[Opinión]: El rodeo no es mi deporte nacional

Escrito por el abril 12, 2018

Este fin de semana se llevó a cabo la edición N° 70 del Campeonato Nacional de Rodeo, más conocido como Champion de Chile, en la Medialuna Monumental de Rancagua.

No es desconocido que la capital de la VI región se transforma en el centro de atención por -ahora- cuatro días en una sociedad muy elitista y segadora. Lo digo a punto personal: soy de la zona y sé perfectamente que la gente que llega a ver el “espectáculo” viene de afuera.

No estoy de acuerdo con el rodeo. Lo aborrezco y no me da vergüenza decirlo. No soy vegetariana, vegana ni animalista activa, pero si soy una persona con conciencia y que no anda con ocultismos con lo que sucede en el centro del recinto.

Maltrato al animal solo para el disfrute de algunos no me parece correcto. Tampoco, que el Presidente de la República se haya hecho presente el domingo en la jornada final de esta actividad para expresar su apoyo, manifestando que “eso es parte de nuestra riqueza y la queremos conservar”.

No, no estoy de acuerdo.

Tampoco coincido con la ministra del Deporte, Pauline Kantor, quien el viernes en el marco del Día del Deporte, se refirió a las actividades que estaban en agenda destacando el Champion.

El rodeo siempre ha sido un deporte de nuestra tradición nacional y por lo tanto hay que apoyarlo, es parte de nuestra cultura”, declaró en esa instancia la jefa de la cartera.

No puedo concebir que se declare a esto como una tradición ni deporte nacional. No es transversal, no es representativo más que de las elites del país, además de ser una actividad abusiva con el animal.

Quiero interpelar a todos los seguidores de este -mal- llamado deporte nacional: Dime qué logros y reconocimiento me ha dado tu práctica violenta más que separar a una sociedad entera.

Dime si acaso no es retrogrado tu deporte, que recién hace unos dos o tres años dejó a una mujer correr una collera.

Dime por qué tratan a las personas, que se manifiestan en contra de la actividad, igual que a los animales, laceándolos, arrastrándolos por el piso. Maltratándolos.

Lamentablemente provengo de la ciudad emblema del rodeo, pero no me identifico, ni lo haré jamás. Espero que el proyecto del presidente de la Federación Nacional de Rodeo -de realizarlo por una semana- no llegue a buen puerto y mientras se disminuya esta práctica, aún mejor.

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