Robótica aplicada a la educación parvularia: los pros y contras

Los niños entre tres a cinco años lo abrazan, acarician y hasta cantan con él. Desde finales del 2017 que la inteligencia artificial hace mayor presencia en las aulas de los jardines infantiles de China. Se trata de IPal, un androide creado por Avatar Mind Robot Technology, empresa china encargada de apoyar el desarrollo social y el interés en el área STEM (siglas en inglés para los términos Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática).

“La idea fue crear un compañero para niños, por eso lo hicimos a semejanza de uno, de esta manera lo tratarán como un par dentro de la comunidad escolar”, explica Huang Tingyu, cofundadora de Avatar Mind.

El minirobot mide un metro y tres centímetros, pesa 15 kilos y sus ojos son cámaras de 1,3 megapíxeles con la tecnología de reconocimiento facial incluida. Se desliza gracias a una ruedas que le otorgan equilibrio y en su pecho posee una pantalla táctil de 6 pulgadas, que le permite interactuar con los niños, poniéndoles música, leyéndoles libros, mostrándoles películas y juegos por medio de su conexión WiFi.  

El profesor de la Academia de Robótica del Instituto Nacional y ex seleccionado nacional de las Olimpiadas Internacionales de Informática, Jorge Lobos, ve en IPal una innovadora posibilidad de integrar el uso de la tecnología en la educación.“Lo que ven los niños en el caso de IPal es un elemento novedoso que se asimila a ellos, por lo que los puede motivar a saber como funcionan estos robots. Los docentes deben aprovechar esa oportunidad para trabajar con ellos la enseñanza de las nuevas tecnologías y orientarlos de forma sensata a que se interesen en ellas en el futuro”, comenta el joven.

Misma visión comparte la licenciada en educación y educadora de párvulos, Ingrid Elgueta aunque con ciertos reparos respecto del nivel de inmersión que deben tener los aparatos electrónicos en el desarrollo de los niños.  “La tecnología de forma conmensurada es un gran aporte en la educación inicial, dentro de todo lo que es interacción y juego en los niños, pero tiene pro y contras, como a qué edad va dirigida tal objeto tecnológico. Ellos necesitan corporalidad e interacción con objeto vivos, con texturas significativas para ellos y de esta forma llevarlo a un plano más integral. Sin el juego libre o dirigido con intencionalidad por un adulto visible, es difícil que aprenda de un robot”, explica la docente.

Versatilidad

El androide habla chino e inglés y también fue pensado para ayudar en labores de compañía y atención personal,  como el caso de adultos mayores y personas en situación de discapacidad. Además cuenta con sensores que permiten que un adulto responsable controle y vigile — por medio de una aplicación móvil  o computadora — la seguridad de la persona a cargo del androide.

“IPal” se suma a otros proyectos que involucra tanto juguetes robóticos y robots educativos que les permite aprender a programar — es decir, entregar una instrucción a un ordenador para que pueda ejecutarla — a estudiantes de enseñanza básica, como androides que permiten una asistencia personalizada.

En los primeros se encuentran juegos como “Codi – oruga” de Fisher Price, donde cada pieza es una forma diferente de desplazar al bicho y que los niños tienen que programar  o “Dash and Dot”, un robot controlable a distancia mediante instrucciones entregadas por los chicos a través de un dispositivo android.

En el caso de los androides, Japón lleva la delantera con los modelos “NAO” (2004), “Romeo Project” (2009) y “Pepper” (2014), robots humanoides creados por SoftBank, o  ASIMO (2000) desarrollado por Honda. En España también se encuentra “REEM” (2006) construidos por Pal Robotics.

“IPal” actualmente se encuentra disponible en China y Estados Unidos y su valor depende de la personalización del robot, que va entre los  2500 a 10 mil dólares (1 millón 650 mil a 6 millones pesos chilenos). Su próxima gran exhibición tendrá lugar en la Conference on Intelligent Robots and Systems (IROS) de Madrid, el próximo 1 de octubre.