Contaminación del aire: Santiago ya no respira

Escrito por el diciembre 19, 2016

El nuevo Plan de Descontaminación de la Región Metropolitana, “Santiago Respira” pretende reducir la emisión de material particulado fino o MP2,5 debido a su daño irreversible en la salud de las personas. Pero no ha estado exento de críticas, ya sea porque se plantean medidas permanentes en algunos casos o simplemente porque la ciudadanía ya no cree en la eficacia del Estado en materia medioambiental.

por Javiera Soto Tejo

“Nos dimos cuenta de que los certificados de defunción decían que eran causas broncopulmonares y bueno, ¿por qué? ¿Por qué se morían? Fuimos averiguando y llegamos a la conclusión de que era la contaminación”, dice Alberto Muñoz, residente de la comuna de Pudahuel. A sus 76 años, preside la Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor del lugar, se ha desempeñado como dirigente social y también fue presidente de la junta de vecinos.

Muñoz ha organizado charlas para los vecinos y se ha transformado en el vocero de su población, llevando una lucha permanente contra la contaminación atmosférica. Ya en 1997, las emisiones residuales no pasaban inadvertidas, pues al menos 30 vecinos de su comuna fallecieron. La causa: enfermedades broncopulmonares motivadas por la contaminación.

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Alberto Muñoz, comuna de Pudahuel.

Los planes de descontaminación atmosférica del Gobierno actual plantean que la concentración de emisiones más altas del país se encuentra en la Región Metropolitana y en ciudades del sur como Temuco, Coyhaique, Osorno y Valdivia.

A raíz de esto surgió un nuevo plan de descontaminación “Santiago Respira”, que fue aprobado el 4 de octubre de 2016. En este plan, las medidas  de contaminación están divididas en tres grandes sectores: industrial, residencial y transporte. Sin embargo, aún hay cuestionamientos respecto a la real efectividad de éstas y la insuficiencia en la que están sometidas.

Sector industrial

En este sector se establecen nuevas normas para la emisión de material particulado o partículas en suspensión, tales como: los grupos electrógenos -generadores de emergencia-, control de las emanaciones de amoníaco en la producción de productos agropecuarios, forestales y biológicos -agroindustria- y una reducción del 30% de MP2,5 -material particulado fino.

De acuerdo al plan de descontaminación Santiago Respira, las fiscalizaciones se realizan con la periodicidad establecida en el plan. No obstante sus resultados y sus conclusiones se desconocen. 

“Hay una responsabilidad de la industria innegable y ahí es donde muchas veces pesa el poder económico, que provoca que los fiscalizadores no tomen las medidas necesarias”, dice Luis Mariano Rendón, abogado y coordinador de Acción Ecológica. De acuerdo a las cifras del Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes, las industrias aportan con un 21% de emisiones de MP10, material particulado respirable.

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Luis Mariano Rendón, activista ecologista.

La diferencia entre estos dos elementos radica en que el MP10 corresponde a partículas grandes que se emanan en incendios o actividades industriales, por ejemplo. Mientras que, las de MP2,5 son más delgadas que un cabello humano y proceden de fuentes como el polvo, cemento o partículas metálicas.

“El MP10 contiene al MP2,5, o sea que estas partículas también corresponden a la primera”, responde Patricio Pérez, académico de la Universidad de Santiago, investigador y doctor en Física. Ambas ingresan como una ráfaga al sistema respiratorio y mientras menor sea su tamaño, mayor es el daño en la salud.

AES Gener, termoeléctrica ubicada en la comuna de Renca, e Hidronor Chile S.A., empresa dedicada al tratamiento de residuos industriales con planta en Pudahuel, son algunas de las más contaminantes. Ésta última ha tenido dos explosiones entre este año y el anterior, sin embargo, pese a los intentos por obtener sus versiones, ambas se negaron a conceder una entrevista.

La efectividad o ineficacia de las medidas son un problema de todos, partiendo por el Gobierno. Coti Donoso, directora del documental Cuando respiro” (2015) apunta a la gestión de éste, argumentando que “lo que tienen que hacer los gobiernos es ser mucho más drásticos. Las medidas tienen que ser más estructurales, atacar el fondo. Eso significa congelar el Plan Regulador de Santiago que hace 20 años que se está tratando de hacer pero sigue creciendo la ciudad”.

Sector residencial

Según el nuevo plan, la provincia de Santiago, además de las comunas de San Bernardo y Puente Alto, tendrán prohibido el uso de la leña todo el año. A pesar de esto, los calefactores a pellet pueden seguir utilizándose libremente, excepto si hay preemergencia o emergencia.

Coti Donoso apunta a la repetición de esta medida en planes anteriores y no concuerda con ella, pues “el tema de la leña claramente aporta, pero se quedaron pegados con eso. La causa de la contaminación es porque hay un crecimiento excesivo de la ciudad, descontrolado y no planificado”, critica.

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La emisión de MP produce daño a las vías respiratorias, bronquitis y cáncer.

Podemos recuperar nuestro aire” es el nombre de la campaña realizada en el contaminado invierno de 2015 que siguió al documental, que hace una crítica a la codicia y la ambición de la clase política; presentándolas como las promotoras de la contaminación en Santiago.

Su objetivo: que los ciudadanos adquirieran herramientas para generar cambios, pues funcionan como una forma de rellenar los vacíos en materia ambiental que deja la desidia humana.

“Debería haber un plan de descentralización -propone Donoso-. Todo el mundo sabe que es un problema y es lo que genera mayor contaminación”, señala la realizadora audiovisual.

Sector transporte

En este caso se exigirá para los buses del Transantiago el cumplimiento de la norma Euro VI, cuyo objetivo principal es reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno -los cuales se forman cuando se quema combustible- y de material particulado (MP), que son emitidos por los vehículos motorizados.

Otra de las medidas a implementar es establecer una zona de baja emisión para los camiones, es decir, que se prohíba el ingreso al interior del anillo que forma Américo Vespucio a aquellos con una antigüedad superior a doce años.

Pero no existe concordancia en tales medidas. Un problema que aqueja a algunas comunas es la distribución de los terminales de las micros, lo que se traduce en mayores concentraciones dentro de un mismo sector y en la pérdida de la validez de algunas normas.

Siete hectáreas destinadas exclusivamente a guardar las pesadas máquinas emisoras de contaminantes ocupan parte de Pudahuel. “La mayoría de los terminales están en esta comuna. Hasta aquí, el Estado ha sido impávido y las medidas son insuficientes”, señala Alberto Muñoz, uno de los protagonistas de “Cuando respiro”.

Por otro lado, se pretende incentivar la compra de vehículos híbridos y eléctricos de bajas o nulas emisiones, pero el punto más problemático radica en la restricción vehicular, que será permanente entre mayo y agosto para automóviles con sello verde, de acuerdo al sitio web restriccion.cl.

Luis Rendón sostiene que se debe cambiar el eje de la planificación vial y de transporte en Santiago porque, “no hay ciudad en el mundo que sea viable si basa su sistema de transporte en el uso del automóvil particular. Es una mirada errónea, tanto por la contaminación atmosférica como por la contaminación vial”.

Por su parte, Lucio Cuenca, director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), señala que la restricción vehicular que plantea Santiago Respira “es una medida parcial que no está fijada en relación a las emisiones que genera un vehículo, sino al año que entra en circulación y eso no coincide necesariamente con que sea más o menos contaminante”.

Todo comenzó en Chagres

De acuerdo a la presentación que se encuentra en el sitio web Memoria Chilena sobre contaminación atmosférica en Santiago, se constata que el crecimiento poblacional llegó más allá del 100% entre 1940 y 1960, donde la extensión del área urbana de la ciudad afectó directamente en el aumento de las partículas contaminantes.

Por lo tanto, no se trata de un problema reciente, sino que su aumento ha estado relacionado a la expansión de las industrias y la necesidad de mayor fuerza laboral.

En el año 1991, en Chile se establecía el primer plan de descontaminación del aire. Sin embargo, sólo contempló a una industria y una localidad específica: la fundición de Chagres, ubicada en la comuna de Catemu, a 85 kilómetros al norte de Santiago.

En en este plan se señalaban las normas que debían cumplir el Estado y las fuentes emisoras, “para evitar la contaminación atmosférica por el anhídrido sulfuroso en el área circundante de la fundición de Chagres”, de acuerdo a lo publicado en el sitio web del Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes.

Desde ese fecha, se han implementado varios planes de descontaminación en Santiago, no obstante, ninguno de ellos ha logrado disminuir los niveles de contaminación en el aire y año tras año, se buscan nuevas soluciones y se formulan nuevos planes que contribuyan a una mejor calidad del aire.

Cifras que alarman

El investigador Patricio Pérez aclara que los estados de alerta, pre emergencia y emergencia ambiental se establecen de acuerdo a la normativa a través de intervalos.

Alerta Pre emergencia Emergencia
80-110 µg/m3 110-170 µg/m3 Sobre 170 µg/m3

Lo anterior indica los rangos que se utilizan para determinar la concentración de contaminantes en el entorno, expresados en microgramos por metro cúbico (µg/m3) -unidad de medida para la calidad del aire.

“Las cifras de contaminación no tienen relación con los parámetros internacionales. En otros países, tener 50 ya es grave”, señala Donoso. Esto porque según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando hay más de 25 microgramos de MP por metro cúbico, el aire es tóxico para la salud.

A continuación, se muestra una infografía aportada por la campaña «Podemos recuperar nuestro aire» con las consecuencias de los contaminantes atmosféricos sobre la salud:

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“Creemos que las medidas que se han dispuesto son pobres y difícilmente fiscalizables”, comenta el coordinador de Acción Ecológica, Luis Rendón. A esto se suma que el plan de descontaminación original correspondiente al 2011 pretendía no tener condiciones de alerta o emergencia, pero según afirma Lucio Cuenca, “hay medidas que fueron sacadas y que no se han repuesto en el nuevo plan”.

Durante el gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006) se eliminó el límite al crecimiento urbano establecido en el plan de 1997 e incluso se redujeron los recursos para éste, disminuyendo de 712 millones a 187, de acuerdo a datos entregados en el documental de Donoso.

Cuenca comenta que “si bien hay normas en este nuevo plan que apuntan a bajar las emisiones, todavía son insuficientes. Vamos a seguir con problemas de contaminación mientras no se tomen las medidas estructurales que se necesitan”.

“Los más pobres son los más contaminados”

Los planes de descontaminación atmosférica no han logrado cambios significativos dentro de Santiago y no hay grandes expectativas acerca del actual. Una de las comunas más afectadas por la contaminación es Pudahuel, ubicada al poniente de la capital. Esto porque es un sector rodeado de industrias como Hidronor y el Parque Industrial Lo Boza, compuesto por 23 empresas dirigidas al rubro de la minería, abastecimiento de repuestos y fabricación de productos plásticos.

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Alberto Muñoz en junta vecinal, Pudahuel.

Un agravante de la situación de Pudahuel son los depósitos de basura clandestinos. Según datos entregados por Seremi de Salud en febrero de este año, en la Región Metropolitana existen 81 basurales no regulados, de los cuales el 25% se concentra en las comunas de Pudahuel y Lampa, que se ubican principalmente en el camino Lo Boza, que lleva al parque industrial del mismo nombre, en el sector de Noviciado y los alrededores del Aeropuerto Arturo Merino Benítez.

“Cada cinco minutos despegan aviones de gran tonelaje que nos dejan una estela de humo hasta que se pierden en lontananza. Y para llegar ahí se usan las pocas vías de acceso que hay, nuestras avenidas ya están colapsadas”, reclama Alberto Muñoz, apuntando al aeródromo como el gran contaminador de la comuna. “Esto no va a mejorar, son medidas paliativas”, sentencia.

En su documental, Coti Donoso intenta generar conciencia sobre un tema que para los capitalinos está naturalizado. “En Pudahuel se une la injusticia ambiental, es decir, los más pobres son los más contaminados, es como si fuera el basurero de Santiago”, dice la cineasta.

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Los contaminantes que se emanan con mayor frecuencia se combinan y constituyen el smog, denominación inglesa para la mezcla de humo (smoke) y neblina (fog).

Lo cierto es que el plan de descontaminación considera a los tres sectores mencionados antes como principales contaminadores. Sin embargo, se apunta a una carencia de voluntad política y problemas de intereses como los causantes del estancamiento de las mejoras ambientales. Así lo señala Luis Rendón, argumentando que “herramientas para hacer un cambio existen, lo que no existe es la voluntad política de usar esas herramientas para enfrentar derechamente el problema”.

En Chile se está muriendo gente por la contaminación. Santiago no respira. Este año se han registrado tres emergencias ambientales. Santiago no respira. Según la Segunda Encuesta Nacional del Medio Ambiente (2016), el 33% de la población indica que el principal problema que le afecta es la contaminación del aire. Santiago no respira. Una persona respira entre 7.200 y 8.640 litros de aire. Pero Santiago ya no respira.

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