¿Por qué debería importarnos el TPP-11?

Escrito por el abril 30, 2019

Durante las últimas semanas, la controversia se ha desatado en torno a si Chile debe o no aprobar el TPP-11. Se trata de un importante decisión que, aunque tiene firmes grupos de partidarios y detractores, sigue generando dudas.

Mucho se ha hablado sobre las amenazas que significa aceptar este tratado de libre comercio. Los mayores temores surgen en relación a su incidencia en materia de políticas públicas. Esto quiere decir, que más allá de ser un acuerdo comercial, también abarca aspectos relacionados a la propiedad intelectual y uso de internet, agricultura, medicamentos y tecnología.

A pesar de lo novedoso que pueda resultar un acuerdo como el TPP-11, Chile es un país que se ha destacado por su interés en firmar acuerdos comerciales con otros países. En este sentido, el TPP no hace sino confirmar la política del país durante las últimas décadas, de abertura económica, bajos aranceles y de baja iniciativa para el desarrollo de una industria nacional.

Podría decirse que el TPP-11 viene a consolidar el trabajo hecho en conjunto por los gobiernos de izquierda y derecha, en cuanto a abrir al país a la economía mundial, aún en desmedro de la industria nacional.

Un aspecto que si ha generado abiertamente desconfianza sobre el TPP-11, es la posibilidad de que este sea otro paso en una globalización poco interesada en escuchar a la población. Esto por el escaso, o derechamente nulo interés en hacer de este tema, una discusión nacional. Vale la pena preguntarse qué tan dispuesta está la sociedad a aprobar un nuevo acuerdo económico.

El ex canciller Ignacio Walker, señaló que este tratado es parte esencial del desarrollo de Chile, ¿no se supone que lo han sido todos los demás acuerdos de libre comercio que hemos firmado? En base a esto, ¿qué sentido tendría aprobar el TPP-11 si ya tenemos tratados comerciales con todos los demás países suscritos? Se habla de bajos aranceles para nuestras exportaciones, así como también de una disminución en los precios de algunos productos importados, sin embargo, todo estos son elementos ya presentes en nuestra economía.

Sin embargo, en donde los partidarios del TPP-11 no han sido tan elocuentes, es en señalar como el acuerdo podría interferir a la hora de legislar sobre ciertos temas, o que tan autónomos somos a la hora de realizar profundos cambios en nuestro país. El economista y académico, José Gabriel Palma, ha señalado que no ha existido claridad sobre las nuevas reglas afectarán nuestras políticas, lo que por si solo ya es un argumento de peso para cuestionarse el TPP-11.

De igual forma, Palma también advierte sobre como afectaría la «industrialización» del país. Esto último entre comillas porque es difícil hablar siquiera de industrialización alguna. En este sentido, el TPP-11, como punto de convergencia de políticas entre países, resulta una traba. Esto porque ante cualquier cambio importante en la legislación de Chile que pueda afectar alguno de los diversos puntos del tratado, deberá ser analizada y adaptada para coincidir con los estándares que el TPP-11 imponga.

El economista señala que producto de esto, el acuerdo en discusión vendría a «congelar» la situación de los países. Australia, integrante del TPP-11, ya mantiene una política de industrialización, mientras que Chile no, por lo que al momento de aprobar el tratado, ya no dependería de nosotros proponer un plan de desarrollo industrial, sino que estaría sujeto al resto de los integrantes del acuerdo. En cambio los australianos tendrían la libertad de continuar con sus proyectos.

El TPP-11 se encuentra ahora en el Senado, por lo que falta aún por discutir. Como población, corresponde darle la mayor de las importancias a este debate. Aún cuando el acuerdo no sea el apocalíptico tratado que algunos señalan, tampoco es «la esencia de la estrategia al desarrollo», que algunos como Ignacio Walker han querido proponer.

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