Benjamín Walker: «Dedicarme a la música cambió mi vida abruptamente»

Benjamín Walker creció de la mano de la música. El joven cantautor comenzó a tocar la guitarra cuando era niño y ésta ha sido su principal herramienta para que, a sus 27 años, ya lo acompañen dos álbumes de su autoría. En la actualidad, luego de un exitoso 2018, llega a representar a Chile en la competencia folclórica del Festival de Viña del Mar 2019 con la canción “Y arderán”.

Al término de su ensayo, un relajado Benjamín junto a los músicos que le acompañan coordinan los últimos detalles para su presentación en Club Chocolate con su bromance, Vicente Cifuentes. Vistos los últimos detalles para la noche, el cantautor se alista para conversar de su música, de política y de sus proyecciones.

 ¿Cómo fue para ti crecer y desarrollarte de la mano de la música?

Ha sido un cambio de absolutamente todo, de mis sentidos comunes, de mis habilidades como músico, de mi ánimo como persona y como individuo. Cuando tomé la decisión de que la música fuera lo único de lo que yo me alimentara y que yo alimentara, cambió todo. Pasé de tener una vida muy distinta y mucho más feliz, con mucho más sentido, con más conocimiento de causa, con más voluntad de hacer cosas, con más confianza de las cosas que sé y las que quiero saber, sobre todo el ánimo de crear.

Los últimos dos años, que han sido sólo de estar viviendo de la música, he recuperado esa energía y la voy potenciando. La verdad, mi vida cambió abruptamente.

 ¿Cómo ves el espacio que se le da a las y los artistas chilenos en el país?

Creo que estamos en una época de mutación muy intensa, un proceso de cambio que quizás la industria musical chilena no había sufrido nunca. Nuestra generación tiene mucha más voluntad y predisposición a escuchar música chilena y es mucho más valorada. Además, creo que están saliendo artistas de una calidad impresionante en Chile que no tienen el susto de ser pop ni de ser muy profesional ni de sacarse fotos buenas, con maquillaje, proponiendo ropa que antes se veía un poco ridículo por amor al romanticismo medio punketa.

¿Tienes algún o alguna referente en la música chilena? 

Está Víctor y está Violeta, pero yo creo que esa es una premisa que todos tenemos, ya que hay un antes y un después con estos personajes que son como el papá y la mamá de la música chilena. Pero en cuanto a artistas más inmediatos, yo rayaba con Manuel García a nivel de composición. Rayé con Nano Stern a nivel de performance, de show en vivo, aprendí mucho de él. A nivel de propuesta musical, Camila Moreno probablemente es mi artista chilena favorita. Hoy día creo que Rubio está empujando la barrera de lo que se escucha en Chile y de lo que se propone a nivel musical y eso se ve más reflejado en mi proyecto de Hausi Kuta con los chiquillos, la tenemos de referente inmediata. A Yorka la admiro muchísimo a modo de cómo enfrentar la vida y las ganas de posicionarse donde uno quiere estar. Para mí, conocer a la Yorka cambió toda mi forma de hacer esto.

De lo humano y lo divino

No, me importa un pico. Con mi madre es distinto, porque mi mamá es mi colega. Ella me enseñó a hacer música, a tocar, me llevaba a conciertos, me hacía relacionarme con otros músicos para yo aprender de ellos. Por darte un ejemplo, ayer fui a ver a Congreso y nos quedamos después compartiendo con los chiquillos del grupo y esa es la historia de mi vida. En ese sentido me siento privilegiado y sí, ahí toda la influencia que puedo tener de mi mamá.

Lo de mi papá, para mí, es un dato anecdótico. Yo quiero mucho a mi viejo, aunque tenemos visiones distintas de la política, pero ningún tabú. Lo admiro y lo respeto muchísimo como político, independiente de cómo pensamos. Lo otro ya me da risa. No sé, el otro día salió un reportaje mío en The Clinic y, por el público objetivo del medio que le sigue en redes sociales, veía los comentarios y me hacen mierda, pero yo soy un profesional de la música, tengo algo que mostrar. Estudio música desde los seis años y no le tengo que demostrar nada a nadie.

En tu concierto «Brotes Florecen», realizado en diciembre en Matucana 100, dijiste que ibas a tocar «Lo único que tengo» de Víctor Jara y contaste que tu mamá te la cantaba cuando eras pequeño ¿Qué significa esa canción para ti?

Es una canción que va cobrando significados distintos constantemente y se me ocurren miles de razones. Primero la conocí por mi mamá, la escuché cantada por ella antes siquiera de saber que era de Víctor. Es una canción que conecta con mucha contingencia histórica y política. Además, musicalmente, aislada de todo significado histórico, ya de por sí es una belleza que te para los pelos cada vez que la escuchas. También es una canción que tiene un sentido premonitorio: «mis manos son lo único que tengo» y fue lo primero que le destruyeron a Víctor Jara cuando lo asesinaron en el Estadio Chile.

Además, es la canción que interpreté con un miembro de la comunidad sorda con las manos, que es su forma de comunicación. Así conocí a la Macarena Nieto con esta canción e hizo que cambiáramos nuestro show en vivo para siempre.

La canción es importante para mí porque la resignificado en mi vida. Lo fue cuando la conocí, lo fue cuando entendí de dónde venía, lo fue cuando al ser más grande entendí quién era Víctor, lo fue cuando conocí a la Macarena Nieto, lo fue cuando se lo enseñamos a esta miembro de la comunidad sorda a quien tuvimos que enseñarle quién era Víctor Jara. El hecho de que le dijéramos «mira, Víctor era este personaje» te da cuenta de que hay una sociedad en paralelo llamada comunidad sorda, que está aislada completamente de la contingencia nacional y que tiene  tantas habilidades y capacidades como nosotros.

Y en esa ocasión, mientras interpretabas esa canción se proyectó en el fondo del escenario la imagen de Camilo Catrillanca ¿Por qué surge esa iniciativa?

Por la carga simbólica que tiene en términos de que la canción nunca deja de tener significado. Poner a Camilo Catrillanca atrás era una forma de decir que esta canción, desde antes del ’73, nunca va a dejar de reinterpretarse y de recobrar significado sea la época en que sea. Además, había un hincapié más de acuerdo al sentido premonitorio que tiene de cómo el Estado chileno mató a Víctor Jara y lo torturó con sus manos y que eso tiene el mismo significado hoy día. No es un guiño al pasado, es una llamada de atención al presente.

¿Cómo ves al país donde te estas desarrollando? ¿Sientes responsabilidad social como músico?

Lo que más me inquieta a mí, independiente de la responsabilidad que puedo tener como personaje de la música que tiene exposición, es tender puentes y con esto me refiero a la incomunicación que hay en el debate político. Nos toca tener dos sociedades muy distintas, que es la puerta de entrada a ideas demagógicas, populistas y al fascismo. Cuando llega alguien de clase media y clase media baja que vota por Piñera y le decimos facho pobre o lo encontramos un huevón, creo que nosotros somos los primeros responsables de que el fascismo gane terreno en la política.

Yo milito en el  Frente Amplio y creo que no estamos dando el ancho con el desafío de tender esos puentes de los que te estoy hablando.

Volviendo a tu pregunta, creo que todo este preámbulo fue para decirte que, siendo esa mi inquietud como ciudadano, creo que soy el primero en tener la responsabilidad de tender puentes. Creo que la izquierda tiene el grado de inmadurez más grande de la historia de Chile al respecto. La posición desde la que le hablamos es netamente elitista, con lenguajes académicos desde la universidad y eso no es Chile. Chile no es la FeCh ni la FEUC ni mucho menos. La Chile y la Católica son la élite de la élite y tenemos que entender que, desde esa posición, tenemos que tender lenguajes que sepan socializar ideas… eso no lo estamos haciendo.

Puestas en escena inclusivas

¿Cómo llegó Macarena Nieto, intérprete en lengua de señas, a incluirse en tu show?

Probé sonido en Talca abriendo un show de Yorka. Maca trabajaba con Yorka y en la prueba de sonido toqué «Lo único que tengo» de Víctor Jara. Maca se me puso enfrente y comenzó a interpretar la canción en lengua de señas. Entonces, la invité ese día de improviso al escenario para que se subiera a interpretar ese tema y la Maca me dice después del show: «bacán, Benja, muchas gracias, pero nunca más voy a hacer esto» y me shockeó, como que caché que la había cagado y no sabía por qué. Pero efectivamente la había cagado, porque cuando uno ofrece un show inclusivo con lengua de señas, no puedes quitarle los subtitulos a la mitad de la película a la gente. No es una canción, tiene que ser todo el show y me cambió el sentido común de qué es lo que se entiende por lengua de señas. Desde entonces, la Maca ha estado en todos los shows y el show completo.

En cuanto al feedback de la comunidad sorda ¿qué les han dicho?

Nos han felicitado desde la mezcla hacia afuera y ahí te das cuenta de que ellos también sienten las frecuencias y vibraciones y las disfrutan mucho en vivo, hasta el hecho de conmoverse con la catarsis que se produce en la comunión de un show en vivo, sea teatro, sea música, sea cualquier cosa. Pero la experiencia catárquica de un espectáculo artístico en viv

o es algo que nos conecta con emociones que no te gatilla una conversación ni el trabajo ni salir a tomarte una chela en la noche, te lo gatilla el show en vivo y la comunidad sorda está aislada de esa experiencia humana. Darnos cuenta de eso es entender que le estamos dando una oportunidad a todo un espectro de la sociedad a experimentar esa otra forma de realizarse como persona.

¿Qué crees que debería hacer Chile en cuanto a la inclusión de la comunidad sorda?

Que uno se hiciera la pregunta cada vez que gestiona cualquier tipo de actividad que importe comunicación pública, que importe información, que importe política o arte. Que la pregunta de «¿la comunidad sorda lo está pudiendo percibir?» siempre esté antes de hacer cualquier cosa.

 

Representando a Chile en Viña 2019

Se viene la competencia folclórica en el Festival de Viña del Mar donde representarás al país con el tema «Y arderán» ¿Qué significa para ti y tu carrera este hito?

Es heavy, yo creo que no le voy a tomar el peso que tiene hasta que esté allá incluso.Voy con unos musicazos. Chicoria Sánchez, Daniela Rivera en violín, Ángel Cárdenas en chelo, así que tener  la anécdota de vida de tocar con ellos en el festival de Viña para mí es haberla hecho.

Voy a Viña con la seguridad de que vamos con una canción real, sincera, una canción que fue compuesta por querer ser compuesta, sin ningún otro propósito y eso creo que es muy representativo de la tradición de la canción latinoamericana de la que me siento parte, lo que ya me deja con una tranquilidad para enfrentar el desafío.

¿Cómo ves la recepción del público respecto de la competencia folclórica?

Creo que es mala. Cuando he ido a Viña y es el turno de la competencia la gente se para a comprarse un completo a los lados del escenario donde se venden cosas. La verdad, no sé de dónde tiene que partir la iniciativa para que haya interés.

Si han faltado shows particularmente bonitos, no creo. He visto presentaciones que me han encantado, como las de La Pájara, Elizabeth Morris que, por lo demás, ganaron. Creo que es muy sintomático de la educación cultural que hay en Chile, donde la gente esté desesperada por ver a Bad Bunny, pero no pide que Congreso celebre sus 50 años en el Festival de Viña o siquiera quedarse callados escuchando la competencia.

Cuando se realizó la entrevista aún la participación de Macarena Nieto como intérprete de lengua de señas, acompañando a Benjamín Walker en la competencia folclórica del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, había sido denegada por parte de la producción del festival.

Según comentó Benjamín, el director del festival, Alex Hernández, le habría dicho que no sería posible la presencia de la intérprete en el escenario pues la responsabilidad de la inclusión corría por parte del mismo festival. Sin embargo, tal como indica Publimetro, finalmente. se aceptó la participación de Macarena Nieto. La misma artista comentó que existieron conversaciones para explicar de qué se trataba la interpretación y cómo lo hacían, lo que finalmente resultó en la aceptación por parte del evento. De esta forma, por primera vez en la historia del Festival de Viña, se presentará un número musical inclusivo para la comunidad sorda.

Fotografía principal: @mila.belen_