La tradición folclórica en voz de una maestra

Escrito por el septiembre 18, 2017

A sus 86 años y con más de 67 en diferentes escenarios, Isabel “Chabelita” Fuentes, no se detiene. De sus comienzos en la guitarra a los 7 años, su paso de prueba por Los Provincianos, de su consolidación con ‘Las Morenitas’ y el premio al Pandero de Oro por su trayectoria musical, muestran a esta mujer como uno de los tesoros vivientes del folclore nacional. La figura de Matilde Isabel se encumbra dentro de las cantoras más importantes en la segunda mitad del siglo XX en Chile.

por Nicolás Zamorano

En Horacio Aránguiz, a la altura de Villa Valles del Tagua-Tagua, vive ‘Chabelita’. Todas las tardes se le oye tocar su guitarra y arpa, comenta Hugo Alarcón, vecino de Isabel Fuentes. El pasado 22 de mayo, a eso de las 5 de la tarde, hora en que acostumbra a iniciar su estudio en la música, nada de eso ocurría. Se encontraba a 11.700 kms de distancia de su hogar. 16 horas de viaje la llevaron a cumplir uno de sus sueños. Ya no estaba en San Vicente de Tagua-Tagua, sino en Londres, junto a su grupo folclórico ‘Las Morenitas’, el histórico conjunto que el 2014 había cumplido 60 años de trayectoria.

Matilde Isabel “Chabelita” Fuentes Pino – Fotografía: Matías Álvarez

Alegre y entusiasta, como una niña, se encontraba Isabel Fuentes. No era cualquier viaje. Era uno muy especial, ya que la tenía junto a su grupo folclórico “Las Morenitas”, en tierra británica. Fany Flores, una de sus amigas e integrante de varios grupos folclóricos de la época, entre ellos Rigolemu y Las Morenitas, decía que era verla nacer de nuevo. Brillante, alegre y con una jovialidad envidiable a sus 86 años.

Guitarra en mano

Paciente, metódica y muy responsable con sus estudios. Así, de esta forma dio inicio al aprendizaje en el campo de la música popular. De familia de folcloristas, su fiel amiga desde la época escolar y cantora, Laura Yentzen, recuerda de su dedicación y amor por la cueca.

Laura Yentzen e Isabel Fuentes. Año: 1954

-Desde pequeña siempre estuvo muy involucrada con la música chilena: la cueca y la tonada formaron parte de la música que tocaba. Como éramos compañeras en la Escuela 80 de Ñuñoa, iniciamos una serie de presentaciones en las que la cueca era nuestro sello. Al poco tiempo, Enrique Fuentes -padre de Isabel-, le presentó a don Fernando Montero, primer guitarrista del conjunto Los Provincianos. Ahí, en ese momento comenzó el estudio a fondo en guitarra y su inseparable amor por la cueca que mantiene hasta el día de hoy.

Matilde Isabel Fuentes Pino, llegó a este mundo un 14 de marzo de 1931 en la comuna de Ñuñoa, Santiago de Chile. Hija única del matrimonio de Enrique Fuentes y Agustina Pino. En pleno campo, en Montenegro con Diagonal, pasaje San Andrés en la comuna ñuñoína, creció y aprendió del campo. El tocar guitarra, escuchar folclor en la radio, alimentar a los chanchos y pollos, fue el panorama cotidiano de esta joven músico. 86 años después, todo es completamente diferente. No hay campo. No hay animales. No están sus padres, pero sí quedan recuerdos. La casa sigue en pie.

-A los 18 años inicié por un mes de prueba como segunda guitarra y tercera voz, en el grupo Los Provincianos. Ese ‘mes de prueba’ duró cuatro o cinco años. Tocábamos todos los días, de lunes a lunes, tres o cuatro presentaciones por noche. Incluso, formé parte de la comitiva que viajó a Buenos Aires en el ascenso de la presidencia de Juan Domingo Perón junto a un grupo de folcloristas. Chita’ que lo pasábamos bien y vaya que había pega, cuenta Chabelita mientras frota sus manos y mira hacia la calle, recordando algún pasaje de su vida.

Chabelita junto a Laura Yentzen, su compañera de escuela y amiga, en 1954 inician el conjunto folclórico Las Morenitas. Mario Oltra, guitarrista de Los Provincianos, las llamó así por el color de su tez de piel morena. Quedaron así. De ahí en adelante, con una serie de cambios en sus integrantes -siempre Isabel presente- han perdurado hasta el día de hoy.

Como una mujer alegre y buena contadora de chistes y chascarros, la definía su amiga personal y gran figura folclórica nacional, Margot Loyola en tu texto: La Tonada, testimonios para el futuro. Isabel Fuentes es un testimonio vivo de una época y una generación de cantoras ya desaparecidas. Su canto sigue manteniendo ese sabor de una chilenidad arraigada, de mujer auténtica, de identidad, concluye Loyola en su libro.

Estas palabras de la gran Margot Loyola hacia Isabel Fuentes no eran de cortesía. Chabelita compartía una estrecha amistad con quien fuera una de las primeras personas en recomendarlas al sello RCA Víctor, compañía que grabó el primer vinilo de larga duración. Esa férrea amistad, las llevó a compartir muchísimos escenarios a lo largo de todo el país.

Las Morenitas

El más legendario conjunto de cantoras tradicionales sigue vigente y no da pie atrás. Desde el aprendizaje, la humildad, el amor y el respeto por las tradiciones de la tierra chilena, es que mantienen encumbrando aún su pasión por llevar su música a nuevas generaciones de cantores.

De izquierda a derecha: Laura Yentzen, Fany Flores, Isabel Fuentes y Mily Ramirez – Fotografía: Matías Álvarez.

La paciencia, humildad, amor y sencillez de Chabelita ha llevado a que este conjunto sea un referente de la música tradicional chilena. De la cueca y la tonada. Esa humildad ha sido el sello característico que la distingue, tal es así, que se ha dedicado a enseñar guitarra, arpa y canto a quien tenga las ganas de realizarlo. “Uno nunca termina de aprender y que siempre hay que estar dispuesto a mejorar detalles”, comenta Isabel.

Diego Barrera, aprendiz de Isabel Fuentes en el arpa y guitarra, pudo evidenciarlo por la disposición que tiene esta cantora hacia las nuevas generaciones. Esa necesidad de enseñar y aprender constantemente, sus raíces en el folclor chileno.

-Llevar más de 60 años haciendo lo que más le gusta, y con su calidad humana; sencillez, amor por lo propio y con ganas de enseñar a nuevas generaciones, eso me parece sencillamente fenomenal. Isabel se convirtió en una maestra de este oficio. Se presenta en todas partes como una señora que le gusta la cueca, la cueca chilena y antigua. Guitarra, acordeón, arpa, pandero. Pero no es altanera, siempre bajo perfil, lo que la hace una persona sumamente especial. Ese es el sello que muestran Las Morenitas: de respeto, amor y humildad.

Los años dorados de Las Morenitas fueron los 50 y 60. Peñas folclóricas, rodeos y eventos familiares eran pan de cada día. Famosos locales de la bohemia santiaguina como El Pollo Dorado, Las Tejas, El Rosedal, por nombrar algunos, eran las casas que día a día las acogían para presentar su trabajo. Tal es el reconocimiento de su trabajo, que formaron parte de diferentes programas radiales en Radio Cooperativa Vitalicia, Radio Agricultura, Radio Pacífico y Antártica. Además, de salir en la prensa de la época.

Chabelita Fuentes – Fotografía: Matías Álvarez.

En una foto de Facebook de Chabelita, se puede ver que los años pasan y rápido. Isabel se encuentra junto a Laura Yentzen, Fany Flores y Mily Ramirez, el cuartero de Las Morenitas en uno de sus conciertos en el marco de su aniversario n° 60. La cara de felicidad del cuarteto se hace insostenible. Son historia.

El trabajo humano y musical realizado hasta el momento por Matilde Isabel, alias Chabelita, ha tenido una serie de homenajes. La semilla del folclore. Cultores de San Vicente de Tagua Tagua, texto realizado por Diego Barrera y Felipe Valdés, jóvenes sanvicentanos, les ha dado la oportunidad de rescatar y enaltecer todo esta ardua historia y aporte a la música tradicional chilena.

En tierra británica

El 26 de mayo del 2017, Las Morenitas, y en especial Chabelita Fuentes, cumplirían uno de sus sueños: tocar en el extranjero. No entendían mucho el idioma, pero no importaba, no estaban en edad para preocuparse de eso, para eso están los jóvenes, comenta y ríe Fany Flores.

Londres. Recintos universitarios como el King´s College London , las calles y la embajada de Chile en suelo británico les daba devuelta la mano o el aprecio que realmente se merecían. Con un auditorio lleno, a punta de cueca y bailoteo, compatriotas que buscaron nuevas fronteras y otros exiliados por la dictadura militar, recibían un gran pedazo de Chile.

Así, la célebre y cotidiana frase de Isabel hacía tanto sentido para sus cercanos. El “nada en la vida es fácil”, y vaya que era así. Distanciados de su tierra natal. A más de 11.700 kms, un segundo aire les hacía entender lo importante que son y lo hermoso que representan estas tradiciones folclóricas. A la par, de su humilde vida y su tremenda trayectoria musical, los jóvenes, sus nuevas camadas esperan darle el reconocimiento.

Chabelita en su llegada a San Vicente, feliz y orgullosa de llevar estas tradiciones a todos los rincones del mundo, con la garganta en un hilo, señala: “Le digo a los jóvenes que se dedican al folclore, que no se aburran nunca. Que esto es lo más lindo que uno puede tener como ser humano. Interpretar lo que es Chile, dar a conocer el folclor de nuestra patria. ¡Cómo no interpretarla a gusto, con el alma si hay tantas cosas hermosas!”. Eso si, confiesa: “Nunca me va a gustar la cueca romántica, sí la tradicional y de campo”, refiriéndose al ritmo musical.

En septiembre del 2017, justamente en el mes de la patria, Chabelita recibió uno de los reconocimientos más importantes dentro de su carrera. Este 6 de septiembre fue galardoneada con el premio del Pandero de Oro junto a las Morenitas, lo que viene a darle un significado aún más importante al trabajo musical y de vida que le ha dado a la tonada, cueca y la tradición nacional.

-Ese premio fue muy bello porque había mucha gente conocida. Nos dieron un gran reconocimiento por la trayectoria junto a Las Morenitas. Si ser viejas es bueno caballero. A los viejos no dan premios, ríe Isabel.

“Premio Pandero de Oro por trayectoria musical” a Las Morenitas, 6 Septiembre 2017. De izquierda a Derecha: Fany Flores, Isabel Fuentes, Laura Yentzen y Mily Ramirez – Fotografía: Matías Álvarez.

Actualmente, Chabelita está postulando a que la reconozcan como tesoro humano vivo, para así poder dejar escritor firmemente el nombre de Matilde Isabel Fuentes Pino, como una de las cantoras más importantes del siglo XX en Chile.

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