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Cuando la defensa de la memoria requiere de “relatos más integradores”: la voz de Magdalena Garretón, coordinadora del Museo de la Memoria

Escrito por Radio JGM el mayo 9, 2024

Magdalena Garretón coordina el Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos y desde allí potencia la pedagogía en el ejercicio permanente de la memoria, verdad y justicia.

Por Farylen Martínez

“La verdad en este momento estamos muy abocados a llegar a personas y por esto mismo invitamos a colegios, hay colegios que no quieren venir por aprensión de los padres o por alguna línea propia de cada institución, pero eso es una tarea en búsqueda de concientizar. Creemos que tenemos una responsabilidad en aportar nuestro granito de arena a la pedagogía y además hemos visto y lo vemos acá en el día a día, nos los reportan los mediadores, como de repente hay preguntas que vienen teñidas en cierta medida del negacionismo, que lo vemos por muchos lados instaurado”.

Así describe Magdalena Garretón, coordinadora general del Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos, el momento actual que vive este espacio visitado por miles cada año y que ha logrado posicionarse en uno de los espacios museográficos más importantes de su estilo en el mundo.

Agrega que también les importa “saber cómo podemos nosotros aportar a la creación de relatos más integradores, de respeto hacia los derechos humanos y a las diversidades”. Este espíritu de acción se ha ido concretando en acciones como el desarrollo de un sistema braille en las cédulas de las muestras o la implementación de Lazarillo. “Queremos, aunque todavía no tenemos, un intérprete de lenguaje de señas para todo el día, pero si lo tenemos en ciertas actividades”, agrega.

Para ella, “el permanente trabajo de reconstruir y fortalecer la memoria” es clave a la hora de diseñar programas y actividades. Además, destaca, que “éste es un museo que no compra sus piezas, no tiene colección de arte, sino que todo lo que tiene ha sido donado por las víctimas o por los familiares de las víctimas o por agrupaciones que nos brindaron sus archivos. Entonces, de vuelta al museo, también tiene como misión reivindicar la memoria desde esa mirada, siempre relevando y dándole dignidad a quienes vivieron en carne propia los horrores de la dictadura desde el 73 al 90, y también haciendo cruces con otras realidades”.

Sobre la actual época que vive el Museo, pensando incluso en la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado, en 2023, ella sostiene que la línea curatorial sigue siendo la misma que inspiró sus primeros días. “No creo que haya cambiado la mirada; gracias a muestras pasadas me di a la tarea de asegurar una mejor explicación, casi hasta pedagógica, frente a las distintas temáticas abordadas durante exposiciones o cédulas del propio Museo», sostiene, explicando que todo se hace con el fin de hacer accesible la historia a todo el público.

“Incluso –agrega- hubo un tremendo esfuerzo en una exposición que se llama Juzgar e filmar los juicios por crímenes de lesa humanidad, esa que está en la entrada del Metro (Quinta Normal) fue un tremendo desafío. La idea era llevar el proceso de un juicio y que se entendiera, tratando de acercar aquel proceso lejano que ocurre en tribunales para poder pedagojizarle y acercarlo a los visitantes. Sigue siendo una misión un poco árida”.

Con relación a la proximidad que sienten las personas con el Museo y el presente, Garretón cree que “es muy importante lo que nos toca para los próximos años, sobre todo a mi generación y más chicos, los hijos de quienes eran protagonistas del año 73, ¿Por qué? Porque es una generación a la cual no se le preguntó nada, vivió todos los horrores de la dictadura”.

Espacio biográfico y vocación

Magdalena Garretón ejerció durante tres años su licenciatura en Educación como profesora de Historia, Geografía y Educación Cívica, para después volcarse de lleno en materias de memoria, derechos humanos y promoción de la historia, entre las que destaca su labor en el Ministerio de Educación durante el primer gobierno de Michelle Bachelet y el Museo de la Memoria.

Pudo confirmar su vocación antes, cuando formó parte del programa Chile Califica, en 2002, tratándose de un innovador sistema para la época que proponía fomentar la educación y capacitación de personas que no habían finalizado sus estudios primarios o secundarios, siendo la mayoría de bajos recursos, con el fin de aumentar la empleabilidad en el país.

Pero su afán de seguir creciendo y expandiendo su horizonte como docente no quedó hasta ahí, pues comenzó nuevos estudios en la Universidad de Barcelona, centrándose en la Dirección y Gestión de Centros Educativos. Ya de vuelta en Chile, su docencia se ve interrumpida por un trabajo que le surge desde el Ministerio de Educación, que en ese momento obtuvo gracias a la ministra de ese entonces, Mónica Jiménez.

Ya en el ministerio, Garretón se embarca durante doce años en distintos proyectos, entre los cuales surge una iniciativa por parte de la presidenta de la época, Michelle Bachelet, de crear el Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos. Para esto se genera una comisión interministerial, en la que ella es nombrada como representante del Ministerio de Educación.

Magdalena Garretón fortalece cada día su vocación teniendo presente a su fallecido padre, el abogado Roberto Garretón, Premio Nacional de Derechos Humanos en 2020:

“Mi papá gozaba de estar aquí, él venía todos los años para el Día del Patrimonio a hacer las visitas al museo, le encantaba, fue muy impulsor en su creación”.

Su padre fue velado en la explanada del museo, aquella con un horizonte de cemento claro en el que hacen distintas conmemoraciones, por lo que ahora su memoria colectiva también trae otro recuerdo: “Mi papá me marcó mucho, en lo personal, en los intereses; es parte de mí”.

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