El tortuoso camino del recambio en la roja

Escrito por el septiembre 13, 2019

La derrota de la selección chilena a manos de Honduras fue dolorosa pero necesaria. Urge el recambio, lo que implica recorrer un camino largo y tortuoso. Muchos y muchas se enojan por la ausencia de los “titulares”, los líderes y referentes que, hasta hace algún tiempo, hablan más afuera que dentro de la cancha. Pero para qué seguir hablando de lo mismos de siempre, conversemos de lo realmente importante.

Un empate y una derrota es el saldo de los duelos amistosos jugados en suelos norteamericanos. Con sin sabores pero con una pequeña luz de esperanza. La vuelta de Claudio Bravo al arco trajo seguridad y un liderazgo único. Necesario. Un tipo que es suplente en su equipo pero que demuestra en cancha su vigencia. Además, tiró por el suelo todos los cahuines que rondan el camarín al asegurar que se necesita a todos para las clasificatorias rumbo a Catar 2022. 

Un jugador que ganó camiseta de titular se llama Paulo Díaz. Al jugador de River Plate no le tembló el brazo para colocarse el brazalete de capitán y liderar a un equipo nuevo. No fue Charles ni Bravo. Fue un Díaz que ante Argentina fue el mejor pero que ante los centroamericanos estuvo permisivo para defender el arco en el segundo gol. Es la acidez de un puesto difícil y escaso en nuestro país. Pese a ello, es el gran ganador de esta parón FIFA.

Del resto podemos especular. Alfonso Parot demostró ganas y condiciones para adueñarse de la banda izquierda, pero también mostró la hilacha en un par de jugadas, lo que seguramente dejó dudas para Reinaldo Rueda. En el medio campo, César Pinares, Claudio Baeza y Tomás Alarcón dejaron en claro que quieren ser las caras nuevas de un sector consolidado por Charles Aránguiz, Arturo Vidal y Erick Pulgar. 

La angustia está en la delantera. El goleador histórico, Alexis Sánchez, hace rato que no juega a lo que nos acostumbraba. Eduardo Vargas es bueno dentro del área pero necesita que lo alimenten. ¿Y recambio? Se ve difícil. Ivan  Morales, Diego Rubio, Ángelo Sagal, Jean Meneses, entre otros, no han logrado consolidarse. Aquello preocupa de sobremanera al técnico quien hace unas semanas aseguró que le encantaría tener a un Marcelo Salas en el equipo.

Ahora queda seguir esperando ver qué sucede. Quedan cuatro partidos amistosos antes de encarar las eliminatorias. Dos en octubre y dos en noviembre con rivales por confirmar. Rueda tiene que seguir probando nombres. Pero hay que tener paciencia, mucha. Las dos copas América tardaron más de 100 años en llegar y la generación dorada se demoró una década en explotar. ¿Acaso esperamos que Rueda encuentre 11 nuevos jugadores competitivos y que, además, entiendan la idea de juego en un par de días de entrenamiento? No, es imposible. Se tienen que respetar los procesos aunque no nos guste. Dejemos trabajar al colombiano. No está ahí sin merecerlo, si no revisen su currículo.

Fotos Carlos Parra/ANFP
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