Fundación Desierto de Atacama: «El Estado de Chile tiene una deuda en términos arquelógicos»

La ministra de Bienes Nacionales, Nivia Palma, entregó este lunes la concesión del Parque Arqueológico de Chug-Chug a la comunidades indígenas territoriales Aymara de Quillagua y Atacameña de Chunchuri, por un plazo de cinco años, lo que significa que ambas organizaciones ancestrales estarán a cargo de la administración del lugar ubicado en la Región de Antofagasta.

La Fundación Desierto de Atacama, lleva años trabajando en la investigación, conservación y puesta en valor de la zona de geoglifos -en conjunto con las comunidades-, ya que estos vestigios corresponden a una de las mayores concentraciones en el mundo de este tipo de expresión.

Para el encargado de proyectos de la Fundación Desierto de Atacama, Tomás Sepúlveda, esta noticia significa una reivindicación en las demandas territoriales de las organizaciones, además de asegurar la protección del parque. «Estas dos comunidades definen esta tierra como un área patrimonial en común, por lo que se organizaron para solicitar al Estado la protección del lugar, primero por su alta sensibilidad patrimonial y segundo por las distintas amenazas que tiene de su entorno: turismo informal, rally y actividades industriales poco reguladas que están afectando esta área», afirmó Sepúlveda.

Para el representante de la fundación, este paso es importante, sin embargo esta medida de protección debería replicarse en otras áreas del lugar. «El desierto tiene muchos sitios de gran importancia. Lamentablemente en los últimos años el Estado chileno ha tomado conciencia pero por lo daños ocasionados a estas figuras por lo que es cada vez más urgente generar algún tipo de protección, lo dijo la Presidenta de la República, el Estado de Chile tiene una importante deuda con el patrimonio arquelógico», concluyó Tomás Sepúlveda.

Escucha la entrevista completa al encargado de proyectos de la Fundación Desierto de Atacama, Tomás Sepúlveda, en el Noticiero Ciudadano.