Daniela Seguel, «La Pantera»: Si fuera hombre sería más conocida

Escrito por el agosto 13, 2017

Los días de Daniela Seguel (24) son ajetreados, a las 8.00 toma la micro desde San Joaquín, va al gimnasio hasta La Reina, almuerza y toma otra micro para entrenar en Las Condes. La rutina de 12 horas se repite a diario. En silencio “La Pantera” se escabulle por Santiago con los ojos fijos en la próxima presa: Estados Unidos.

Por Yoselin Fernandez y Bárbara Barrera

Más de tres horas de batalla le costaron a Daniela Seguel (227ª WTA) revertir el match contra la francesa Amadine Hesse (205ª WTA) y coronarse así campeona del ITF Barcelona, el título más importante de su carrera. Con ese triunfo Seguel dejó atrás casi un año de sequía y lo hizo en una ocasión especial para ella: el día del padre.

El año 2016 no fue fácil para la raqueta femenina número uno de Chile. Aunque despuntó en lo deportivo, convirtiéndose en la primera chilena desde 1983 en disputar la qualy del US Open – uno de los cuatro torneos más importantes del mundo – y se consagró como la mejor tenista nacional del momento, el repentino fallecimiento de su padre la golpeó mientras disputaba la final de la Copa Las Condes en Santiago.

Seguel vencía a la brasileña Paula Gonçalves cuando su padre fue sacado de las tribunas del estadio y trasladado a la Clínica UC San Carlos de Apoquindo. La chilena continuó jugando hasta que recibió la dura noticia: Jorge Seguel había fallecido.

“Se hace poco y se hace mal”

Después de tres meses compitiendo en distintos torneos en Europa, Daniela Seguel aterrizó en Chile hace un par de semanas, en su carrera los tiempos siempre son cortos y los desafíos exigentes. “La Pantera” tiene tres semanas para disfrutar a su familia en Chile mientras se prepara para enfrentar nuevamente la qualy del US Open a finales de agosto y estar otros tres meses lejos de casa.

“No paras, en el tenis estás compitiendo todas las semanas y si paras es una o dos semanas, pero no de vacaciones, sino que para seguir entrenando”, cuenta Seguel.

Daniela Seguel
Fotografía: Bárbara Barrera

¿Cómo es el apoyo que se le da a los deportistas en Chile?

Yo creo que se hace poco y se hace mal. Muchas veces el gobierno o ADO (Asociación de Deportistas Olímpicos de Chile) tienen la intención, pero distribuyen mal o hacen mal las cosas. En distintas federaciones, en el tenis, en el básquetbol, pasa que hay problemas de plata y en realidad la plata no se pierde porque se la entregas a los deportistas, sino que porque muchas veces desaparece. Por eso yo creo que falta un poco más de orden y gente que realmente quiera apoyar. Al final el más perjudicado es el deportista.

Las empresas privadas tampoco apoyan mucho y sobre todo al deporte femenino le cuesta más, porque sale mucho menos en prensa, la gente sabe mucho menos, o sea si comparas el tenis femenino con el masculino, a mí lo más probable es que de diez personas me conozca una, a los hombres los conocen mucho más.

¿Si fueras hombre tendrías más apoyo?

No sé si tendría más apoyo, pero obviamente sería un poco más conocida. De hecho, ahora los rankings son más o menos similares. Yo estoy 200 y los hombres de Chile el que está 1 y 2, uno está 140 y otro 210, entonces estamos por ahí, pero en realidad al hombre siempre se le va a escuchar mucho más. Nadie debe saber que yo viajo a jugar la US Open este año.

“Un sueño de niña”

Los Seguel – Carvajal decidieron muy pronto que el futuro de Daniela estaría en una cancha de tenis. Apremiada por las exigencias escolares, en séptimo básico la apoyaron para que cambiara el colegio por exámenes libres y así dedicarse por completo al tenis. “Mi sueño siempre fue ser tenista profesional”, relata Daniela.

¿Esa pasión por el tenis es algo familiar?

No, nadie jugaba tenis. Fue porque en ese momento estaba en su mejor momento el “Chino” Ríos entonces siempre lo daban en la tele y en mi casa sí veíamos harto deporte y yo siempre que lo terminaba de ver jugar me iba al patio y agarraba mi paleta de ping-pong y empezaba a lesear, entonces mi papá que me vio entusiasmada de regalo de cumpleaños me inscribió en la Federación de Tenis. Me llevó un día a los 7 años y de ahí nunca más dejé de jugar.

¿Cómo se da la relación que tienes con Colo-Colo? ¿ellos te auspician?

El auspicio de Colo-Colo no es un sponsor en sí, ellos me apoyaron cuando falleció mi padre en noviembre, y me dijeron “te vamos a dar tanto mensual” ya sea para alimentación, pasaje, etc. Mi relación con el club es netamente familiar, mi papá era del Colo y nos llevaba al estadio. Yo tengo dos hermanos mayores, y a todos nos llevó desde chicos al estadio. Mi mamá es fanática de la U, así que por ahí a veces tenemos discusiones, pero desde chica siempre fui apegada al club. Cuando estoy afuera siempre veo los partidos por internet, me encanta ir al estadio y todos me conocen, saben que eso no me lo tocan.

Llevar la insignia de Colo-Colo y jugar por todo el mundo para mi es lo máximo. Cuando Aníbal (Mosa) se acercó a decirme que me iban a auspiciar yo estaba más feliz por eso que por la plata que mi iban a dar, pensé “voy a cumplir un sueño de niña”.

A sus 24 años Daniela asegura estar recién empezando. “He tenido muy pocas lesiones, así que espero llegar lo más lejos posible, ojalá jugar hasta los 35”, reflexiona mientras hace un receso en su rutina por los pasillos de Clínica Meds. Quedan 18 días para una revancha en el US Open y largos meses de trabajo para cumplir el objetivo de estar dentro de las 200 mejores tenistas del planeta. Paso a paso “La Pantera” va por todo.

Foto principal: Faro deportivo.

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