En esta nueva relación con la escritura, se reconoce una significación política de la misma, la cual era mucho más evidente en la primera mitad del siglo XX,  cuando «los escritores casi tenían que tener esa posición política, y esta era escuchada porque había una relación entre el artista y el Estado. Hoy día la relación está entre el empresario y el estado«, señala Diamela Eltit.

Sin embargo, la escritora reconoce una relación mucho más profunda entre la escritura y la política, asegurando que «La escritura misma es politización. No puede haber una escritura que no sea política, porque tú eliges entre muchas escrituras posibles, eliges una política de escritura. Yo lo quiero llevar al terreno literario y pensar en políticas de escritura como formas políticas».

Reconocida la cualidad política, queda la pregunta, entonces ¿existe un rol social en la escritura? Al respecto, la propuesta de la Premio Nacional de Literatura, es que «la función social de la escritura ha sido una: cambiar la escritura misma. El punto es cómo generar o poner en tensión los pactos tradicionales del campo de la escritura».

Diamela Eltit, señala que los pactos que la tradición impone reducen el espacio de la literatura, lo que puede no solo llevar a escrituras «completamente pedagogizadas, que se hacen muy centristas», sino que también a marcar «cómo se pactan las editoriales, que de pronto no escriben los autores, sino que las editoriales escriben los libros, por su estructura preparada para venderlos».

Entonces, explica la escritora, «la tarea empieza por casa», en «hacer algo disruptivo que rompa el pacto en la escritura, sus bordes, sus límites y sus propuestas»; una mirada evidente en el carácter crítico de su obra y que, de forma breve pero significativa, Diamela Eltit trae a la contingencia cuando señala:

«Creo que el movimiento feminista tiene que descolonizar especialmente a las mujeres que están muy sobrepasadas por imaginarios que no le pertenecen«.

Puedes descargar de manera gratuita algunos de los más destacados libros y artículos de Diamela Eltit aquí: MemoriaChilena

La última novela de la autora, Sumarya se encuentra disponible en librerías.

 

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