Sobre el uso del turbante africano y la apropiación cultural

Escrito por el abril 20, 2018

Cuando una mujer negra o afrodescendiente está usando el turbante, está llevando una corona que la une con sus otras hermanas y compañeras de lucha. Para nosotras, es una forma de pertenencia, orgullo e identidad. Por eso nos es tan doloroso ver a mujeres blancas o leídas socialmente como blancas usar el turbante africano así como así, pues se le está faltando el respeto a siglos de resistencia afro.

Por Mercedes Argudín

Mujer afrochilena activista por los derechos y la visibilización de la mujer negra

Fotografía extraída de El Heraldo.

Desde hace algún tiempo, me comenzó a llamar la atención que mujeres blancas usaran el turbante africano. “A veces me siento nigga” y “me gusta vestirme como negra, sentir que ando con todo el flow”, me han dicho varias chicas en repetidas ocasiones. Creo que eso evidencia la falta de identidad y el triste desarraigo de nuestras raíces que el sistema capitalista se ha encargado de borrar muy bien.

El uso del turbante africano también llamado foulard en francés, como se le llama en África del oeste, o gele para los pueblos Yoruba, tiene sus orígenes en África Subsahariana y para la mujer negra o afrodescendiente tiene una conexión directa con su ancestralidad e historia como parte de una misma etnia negra.

El turbante africano llega a nuestro continente americano con la diáspora africana, la cual, como consecuencia de la trata trasatlántica de esclavizados en el siglo XVIII, fue víctima de secuestro, venta, tortura y explotación de las personas africanas para radicar los cimientos del sistema capitalista.

En aquellos tiempos, las mujeres negras esclavizadas peinaban en sus trenzas rutas de escape hacia los palenques o tierra libre. Según la investigadora afrocolombiana Emilia Valencia, el turbante fue usado por las esclavizadas “para cubrir con él sus trenzas entre las cuales escondían las semillas y el oro que posteriormente servirían para asegurar la supervivencia alimentaria de sus comunidades y para comprar libertades”. El turbante también fue usado para mitigar el peso provocado por las bateas llenas de agua o alimento que las mujeres debían llevar, esa práctica hasta el día de hoy es posible verla en algunas zonas de países donde existe una fuerte presencia negra.

Conocedores e investigadores señalan que el tipo de turbante tiene un especial significado para la mujer negra, pues se dice que los nudos indicarían cierta jerarquía dentro de las comunidades. Para la peinadora afro Sol de las Salas, ‘‘cuando el nudo está a medio lado, se sincroniza con la ubicación del sol. Quiere decir el sol está también de ese lado, por eso las palenqueras piensan que van a vender todo el contenido de sus palanganas, y cuando el turbante tiene tres vueltas, es una conmemoración a la madre, el padre y los hijos’’.

En la actualidad, no en todas partes donde existe población afrodescendiente o negra estas formas de llevar el turbante siguen vigentes. No obstante, es evidente que el turbante africano para nosotras tiene un gran significado y conexión con nuestras raíces.

Cuando una mujer negra o afrodescendiente está usando el turbante, está llevando una corona que la une con sus otras hermanas y compañeras de lucha. Para nosotras, llevar un turbante es una forma de pertenencia, orgullo e identidad. Por eso para nosotras es tan doloroso ver a mujeres blancas o leídas socialmente como blancas usar el turbante africano así como así, pues se le está faltando el respeto a siglos de resistencia afro.

Si bien sabemos que con la globalización todo podemos usarlo, comprarlo, venderlo, etc., en este caso estamos hablando de usar o comercializar un elemento que le pertenece a una cultura negra, a la cual no perteneces ni te ha sido heredada. Por lo tanto, se está extrayendo ese elemento de su contexto ancestral.

Es un hecho que cada uno puede usar lo que quiera. A mi parecer, no se puede ser tan dictatorial de prohibirle al otro usar algo. Pero debemos estar conscientes de que existen ciertos ropajes que habitan una etnicidad (la etnicidad denota una relación o sentimiento de pertenencia con su grupo étnico) que algunos no viven en su cotidiano.

Por lo tanto, al momento de usarlos lo mínimo que se puede hacer es contextualizar lo que estás llevando en la cabeza. Y si en algún momento una mujer negra se opone al uso del turbante que llevas puesto, escuchar sus argumentos, es lo menos que se podría hacer, por respeto y empatía.

Por ejemplo, es muy distinto usar el turbante africano en una comparsa de festejo afroperuano, blocos o ceremonia afro que usarlo porque soy cantante y quiero tener un toque nigga por marketing o si soy una influencer y uso el turbante para para vestir un outfit top y tener más seguidores.

En el primer caso, el turbante africano estaría dentro de un contexto que no pasa a llevar sus raíces; al contrario, las está honrando desde un lugar amoroso de respeto y visibilización. En cambio, en el segundo, está descontextualizado, pues el uso del turbante se estaría minimizando a un mero uso estético-comercial, de manera en que se le invisibiliza como parte de la tradición negra. Esto es una falta de respeto, pues es muy hipócrita usar el turbante africano y no hablar, por ejemplo, de las mujeres negras que están siendo asesinadas.

El sistema patriarcal, blanco y heteronormado, posiciona lo que no se acomoda a sus estándares como “lo otro”. En este caso, la otredad sería lo negro, por lo que automáticamente, al ser lo “otro” se nos exhibe como lo exótico, y lo exótico es lo entretenido.

Por eso es entretenido vestirse como negro un día y listo, pues luego me saco la ropa y vuelvo a tener todos mis privilegios. de persona no negra. Es entretenido siempre y cuando tú no seas negro/a, pues, al no ser negro/a, no eres ese “otro”. Por lo tanto, no eres víctima de las mismas formas de opresión del sistema, que ese “otro” sí sufre.

Es esencial que cuestionemos nuestros privilegios para que no olvidamos el trasfondo, pues nuestro derecho a la identidad nos ha sido arrebatado.

Cada uno es responsable del trabajo de reconectar con sus propias raíces y encontrarse en su etnicidad. Pues, cuando conectamos con nuestras raíces, aflora nuestra identidad, nos volvemos auténticos y habitamos nuestro cuerpo desde una perspectiva enriquecida e intercultural.

***

En el segundo capítulo del programa Copadas de la Radio JGM conversamos en profundidad con Mercedes Argudín sobre el racismo, la intersección y la apropiación cultural. Escúchalo completo aquí:

Comentarios

[No hay estaciones de radio en la base de datos]