Alejandro “Mono” González, pintor y muralista chileno “Yo estoy cuidando el espacio para todos, para que sea justo y sano”

Escrito por el mayo 9, 2024

Alejandro «Mono» González, 77 años, nació en Curicó, ciudad en la que él mismo menciona que su arte no es muy reconocido. “Allá hay una especie de latifundista o patrón de campo todavía con esa mentalidad conservadora”, por lo que para él, expresiones sociales como las que plasma desde hace décadas en sus murales y el activismo que demuestra desde que fue miembro de la Brigada Ramona Parra, no son del gusto de la mayoría.

Por Bastián Pacheco

“Mono” González ha sido galardonado con una multitud de distinciones y reconocimientos por sus logros a lo largo de su carrera. Pero hoy muchos de quienes se acercan a su local en el Galpón 6 del Mercado Persa Víctor Manuel, ubicado en el barrio Franklin de Santiago, no saben que él es un artista emblemático en la lucha por los derechos humanos. Por lo que cuando se acercan a ver sus obras, únicamente las revisan, preguntan por el precio y se van. Por otro lado, quienes conocen su obra, se acercan, le piden fotos y conversan por largos minutos con él.

Mono González

Esa intención de proteger los derechos humanos está presente en él desde sus inicios como muralista. En 1969 fue miembro fundador de la Brigada Ramona Parra, una agrupación creada por las Juventudes Comunistas, que se dedicaba a alentar a la ciudadanía a tener voz en los problemas sociales que les afectaban, a través de murales y pinturas que se realizaban de forma clandestina en plazas y lugares concurridos de distintas ciudades. Sin embargo, muchas de estas obras fueron destruidas por la dictadura, como fue el caso de El primer gol de Chile que fue pintada en 1971, pero que fue cubierto de pintura dos años después.

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Alejandro “Mono” González, pintor y muralista chileno junto a ilustradora Paulina Veloso.

Por esto, valora la calle como espacio, pues “es donde se expresan todas las ideologías, las clases sociales”, sin embargo, lamenta que “también la ciudad está dividida entre los de arriba y los de abajo. Es un símbolo en todas las ciudades de este país. Los que viven para arriba son los que están en mejor poder económico y los que viven abajo son los que les sirven a ese poder, los que están en la otra frontera por clases sociales, por situaciones económicas, por espacios y por los tipos de vivienda que hay en los barrios periféricos. El alcantarillado, las luminarias y la delincuencia son muy distintas en las diferentes ciudades”.

Actualmente, se siente identificado con causas sociales como las de Palestina o las que se generaron durante y después del estallido social. Y es que, enfatiza, “cuando nos metemos en la lucha no es una cuestión de egoísmo, de dejar de lado a la familia, que a mí me costó la separación. Yo lucho por la mía y lo pongo con mucha fuerza y acento. Cuando uno se mete en lo de Palestina es porque no quiero que le suceda a mi familia o a nuestros niños lo que allá está sucediendo, lo mismo pasa con las dictaduras, tampoco quiero que ellos vivan o se desarrollen en dentro de eso, en el fondo cuando uno entra es únicamente por generosidad”.

Para él es simple, y lo define así:

“Yo estoy cuidando el espacio para todos, para que sea justo y sano. En todo sentido, en la salud, la educación y la vivienda. Esa es la sociedad que yo quiero, entonces, yo no trabajo solo para mi familia, si no para todas”. Es por esto, que durante la dictadura, continuó trabajando en el anonimato, incluso sabiendo lo que podría suceder en caso de ser descubierto.

Así lo ha demostrado en una multitud de ocasiones a lo largo de su carrera. La representación más reciente de esto es su obra No al genocidio en Palestina, la que responde a su solidaridad con Palestina porque no quiere “que le suceda a mis nietos o a mi hijo, lo que allá está sucediendo. La impotencia de no poder defenderse, o alimentarse. Entonces ¿qué podemos hacer nosotros? Cuando me dicen, pero tú no eres palestino, sí sé pero, Picasso no estuvo en Guernika, pero impactado por las noticias, su obra es al día de hoy una de las mayores denuncias del arte con respecto a las masacres y violaciones de los derechos humanos. Lo mismo estamos tratando de hacer nosotros, en el sentido de ¿cómo podemos nosotros con nuestro arte solidarizar con el pueblo palestino? Sobre todo con los niños, que son los que más sufren con el hambre, las masacres y lo indefensos que están”.

Sobre aquella creación, relata que la idea de hacerlo como un afiche, es para “concientizar” a las personas que transiten por las calles donde serán pegados. De la misma manera, sostiene que el tamaño de estos está hecho con una finalidad específica.

“El tamaño de los afiches es de un metro, para pegar uno sobre otro y conseguir dos metros, es decir, la altura de una persona. Así cuando las personas los vean, estarán a la altura de los ojos del personaje, lo que les dará la impresión que los están mirando y será más fácil entender lo que se denuncia.”

Chile en la actualidad

Sobre el contexto chileno actual, lamenta que el Presidente de la República, Gabriel Boric “no ha podido gobernar. Primero porque no hay mayoría en el Congreso, no ha podido sacar las leyes o el programa que tiene porque hay un sabotaje y un boicot muy fuerte. Vivimos en un país súper conservador reaccionario, muy parecido al del campo latifundista”. Agrega que “este gobierno no ha podido hacer gobierno, construir o aplicar programas. Segundo, porque las leyes que se han querido votar, aunque se hayan negociado, al final tienen que claudicar al servicio de la mayoría que está en el Congreso y que es personal de derecha, entonces estamos en un gobierno que para sacar leyes o lo que sea, hay que negociar. Ojalá hubiera tenido mayoría y así tener cambios positivos en el país”.

También, se refirió a la crisis de seguridad que está presente en distintas partes del país. “Ver un carabinero en mi población es una suerte.” Sin embargo, contrastó esta realidad con la que se vive “en sectores altos”, donde asegura que “la búsqueda de la seguridad social o la seguridad física de las personas con respecto a la delincuencia, no está enfocada en las partes más vulnerables, al contrario, van hacia el alto. Las plazas, las luminarias y muchas otras cosas. Incluso los mismos municipios tienen mejor vigilancia que las comunas de la periferia”.

Sobre esto último, añade que “cuando hablamos del poder, tiene que ver con la igualdad, aquí no hay igualdad, cuando hablamos de la verdad, tampoco hay una verdad. Entonces, es injusto y una sociedad injusta no es una sociedad democrática porque no hay equidad, no hay igualdad en el trato, en el acceso a la justicia, a la salud y a la educación”.

Arte popular al alcance

Acá la mayoría de los que llegan a arrendar o a instalarse en los lugares, es para vender o comercializar algo que ellos mismos elaboran o algo que compran y venden, pero yo vine acá a instalarme no solo para vender mi arte, sino también para hacer una actividad cultural. Aquí hemos hecho mucha actividad cultural, han estado muchos músicos, lanzamientos de libros, etcétera y esta es una exposición permanente. Trajimos una actividad cultural en un lugar que se supone que es más comercial”, sostiene sobre el Persa.

Para él, es un lugar ejemplar, sobre el que asegura que, “queremos divulgar lo que nosotros hacemos, pero también queremos educar, ¿por qué lo hacemos y para qué lo hacemos? para crear un público que financie a los artistas populares, con una obra, nosotros hacemos obras de más de diez de distintos precios asequibles a distintos estratos sociales, pero para que la gente todas se la lleve. por lo tanto también estamos divulgando, estamos educando y estamos fomentando el arte popular”.

“Mono” concluye la conversación mostrando un cariño especial por este espacio porque “lo que yo converso acá también tiene que ver con un trabajo político con un trabajo artístico, social, no crear y vender sino que ¿por qué voy a crear? y ¿por qué voy a vender? Una cosa es sobrevivir yo, como artista o como ciudadano, pero si no conversara con nadie, esta cantidad de público de distintas clases sociales que pasan por aquí, no entenderían mi mensaje, ni todo lo que quiero transmitir”.

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