Comunidades de San Fabián de Alico luchan por preservar el Río Ñuble

Escrito por el abril 2, 2018

San Fabián de Alico es una pequeña localidad ubicada en la nueva región del Ñuble, siendo un territorio que se caracteriza por la belleza de sus paisajes y por los deportes que se realizan en el río más importante de la zona y que lleva el mismo nombre.

Lamentablemente estas dos características parecen prontas a cambiar, ya que en esta comuna está sucediendo una de las problemáticas socioambientales más graves de nuestro país: la construcción del embalse Punilla proyectada en el Río Ñuble, que propone un supuesto doble beneficio. Por un lado generar energía y por el otro embalsar agua para el riego. El problema es que este discurso olvida el daño irreparable que generaría a la biodiversidad y a las comunidades que viven allí.

Este es un proyecto financiado por el Estado, con recursos de todos los chilenos  y concesionado a la empresa italiana Astaldi. De realizarse  se transformaría en la segunda represa más alta de Chile con un muro de 136 metros de alto y con el que se pretende inundar 1.700 hectáreas, pasando por medio del Corredor Biológico Nevados de Chillán-Laguna del Laja, el cual es calificado como Reserva Mundial de la Biósfera por la UNESCO. Cabe destacar que en el caso del embalse Punilla actualmente se están realizando estudios previos y aún no comienzan los trabajos de la obra.

Una de las aristas más oscuras en este proceso, además de que el Estado financie proyectos para privados, es el trabajo que ha llevado a cabo Martin Arrau, militante de la UDI.

Arrau fue elegido en febrero por Sebastián Piñera como delegado presidencial para la zona y  se transformará en Intendente desde el próximo 3 de Septiembre, cuando la zona comience a funcionar oficialmente como región del Ñuble. Antes de ostentar este cargo, Arrau fue el presidente de la Junta de vigilancia del Río Ñuble, y además posee acciones de agua de la misma cuenca. Este hecho significa un claro conflicto de interés que podría inclinar la balanza a la hora de tomar decisiones sobre este proyecto.

Desde la organización Ñuble Libre denunciaron el hecho, entendiendo que si se realiza el embalse Arrau tendría ganancias económicas. Así lo explicó Marcela Bustamante, miembro de la organización.

“Como Ñuble Libre consideraos que Martín Arrau tiene intereses directos con la junta de vigilancia del Río Ñuble, de hecho el era presidente de la junta de vigilancia y renunció para ser delegado presidencial de Sebastián Piñera, pero sus acciones de agua siguen estando. Por lo tanto hay un claro conflicto de interés que nosotros rechazamos.”

Pero el embalse Punilla no es el único proyecto que se realiza interviniendo el río Ñuble. La Central Ñuble de Pasada o más conocida como HidroÑuble, pertenece a la empresa eléctrica Puntilla, cuyo gerente general es Eduardo Morel, hermano de Cecilia Morel y cuñado del Presidente Sebastián Piñera. El proyecto, que ya inicio sus obras, proyecta dejar el río con un caudal menor al 10% por una distancia de 16 kilómetros de faja, es decir serían 22 kilómetros del río donde disminuiría su caudal a un décimo del nivel normal. Todo para poder generar más electricidad.

El trabajo de HidroÑuble tampoco ha estado exento de polémica. Uno de los principales problemas ocurrió en enero pasado y se trató de vertimiento de material explosivo y desechos al cauce de la cuenca del Ñuble. El hecho fue denunciado por la organización Ñuble Libre y presentando pruebas a la Superintendencia de Medioambiente, tal como lo explica Marcela Bustamante.

“Según lo establecido por la RCA del proyecto, cuando se hacen las tronaduras todo el material tiene que ser retirado y depositado en un lugar de acopio autorizado. Acá se hicieron tronaduras y luego ingresaron las maquinas, sacaron todo el material y los fueron a tirar al río, con desechos de explosivos. Por lo tanto eso es contaminación, es delito.”

Sin embargo, desde la Superintendencia aún no se han pronunciado sobre la denuncia interpuesta el 6 de enero.

Otra situación complicada para la comunidad fue la ocurrida el pasado 25 de enero, donde la organización Ñuble Libre llamó a una movilización, motivada por el vencimiento de los permisos para trabajar de la empresa eléctrica Puntilla, los cuales están vencidos desde abril del 2017. Durante la manifestación, se bloquearon las obras del proyecto HidroÑuble, lo que les costó a los manifestantes una querella por desórdenes públicos, la cual ha abierto una investigación que debería tener resultados en las próximas semanas. Está situación es explicada por un miembro de la organización.

“En abril del año 2017 se vence el plazo de ejecución del proyecto hidroeléctrico Ñuble de pasada, desde ese momento se hicieron las denuncias a la Superintendencia de Medio Ambiente, se comunicaron a las autoridades provinciales. Sin embargo durante todo este proceso no ha habido ningún tipo de fiscalización ni autorización para retomar la actividad de las obras, por lo tanto se tomó la decisión de realizar una toma pacifica del lugar de trabajo de HidroÑuble, para llamar la atención de las autoridades buscando que hagan cumplir realmente la normativa ambiental y lo que establece la resolución de calificación del proyecto”

La realización de estos dos proyectos ya está generando cambios devastadores para la cuenca del río Ñuble, para la biodiversidad del lugar y para los arrieros de la zona, quienes verían perturbada su fuente de trabajo. ¿Hasta cuándo seguiremos sentados mientras empresas intervienen nuestros ríos y dañan la naturaleza con el fin de generar más y más dinero? ¿Qué medios tenemos que utilizar para despertar la conciencia y por fin empezar a respetar la naturaleza de la que somos parte?

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