Taller de autoformación feminista: un ejercicio mensual de aprendizaje y sororidad

Escrito por el junio 15, 2017

Ya van ocho encuentros de mujeres donde, a partir de la lectura de un texto feminista, conversan sobre sus experiencias personales y generan vínculos en un espacio de confianza y seguridad.

Una vez al mes, un grupo de feministas en Santiago se junta a conversar por un par de horas sobre sus experiencias personales y a desarrollar en conjunto esta ideología que se ha transformado en su estilo de vida.

Puede ser con fruta picada y jugo, con pan con palta y té, e incluso con vino y galletas. La comida es un elemento imprescindible, pero no importa su formato cuando se trata de una reunión entre mujeres.

La iniciativa de crear un Taller de Autoformación Feminista surgió de Oriana Miranda, periodista magíster en antropología, quien en su postgrado profundizó sus lecturas sobre feminismo. “Quería compartir estos textos tan interesantes con mis compañeras y pensaba que había más mujeres a quienes les pasaba lo mismo, así que lo conversé con una amiga y decidimos iniciar este taller”, cuenta Oriana.

Al final de cada encuentro, una de las asistentes propone una lectura para el próximo taller, la cual es el punto de partida de cada conversación. Ya van ocho encuentros desde octubre del año pasado y han leído “Calibán y la bruja” de Silvia Federicci, “Teoría King Kong” de Virginie Despentes, «La cerda punk» de Constanzx ️Álvarez,  «Devenir perra» de Itziar Ziga, entre otros textos que vuelven sus ojos feministas cada vez más críticos con la sociedad patriarcal.

Florencia La Mura, una de las “fundadoras” de esta iniciativa junto a Oriana, hace hincapié en que “si no leíste el texto completo, puedes ir, comentarlo y tienes una opinión igual de válida”, mientras que Oriana agrega que “ninguna de las cosas que aparecen en los libros no nos han pasado”.

Puede que las asistentes terminen hablando de series o del zodiaco o que la conversación se haya alejado mucho del tema principal, pero lo relevante es que se genera un espacio de mujeres donde pueden hablar sobre cosas que quizás no pueden hablar en otros lugares.

“Es súper rico estar, aunque sea un día, aunque sean unas horas al mes, en un espacio donde te escuchan y te entienden, porque todas hemos pasado por situaciones parecidas; dolorosas, de rabia y también muchas alegrías”, dice Oriana y agrega que es “una forma muy sencilla, muy linda y muy noble de hacer feminismo entre amigas”.

Estefanía Sepúlveda, una de las fieles asistentes a los talleres, comenta que lo que más valora es que “sin importar que conozca poco y nada a la gran mayoría de mujeres que lo conforman, siento la confianza para ser quien soy sin temor a que me enjuicien”. “Se puede respirar un ambiente alejado de la violencia en la calle, en el aula o en el trabajo”, agrega.

La invitación que hacen las asistentes de los talleres es a organizarse en sus ciudades o con sus grupos de amigas, porque como dice Florencia “es importante que nos reunamos, compartamos nuestras experiencias, generemos vínculos que son necesarios en este mundo tan gris en el que habitamos”.

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