Las campañas pro migración que se tomaron la agenda mediática

Entregas de alimentos a familias vulnerables, campañas en redes sociales y duras críticas a los medios de comunicación tradicionales han sido sólo algunas de las iniciativas levantadas a favor de la defensa de la población inmigrante y en contra de su estigmatización.

Este 23 de abril la Universidad de Chile lanzó la campaña «La humanidad somos todes» junto a la Red Nacional de Organizaciones Migrantes y Promigrantes y la Universidad Abierta de Recoleta. Esto con el fin de concientizar a la población sobre la vulnerabilidad a la que ha estado expuesta la población migrante durante la emergencia sanitaria por el Coronavirus.

La idea de la Cátedra de Racismos y Migraciones Contemporáneas de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la casa de estudios se suma así a las numerosas iniciativas destinadas a proteger a las familias extranjeras más vulnerables que hoy residen en Chile. Además de denunciar la creciente estigmatización de la que han sido víctimas.

Esto en el marco de una emergencia sanitaria que ha golpeado con fuerza a varias de estas comunidades. Sobre todo por la discriminación a la que se han visto expuestos por el hostigamiento de medios de comunicación y el descuidado manejo de las autoridades en los casos positivos de Covid-19 que les afectan.

Tal como se dio en el caso de decenas de familias haitianas en Quilicura. En el que el acento periodístico se puso en su nacionalidad y no en las condiciones de hacinamiento en las que vivían. La cobertura ha sido denunciada como xenófoba y racista ante el Consejo Nacional de Televisión por parte de la Coordinadora Nacional de Inmigrantes, y también fue criticada por la Red de Periodistas y Comunicadores Migrantes en una declaración a través de sus redes sociales.

Sobre «La humanidad somos todes», la coordinadora académica de la Cátedra de Racismos y migraciones, María Emilia Tijoux, señaló que su relevancia es «llegar ojalá a todas las personas migrantes que están en el país, pero sobre todo, a la sociedad chilena para que considere que estamos frente a una pandemia que no discrimina, y que es imprescindible tener una actitud de reconocimiento e igualdad hacia las personas migrantes en Chile».
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En esa línea, el vocero del Movimiento de Acción Migrante (MAM) y también miembro de la cátedra, Eduardo Cardoza, profundizó sobre cómo en el contexto de emergencia sanitaria los «casos de marginación y vulnerabilidad extrema, como personas viviendo en irregularidad o en campamentos, se agudizan».

Por lo mismo, agregó que existen personas imposibilitadas de «cumplir los requisitos que se piden para la protección de ellos y del conjunto de la sociedad, o porque no tienen condiciones físicas por vivir hacinados o en condiciones de habitabilidad muy precarias, o porque la obligación de salir a trabajar todos los días hacen que no puedan protegerse como corresponde y hace que estén en riesgo».
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La construcción de discursos de odio

Entre las demás acciones que han surgido para la ayuda de la comunidad migrante destacan la entrega de canastas familiares, una campaña en redes sociales exigiendo una pronta regularización, o gestiones para la inclusión de niños, niñas y adolescentes -hijos de-migrantes en los beneficios del Registro Social de Hogares y del programa Junaeb.

Esfuerzos encabezados por organizaciones como la Secretaría de Mujeres Inmigrantes, la Coordinadora Nacional de Inmigrantes y el Colectivo Sin Fronteras, respectivamente.

La búsqueda de estas acciones por parte de diversas organizaciones sociales han vuelto a hacer visible las falencias estructurales de un sistema que, desde el Estado, no considera la existencia de los inmigrantes.

De hecho, el propio presidente Piñera el día 10 de abril señaló que era necesario “proteger mejor nuestras fronteras (…) para evitar que, a través de la inmigración ilegal, podamos estar trayendo a nuestro país la contaminación o la infección de este virus«. Aun cuando el primer caso de un infectado fue el de un hombre de nacionalidad chilena.

En este sentido, María Emilia Tijoux pidió expresamente a las autoridades que «primero, cuiden el contenido los discursos con los que se dirigen a  las personas migrantes. Principalmente porque esos discursos construyen sentido común. Y construyen un imaginario muy negativo sobre los migrantes. Y segundo, que eviten la violencia que contienen sus discursos, porque entre los contenidos y algunos conceptos que ocupan, nosotros pensamos que están construyendo discursos de odio«, aseguró.
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Por su parte, desde la Secretaría de Mujeres Inmigrantes una de sus miembros, Natalia Carmona, aseguró que el gobierno «ha querido pintar a la migración como el causante de todos los males en Chile y de su mala gestión». Por lo mismo, «quienes más sufrimos el tema del Covid-19, no sólo en términos médicos, sino también económicos, de vivienda, de segregación, de xenofobia, somos los migrantes«.

En esa línea, profundizó en cómo las más precarizadas en este contexto han sido las mujeres. «Ya sabemos que en la sociedad en general somos muy precarizadas, pero el hecho de ser mujer migrante te condiciona y precariza aún más«, señaló.
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La campaña lanzada este 23 de abril, tanto en español como en creole, tiene entre sus objetivos informar de manera más completa sobre la situación actual de la población migrante en Chile.

En esa línea, considera la puesta a disposición de material educativo sobre el Coronavirus, las medidas gubernamentales sobre regularización migratoria y el acceso a servicios como la salud, el trabajo o la previsión social con un enfoque en la población migrante. Estos insumos serán puestos a disposición en el sitio web de la Universidad Abierta de Recoleta y en las redes sociales de las organizaciones.