Declaración de Centro Antu por el Día Internacional contra el Explotación Sexual de Niñxs y Adolescentes

Escrito por el mayo 18, 2019

Compartimos declaración de trabajadores y trabajadoras del Centro Antu, de Valparaíso en la conmemoración del Día Internacional contra la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes, ESCNNA.

Declaración Pública

Las trabajadoras y trabajadores del Programa especializado en explotación Antu a través de esta declaración pública, por motivo de la conmemoración del día en contra de la explotación sexual comercial de niñas, niñes, niños y jóvenes, flagelo que se materializa a través de una persona o un grupo de personas que se aprovechan de la condición de vulnerabilidad (social, emocional, de género, entre otras) de otra persona menor de 18 años, para satisfacer sus deseos sexuales, entregándole a ella/elle/él o a un tercero un pago en dinero, especias, regalos o algo tan intangible como amparo o protección. Esto se considera como una grave violación de los derechos humanos y una forma de explotación económica análoga a la esclavitud y al trabajo forzoso, que constituye además un delito por parte de los que utilizan a niñas, niñes, niños y jóvenes para el comercio sexual. Manifestamos nuestro repudio a las prácticas que configuran esta realidad y relevamos como urgente la toma de conciencia a nivel social, cultural, político y económico sobre el fenómeno.

Desde el territorio de Valparaíso somos testigos de las consecuencias que han repercutido en la vida de cientas de jóvenes que han transitado y transitan por el espacio Antu. La realidad es reveladora puesto que en su mayoría son niñas y jóvenes mujeres las que son víctimas y sobrevivientes de una de las vulneraciones más graves. Los distintos cruces de realidades que se sitúan en las experiencias vitales de estas jóvenes en donde han sido deprivadas social, cultural, emocional, política y económicamente se traducen en la convivencia entre la pobreza, el creciente comercio y consumo de drogas, la escolarización precaria, historias transgeneracionales de violencia y legitimación de prácticas heteropatriarcales, desencadenando episodios de salud mental transitorios o cronificados;  un entramado que el sistema no logra interrumpir.

A partir de nuestro trabajo y la realidad que develan las jóvenes se evidencia que los dispositivos que ofrece la política publica desde el sistema proteccional no facilitan el cumplimiento de uno de los objetivos fundamentales que son la interrupción de estas prácticas, lo que genera el despliegue de estrategias que están al margen de la obsoleta forma de comprender y atender la realidad de estas jóvenes, evitando practicas adulto centristas y buscando la protección y legitimidad de sus discursos. Cuestión que a su vez deteriora el ejercicio del quehacer de las, les y los trabajadores, con sobrecarga de casos y no contando con una red proteccional preparada para garantizar una atención integral que permita la reparación de los daños.

Estamos conscientes sobre la realidad patriarcal que habitamos y que repercute en los cuerpos de estas jóvenes, por lo que es imperante abrir los espacios para levantar sus realidades y desde ahí comenzar a construir políticas sociales coherentes con la diversidad de demandas que emergen producto de las vulneraciones que han vivido. En Chile se cuenta con –escasos- programas para la reparación del daño asociadas a la ESCNNA, lo que es completamente necesario para interrumpir los daños que genera estos fenómenos de violencia, sin embargo, pareciese insuficiente la reflexión en torno a cómo la sociedad desde sus dimensiones culturales, políticas, económicas y simbólicas construye sujetos que se transforman en reproductores de una masculinidad hegemónica que se desarrolla a base de privilegios por sobre una visión femenina, lo cual ha tenido efectos nefastos sobre los cuerpos de niñas, niñes, niños y jóvenes, las que facilitan, materializan e invisibilizan al mismo tiempo realidades como la ESCNNA en donde la mayoría de quienes se configurarían como explotadores y demandantes son varones que han incorporado valores de la cultura patriarcal, existiendo también un porcentaje de mujeres –y otras identidades- que los reproducen.

Es urgente adecuar estas políticas a una realidad comunitaria, territorial y que responda a su contexto, situándose en el trabajo no solo de reparación, sino de la prevención de la construcción de esta realidad, sensibilizando a las comunidades desde una educación popular y feminista que logre romper con los mandatos sociales adultocentristas, capitalistas y patriarcales, dado que este orden es funcional a la estructura de poder y dominación que facilita, normaliza y perpetúa la mercantilización de los cuerpos de identidades transfemeninas, mujeres y varones.

Hacemos un llamado a la comunidad a informarse, problematizar, reflexionar, politizar y poner en práctica acciones que cuestionen y develen este flagelo, generando estrategias que permitan prevenir de manera colectiva la realidad que viven niñas, niñes, niños y jóvenes en nuestros territorios. Convocamos además a la construcción y adhesión de colectivos y organizaciones que trabajen y construyan espacios para la reflexión, cuestionamiento y aplicación de acciones en contra de este y otros fenómenos de violencia patriarcal.

ATTE,

EQUIPO ANTU.

Valparaíso, Mayo 2019.-

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