Y no se acabará

Escrito por el abril 10, 2019

Este domingo la Universidad de Chile volvió a caer. Esta vez no fue derrota ante Unión La Calera, pero la igualdad los mantiene en el fondo de la tabla. Esto no es lo único: Los de Abajo, la barra brava, se organizó y burló todo sistema de seguridad ingresando bengalas y fuegos de artificio al Estadio Nacional, desatando una especie de «año nuevo» en el fondo sur del Julio Martínez Prádanos al minuto 59 y al 69, lo que hizo que el encuentro estuviera suspendido por algunos minutos.

El informe del juez Eduardo Gamboa lo consigna. Tres minutos fueron en los que la barra se manifestó por un «descontento hacia la concesionaria» y otros temas entre los que se encuentra el robo de unos lienzos. El llamado se hizo a través de las redes sociales de la barra y también se había realizado la convocatoria a la «gran caminata azul», donde el punto de partida sería metro Ñuble. En esa actividad se reunieron hinchas de todos los sectores del estadio para caminar juntos y alzar la voz por lo que sucede actualmente en el equipo laico.

No se crean que uno por ser periodista no tiene colores: soy azul. Lo he dicho en reiteradas ocasiones y creo que lo que sucedió el domingo no fue la manera más adecuada de manifestarse. Hacer ruido siempre va a ser bienvenido, inquietar a los más poderosos, hacer sentir la molestia, pero el poner en peligro la integridad de los camaradas, de los trabajadores del estadio y más aún de las familias que llevan a los pequeños, eso no lo voy a permitir.

Me van a tratar de hincha positiva. No, no es eso. Es que creo que este tipo de conductas solo perjudican a los que asistimos al estadio semana a semana.

La Intendencia Metropolitana castigó al club reduciendo el aforo del sector sur, tal como lo hizo con Colo-Colo a fines de 2018 luego de los incidentes del mismo calibre en el Clásico frente a la U.

Durante la semana, Juan Cristóbal Guarello en Radio ADN habló sobre lo mismo y el poder que ejercen actualmente las barras bravas. La instalación de estas y la normalización de este tipo de conductas violentas solo afectan al desarrollo del espectáculo deportivo, como vimos el domingo en la tarde.

Concuerdo totalmente con Mariano Puyol, quien de manera tajante criticó el actuar de la barra:

El poner en peligro la integridad de las personas es lo que no podemos permitir. No sigamos normalizando esto como el «folclore del fútbol», porque solo le hacemos daño al deporte y al regreso de las familias a las  graderías.

No reclamemos si la gente comienza a preferir ver los partidos por TV, porque si seguimos fomentando estas conductas, solo lograremos que se acaben los estadios llenos y solo perjudicaremos al equipo.

Fotos: Lorenzo Mella Ruiz

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