¿Cuál es el rol de los hombres en la movilización feminista?

Las mujeres han demostrado que son capaces de instalar demandas en la agenda política y mantener una movilización sin depender del sexo masculino. Cabe preguntarse, entonces, ¿están participando los varones de la movilización feminista? ¿Es pertinente que lo hagan? Representantes estudiantiles y participantes de instancias de deconstrucción de masculinidades comparten sus opiniones y experiencias.

Las universidades y liceos de Chile llevan movilizados más de un mes por demandas de carácter feminista. La educación no sexista, perfeccionar y establecer protocolos en casos de acoso y abuso, y una educación sexual integral son algunas de las exigencias que, mediante la paralización y las tomas de sus instituciones, mantiene la organización que es principalmente femenina.

Las mujeres han demostrado que son capaces de instalar demandas en la agenda y mantener esta movilización sin depender del sexo masculino. Cabe preguntarse, entonces, dónde están los hombres mientras las mujeres se organizan, asisten a reuniones, mantienen sus espacios tomados, levantan actividades de formación, entre otras cosas. ¿Están participando de la movilización feminista? ¿Es pertinente que lo hagan?

El delegado de Bienestar FECh e integrante de la Sesegen FECh, Rodrigo Mallea, opina que los hombres deben participar de la movilización, pero sin ser los protagonistas de ella.

“Los hombres deben preocuparse de sus propios privilegios, de sus propias masculinidades. Más que reformular esta nueva masculinidad, yo diría que hay que destruirla”, dice Mallea, e incluye a las disidencias sexuales entre quienes deben participar de este proceso.

En la misma línea, Tomás García, quien ha participado de distintas instancias de reflexión y se ha mantenido activo en la movilización, dice que los hombres no deben mantenerse en un estado pasivo en este proceso, únicamente permitiendo la movilización de sus compañeras.

A esto, el estudiante de Periodismo agrega que “el patriarcado y el machismo están generando sujetos que son dañinos, que reprimen sentimientos, que coartan emociones y, por lo tanto, terminan por liberar una violencia que se ejerce, lamentablemente, sobre las mujeres”.

Tomás García critica la falta de acción de parte de los hombres y la reticencia para considerase parte de la violencia machista. Aun así, considera que las distintas acciones que han realizado las mujeres visibilizando las actitudes violentas de los hombres han provocado un autoanálisis de parte de ellos.

En distintas universidades los hombres han levantado espacios de reflexión, discusión y formación para problematizar en conjunto sobre sus privilegios y opresiones. En la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales, por ejemplo, han hecho talleres de educación no sexista, de género y diversidad sexual y un conversatorio sobre la Ley de Identidad de Género, entre otras actividades de deconstrucción.

Uno de los integrantes de la Comisión de Organización de Hombres en este espacio, Bastián Escorza, critica la cantidad de asistentes a estas actividades: “En promedio han asistido 30 alumnos, lo cual es una baja participación, considerando los 260 hombres que votaron para la ratificar el paro. Es un tema grave y a tratar”. De todas maneras, dice que han sido espacios enriquecedores que deben reproducirse en la cotidianidad.

La movilización de la Universidad Diego Portales ha sido ejemplo para otras instituciones como para la Adolfo Ibáñez, donde han replicado su pauta para organizar talleres de deconstrucción. El delegado político de Ingeniería Comercial de la UAI, Andrés López, dice “la recepción ha sido muy buena y lo ven como un espacio más que necesario”.

De todas maneras, prefieren abordar el tema desde los círculos cercanos y en los espacios cotidianos, debido a que no se sienten preparados para enfrentar posibles declaraciones y esperan formarse en ese sentido.

Así, los hombres han generado instancias de deconstrucción de masculinidades como parte de la movilización feminista. Si bien aquellas personas movilizadas entienden que debe ser un proceso cotidiano, todas invitan a la participación de las actividades, en busca de que su género se sienta parte de este proceso histórico.