Karina Roco, matrona de APROFA: “Placer sexual y cuidado son dos elementos que deben ir de la mano»

En Mujeres en Sintonía conversaron de salud y educación sexual, derechos e información con la matrona de la Asociación de Protección a la Familia (APROFA), Karina Roco.

Karina Roco Matrona es matrona con cursos especializados en derechos humanos y derechos de la mujer, en terapia sexual y asistencia sexual en personas con diversidad funcional. Actualmente trabaja en la Asociación Chilena de Protección de la Familia (APROFA) que desde 1965, se dedica a la planificación familiar con incidencia en las discusiones en torno a la educación sexual y promoción del derecho a decidir en las mujeres.

“En APROFA atendemos con enfoque de derecho, eso significa que nosotras respetamos el derecho a decidir de una usuaria. Dentro de los derechos sexuales y reproductivos está decidir el número de parejas sexuales, tienes derecho a decidir si te casas o no, si tienes hijos o no, qué método anticonceptivo desea usar. El enfoque de derecho es entregar información y que cada una decida”, comenzó explicando la especialista.

En esa misma línea, explicó que lo fundamental es respetar las decisiones de cada paciente. “Es importante explicar todos los procesos, que la atención es confidencial y sin ningún tipo de prejuicio. También es super importante eso, muchas veces el profesional atiende con sus prejuicios”, señaló.

Uno de los elementos más problemáticos para atender en salud sexual y reproductiva a juicio de la profesional es que “Chile es un país que se basa en lo reproductivo, no en lo sexual, es como que las personas están hechas solo para tener hijos”.

Aumento del VIH

Ante la preocupante situación de nuestro país frente al aumento del VIH, Karina fue enfática en señalar que la educación es fundamental. “Lamentablemente en Chile desde hace mucho tiempo hay muchas barreras para la educación, para el acceso a la información y a métodos de barrera para prevención de infecciones de transmisión sexual”, señaló.

De igual forma, explicó que las conductas culturales cumplen un rol en mitificar y poner trabas para la prevención de infecciones de transmisión sexual. “En la familia no se habla de educación sexual, a nuestros papás no les hablaron de educación sexual, en los colegios tampoco se puede hacer, primero por los prejuicios de los profesores, de los directores y sino por los prejuicios de los papás”, lamentó la matrona.

“Si a un niño desde pequeño le enseñamos que tiene que cuidar sus dientes, después va a encontrar lógico cepillarse los dientes todos los días. Si a un niño jamás le hablamos de preservativos y de repente de la nada un papá le regala un condón y le dice: “toma ahí tienes para cuidarte”, ¿para cuidarme de qué? Entonces obviamente en Chile tenemos una gran prevalencia”, agregó.

“El uso de preservativos, de métodos de prevención y cuidado tiene que ser parte de la sociedad, si fuera parte todos y todas podríamos tener relaciones sexuales más seguras sin miedo. Parte de la salud es el estado físico, mental y emocional. Si vivo urgida, con miedo a quedar embarazada o a tener una infección no estoy viviendo mi sexualidad con placer ni con salud”, aseguró la matrona.

Además, señaló que en Chile existe mucho desconocimiento respecto de formas de cuidado y prevención. “Conocemos solamente un método de barrera: el condón masculino, pero existen cinco. Por ejemplo, el condón femenino, que ademas cubre toda la vulva de forma externa, por lo tanto, también protege de otras ITS; también tenemos las barreras cuadradas que son para frotación genital y se ocupan sobre todo en mujeres que tienen sexo con mujeres, tenemos las barreras para sexo oral y tenemos los condones de dedos”, explicó.

“Muchas personas ni siquiera las conocen, o se imaginan que son difíciles de adquirir o caros y, por ejemplo, los condones de dedos cuestan los cinco $990 en condonería nacional. Hay muchos lugares donde pueden comprar, si eres alérgica al latex puedes comprar condones que sean de otro material, por ejemplo”, dijo Karina.

Además, dentro de los mitos más frecuentes en torno a las personas que viven con VIH, la profesional destacó que uno de los más comunes era la creencia de que gente muere de VIH. “La verdad es que una persona no se muere de VIH, nunca, se muere de enfermedades secundarias, lo qué pasa es que el VIH baja el sistema inmune, pero si uno está en tratamiento no hay ningún riesgo, la vida es completamente normal”, explicó.

Otro de los mitos es que es imposible tener relaciones sexuales sin contagio, “ese es un mito que nosotros los profesionales tenemos que empezar a derribar, porque seguimos recomendando 100% uso de métodos de barrera, ¿se puede ocupar? Sí, pero también se ha demostrado que cuando la persona sigue bien el tratamiento no hay transmisión y eso es algo qué hay que desmitificar”, señaló la matrona.

Es importante considerar y recordar que el VIH se transmite solamente a través de la sangre, semen y flujos vaginales.

Placer y cuidado

Por último, la profesional recalcó que dentro de los derechos sexuales y reproductivos de todas las personas está el placer, “eso es parte del enfoque de derechos y tiene que ser considerado de esa manera desde una perspectiva feminista”.

Karina explicó que “vivir la sexualidad con placer es un indicador de buena salud, porque no vives con dolor, tienes menos riesgos a tener infecciones, al tener buena lubricación significa también que no eres una persona que está viviendo violencia o agresión sexual”.

“No porque hayas tenido una buena previa, o la otra persona esté con erección o tu pareja mujer ya quiera concluir la relación, no necesariamente tiene que ser con penetración, si tú no estás totalmente excitada no tienes por qué decir sí, si no estás preparada. Eso es una cosa muy importante, que uno tiene que conversar con las personas y todas debiésemos hablar con las amigas (…) Placer y cuidado son dos cosas que deben ir de la mano.”, aconsejó la matrona feminista.

Para mayor información puedes visitar el sitio web de APROFA y visitar los centros médicos en los metros Bellavista de la Florida, Universidad de Chile, y Ñuñoa.