Justicia y verdad para Francisca Sandoval

Escrito por el mayo 12, 2022

No se mata la verdad matando periodistas. El asesinato a sangre fría de Francisca Sandoval, periodista de Señal 3 La Victoria, no puede quedar impune. Su muerte, en este fatídico mes de mayo, se inscribe como el primer caso de periodista asesinada en contexto de movilizaciones callejeras en Chile desde el fin de la dictadura civico militar.

No se mata la verdad tapándola con mentiras. Mientras para muchos medios y prensa corporativa aún se habla de «enfrentamientos» entre comerciantes y manifestantes, respecto de los hechos lamentables acaecidos en inmediaciones del barrio Meiggs de la comuna de Santiago el pasado primero de mayo, en el marco de la movilización de la Central Clasista de Trabajadores, la verdad develada da cuenta de que la agresión a la prensa fue dirigida. Marcelo Naranjo, el único acusado de disparar contra Francisca y otros comunicadores fue dejado en prisión preventiva bajo cargos por homicidio frustrado.

Foto Piensa Prensa

Las únicas balas quedaron en los cuerpos de tres comunicadores populares: de Señal 3, Radio 7 y Piensa Prensa, además de un menor de edad. Todo a vista y paciencia de la pasividad y complicidad de Carabineros de Chile, policía militarizada que arrastra cientos de casos de violaciones de derechos humanos durante los últimos años.

La comunicación comunitaria, alternativa y popular siempre ha sido una herramienta al servicio de la verdad y de la disputa discursiva de las comunidades movilizadas por transformar la sociedad. Los medios de comunicación surgidos desde la base social, como Señal 3 de La Victoria, con esfuerzo y aguante han sostenido un modelo comunicativo que ha puesto otras miradas y otras voces en circulación nacional, constuyendo nuevas verdades, las nuestras.

La muerte de Francisca Sandoval es un golpe durísimo a los estándares democráticos con los que se ejerce el rol de los comunicadores en Chile. Urge una revisión profunda a los protocolos de protección de la prensa, al posible rol pasivo de carabineros en el actuar delictual de bandas armadas que reaccionan a la legítima movilización popular, bajo extraños criterios.

La cámara de Francisca no defendía intereses corporativos ni representaba a consorcios comerciales de la información, sino que tenía por objetivo informar desde la verdad, lo que sucedió en las calles en la conmemoración del día del trabajador y la trabajadora, a través de plataformas sociales, donde cientos de comunicadorxs hoy ejercen un derecho y sostienen la libertad de expresión.

No es casual que sean los reporterxs y comunicadorxs de la prensa alternativa, popular y comunitaria los que reciben las balas de delincuentes armados y las agresiones policiales. Hay un rol informativo fundamental que se ejerce desde la comunicación social de base que necesita ser defendido y regulado por el estado y la sociedad en su conjunto. No es casual que sean los mismos registros de medios alternativos los que aceleraron la identificación del asesino, no las investigaciones policiales o judiciales, menos algún gesto político del gobierno.

No se mata la verdad matando periodistas. Se mata la democracia. La muerte de la periodista Francisca Sandoval, integrante del canal de TV Comunitaria, Señal 3 La Victoria, a manos de un delincuente, a vista y paciencia de la Carabineros de Chile, es un reflejo de la desprotección del derecho a la comunicación y la nula acción del estado en propiciar el resguardo adecuado a la movilización social y a la prensa que la cubre de forma legítima.

Por el derecho a la comunicación de todxs.

Por una comunicación sin violencia.

Verdad y Justicia para Francisca Sandoval, su familia y sus compañerxs.

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