Coquimbo: La región de los relaves
Escrito por Michael Lieberherr Pacheco el marzo 4, 2022
El sistema económico extractivista que mantiene Chile, basado principalmente en la extracción de minerales por parte de transnacionales, genera mediante su producción una deuda social y ambiental de larga data: los depósitos de relaves. Concentrados principalmente en la Región de Coquimbo, cerca de poblados, escuelas y ríos. Estos basureros mineros traen consigo consecuencias para la salud humana y ambiental, riesgos desconocidos e ignorados por habitantes y autoridades.
Por Michael Lieberherr Pacheco
Los trágicos efectos de los relaves mineros en Chile no son algo nuevo. El 28 de marzo de 1965, un terremoto de magnitud 7,4 con epicentro en La Ligua desembocó en la ruptura de un tranque de relaves, lo que produjo un alud de desechos mineros que arrasaron con el poblado El Cobre, un sector con más de 200 habitantes que desapareció por completo. Se estima que hubo 10 sobrevivientes. A pesar de esto, la primera norma regulatoria de relaves se promulgó 5 años después.
Actualmente y según el catastro de relaves mineros 2020, generado por el Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile (SERNAGEOMIN), entidad encargada de fiscalizar el diseño, la construcción, la operación y el cierre de los depósitos de relaves, en Chile actualmente hay 757 relaves mineros, de los cuales 173 están abandonados, 112 activos, 5 en construcción y 467 inactivos.
Al realizar el desglose por región, los resultados están lejos de ser equitativos, más de la mitad de los depósitos de relaves se concentra en una sola región. De los 757 relaves que hay en Chile, más del 51% (389 relaves), están en la Región de Coquimbo.
Consecuencias, composición de aguas y daños en niños y niñas
Pero, además del riesgo de derrumbe fatalmente constatado en la historia de Chile, ¿qué otras consecuencias tienen los depósitos de relaves para la salud de las personas?
Un depósito de relave es, básicamente, un gran depósito de desechos tóxicos. Estas instalaciones pueden ser de diferentes tipos, según sus métodos de construcción (Tranque de relave, embalse, filtrado, espesado, en pasta). Entre los componentes de estos desechos se encuentran mercurio, arsénico, plomo, sales de cianuro y otros elementos tóxicos propios del procesamiento minero, lo que puede tener graves influencias en el agua y en el aire.
Según César Pastén, presidente (I) del actual Colegio Químico de Chile AG de Chile, el principal riesgo para las personas que habitan en lugares cercanos a relaves radica en la inhalación de material particulado fino. “El polvo es sílice, cristalina, que es el causante de la enfermedad respiratoria llamada silicosis, el principal problema que afecta a las comunidades que están cerca de los depósitos de relaves. En Illapel recordemos que están colindando con algunas casas, y ahí el problema es el estar respirando ese material particulado fino, que al ser desplazado por el viento o por cualquier condición ambiental se levanta y eso va a dar a las casas, va dar a sus habitantes, ese polvo es aspirado y ocasiona silicosis… Mucha gente no lo dimensiona porque los efectos en este tipo de contaminación, no son efectos que se puedan evaluar en el corto o en el mediano plazo, generalmente son de largo plazo”.
Por otra parte, en los “Cuadernos Médicos Sociales”, la revista de Salud Pública del Colegio Médico de Chile (Colmed), en su volumen 52, publicado el año 2012 se presenta un estudio realizado por la institución denominado “Efectos sobre la Salud y el Medio Ambiente de las Actividades Mineras en Chile. Contaminación del Estero Pupío y Agua Potable del pueblo de Caimanes: ¿se origina desde el Tranque de Relaves Mineros El Mauro?”.
El estudio expone la contaminación en el agua potable del poblado de Caimanes, ubicado a los pies del tranque de relave El Mauro, el más grande de la Región de Coquimbo y uno de los 5 más grandes de Chile. Los resultados arrojaron que: según la norma chilena de agua potable NCh409 las concentraciones de mercurio estaba sobrepasada en un 26% y en un 50% para hierro. En las muestras tomadas en el estero Pupío, bajo el puente Caimanes, se sobrepasaba en un 80% para manganeso.
Además, la investigación presenta los efectos inmediatos o tempranos de la contaminación del aire, entre los que destaca:
- Enfermedades broncopulmonares infecciosas y obstructivas; enfermedades cardiovasculares: infarto al miocardio y cerebrovasculares.
- Efectos progresivos:
- Cáncer (oncogénesis).
- Mutaciones (graves cuando se dan en células germinales).
- Malformaciones fetales (teratogénesis).
- Exposición perinatal.
El Dr. Andrés Tchernitchin, coautor de la investigación, explica que el daño en las personas no se produce por lo que existe en el aire, “sino que lo que entra a los pulmones, pasa a la sangre y provoca efectos patológicos. En otras palabras, lo que hay que hacer es estar en reposo relativo, ya que la cantidad de aire que pasa a los pulmones es menor. Por lo tanto, si nosotros sabemos a qué hora hay más contaminación, no hay que hacer ejercicio físico intenso, porque aumenta el volumen respiratorio 10 veces y como consecuencia es mayor el daño a la salud de los habitantes”.
Precisamente, la construcción del tranque de relave El Mauro se fraguó bajo diversas ilegalidades, afectando gran parte del patrimonio histórico Diaguita que estaba ubicado donde hoy se encuentra el relave. Las diferencias denuncias, provenidas desde la comunidad, concluyeron en múltiples infracciones, confirmadas por la Superintendencia de Medio Ambiente, la que sancionó a Pelambres en 2014 con más de 1.200 millones de pesos, ya que “incumple gravemente las medidas para eliminar o minimizar los efectos adversos de un proyecto o actividad, de acuerdo a lo previsto en la respectiva Resolución de Calificación Ambiental”. Cabe destacar que actualmente el tranque de relave El Mauro se encuentra cerca del 40% de su volumen aprobado, por lo que crecerá más del doble hasta que finalice la producción de Minera Los Pelambres.
Ivanna Olivares, profesora de historia y constituyente por el distrito 5, que comprende la Región de Coquimbo, entiende lo que es vivir rodeada de relaves y puntualiza su atención en tres comunas y sus habitantes: “Andacollo, Illapel y La Higuera son las comunas que más acumulan depósitos abandonados en la IV región. Gran parte de los desechos están dentro del radio urbano, algunos incluso junto a viviendas, colegios o cauces de agua».
«El efecto sobre los habitantes es principalmente producto de las emanaciones de polvo, contaminación de aguas, suelos, afectando la biogeoquímica de los espacios sobre los que se emplazan. Esto tiene efectos sobre la calidad de los alimentos, la salud de las personas, particularmente los grupos más vulnerables como la infancia y los mayores de edad, incluyendo también efectos adversos sobre la naturaleza”, concluye la constituyente.
Según el catastro de relaves, Andacollo (121), Illapel (65) y La Higuera (45), son tres de las 4 comunas con más relaves en Chile, la única que no se encuentra en la Región de Coquimbo es Copiapó, que ostenta 86 depósitos.
El año 2013 un estudio realizado en el año por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, analizó los efectos en la salud de niños/as del material particulado proveniente de los relaves mineros depositados en la bahía de Chañaral. En esta comuna hay catastrados 7 relaves, casi 10 veces menos de los que hay en Illapel.
Entre las conclusiones del estudio destaca: “La función respiratoria en términos de variación de la capacidad vital forzada (CVF) de los escolares residentes se ve afectada negativamente por aumentos en los niveles de MP, en especial el MP2.5. Estos niños/as actualmente expuestos estarían agudamente afectados y podrían llegar a presentar efectos crónicos por exposición de largo plazo. Eso se potencia por la presencia de metales pesados presentes en la partículas que pueden generar efectos inflamatorios a nivel del parénquima pulmonar. Se requiere la aplicación de medidas para controlar o disminuir la exposición en esta población y se espera que la evidencia generada contribuya a que esto suceda”.
Abandono legal, consecuencia fatal
Desde la perspectiva legal, hay dos hitos claves en la gestión y fiscalización de relaves en Chile. Durante la década del 70 y sin mucha conciencia sobre las consecuencias ambientales de los depósitos de relaves, se promulga la primera norma que regula directamente los relaves, el Decreto 86, denominado: “Reglamento de construcción y operación de tranques de relaves” con fecha 31 de julio de 1970.
Este decreto tenía por objetivo unificar visiones frente a la premisa de nuevas tecnologías en la construcción y operación de tranques de relaves. Se establecía por primera vez definiciones legales, creó un procedimiento para solicitar la creación de nuevos tranques de relaves bajo la supervigilancia del Servicio de Minas del Estado, hoy SERNAGEOMIN. Sin embargo, no consideraba el proceso de cierre del relave.
En el año 2007, 37 años después de la primera norma, el Decreto Supremo N°248, denominado: “Reglamento para la aprobación de proyectos de diseño, construcción, operación y cierre de los depósitos de relaves”, consideró y estableció por primera vez la forma legal y técnica de cerrarlos.
El lento trabajo legislativo del Estado y la poca información de las consecuencias de los depósitos de relaves permitió que muchos de ellos fueran abandonados hasta antes de 2007 sin exigir responsabilidad alguna a los propietarios. Ya que, la obligación para los operadores mineros de cerrarlos era inexistente. Actualmente, en Chile hay más relaves inactivos (467) y abandonados (173) que depósitos activos (112).
Según Sernageomin, los depósitos de relaves abandonados configuran un mayor riesgo para la salud de las personas: “El cierre de un depósito detiene el flujo de pulpa de relave, es decir, ya no hay un flujo de agua importante a través del depósito, de modo que no se retira el ácido generado (…) De allí que sean más problemáticos los depósitos de relaves en desuso en comparación con aquellos en operación”.
Esta situación, solo provoca más inquietud para los/las habitantes de la región de Coquimbo, sobre todo considerando que de los 389 depósitos de relaves que hay en la región, 106 se encuentran abandonados, 244 inactivos y sólo 39 activos.
Actualmente una de las investigaciones que se está desarrollando sobre la mitigación de los efectos a la salud de los relaves se titula “Gestión territorial de pasivos ambientales prioritarios”, es liderada por el académico de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, Gerardo Soto, y busca a través de la creación de tecnosuelo, limitar al mínimo el polvo en suspensión que generan los relaves mineros.
Actualmente, la región de Coquimbo es la que mantiene un mayor volumen autorizado de relaves inscritos por empresas desconocidas.
Además, en la IV Región también se concentran la mayor cantidad de relaves construidos bajo el método “aguas arriba”, actualmente prohibido por el riesgo de derrumbe que significa. De los 213 relaves catastrados con ese método de construcción a nivel nacional, 157 están depositados en la Región de Coquimbo.
Soluciones trascendentales para riesgos históricos
Para el académico Gerardo Soto, plantea que uno de los principales problemas es el poco conocimiento que hay en términos ambientales.
“El analfabetismo ambiental va para los dos lados, tanto para los mineros como para las personas (…) Si hay un papá con un coche, paseando a su hijo al lado de un relave y viene un viento y respiran eso, que es un ejemplo clásico, ¿por qué yo tengo derecho a que eso no me ocurra y a qué a esa persona si le ocurra”. Además, el profesor de la Universidad de Chile establece a la educación como la clave para el cambio.: “La educación ambiental es la única manera de que esto se pare, el analfabetismo ambiental (..) Es una labor educativa de largo aliento, no es un problema de un gobierno u otro es el Estado en general. El Estado en general en Chile ha sido muy mezquino con la educación, y eso es un problema político, una razón puede ser que un pueblo más educado es un pueblo más exigente”.
Por su parte, la convencional constituyente Ivanna Olivares, propone un cambio económico como solución de fondo: “La producción minera de pequeña, mediana y gran escala, genera problemas estructurales y multidimensionales, siendo uno de ellos, la externalización de sus costos a través de pasivos ambientales como los relaves y mega relaves. Es prioritario avanzar hacia un modelo económico post extractivista, porque la crisis climática lo amerita, así como también, la profunda crisis que viven las comunidades y territorios sacrificados para sostener este modelo”, concluye.
Lo cierto, es que en la actualidad no hay urgencias en la materia y los habitantes de la región conviven a diario con estos basureros mineros, mientras que los grandes grupos económicos que están detrás de estas inversiones no responden por las consecuencias de sus intervenciones en el territorio.
Este artículo es parte de Comunidad Planeta, un proyecto periodístico liderado por Periodistas por el Planeta (PxP) en América Latina, del que Radio JGM también forma parte. En el caso del presente artículo, este también fue producido con el apoyo de Climate Tracker – América Latina.
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