Rol de los periodistas: Conocimiento y democracia

Escrito por el agosto 9, 2016

Por Claudio Garrido Moya

Hace pocos días tuve el placer de poder publicar un libro por primera vez. Fue el periodismo de investigación el motor de la obra que hoy tiene su espacio en algunas librerías. “Transantiago: La Capital Indignada” tuvo de la mano una reflexión que apela a la solemnidad del rol que tenemos los periodistas en la sociedad

En el contexto en que la sociedad está cada día más demandante de información y de saber cómo funciona su entorno, nuestro rol se vuelve preponderante. Más aún cuando el acceso a la información está en vías de un pujante desarrollo que, no obstante, ofrece ventajas y también desventajas.

Vale considerar que como periodistas tenemos el deber de realizar una lectura a lo que la sociedad demanda. Y esto va más allá de consignar la marcha de la semana, o la trágica historia de una persona en un confín de nuestro país. Es hacerse la pregunta una y otra vez: ¿Por qué pasa esto? Porque al contrario de lo que muchas veces podríamos pensar, la mayoría de las cosas que ocurren no son casuales. Son objeto de sistemas políticos o procesos sociales calculados en sus intenciones, pero muchas veces no proyectados en sus consecuencias.

Por ejemplo, el caso de Transantiago, que como política pública representó lo peor de los gobiernos de la Concertación, no valía la pena sólo traer a colación la mera imagen de los paraderos llenos de gente y la consolidada sensación de malestar contra un sistema de transporte que cambió la vida de la gente de una ciudad entera. Las crisis siempre son terrenos de oportunidades y lo que nos compete como sociedad es tomar la posta y aprender. Muchas veces, del ejercicio de nuestro poder como masa social dependen muchas cosas del futuro, y eso se nota hoy en día, por dar un ejemplo, en que los movimientos sociales hayan instalado en la agenda el debate del sistema de pensiones chileno, entre otras demandas.

Pero volviendo al primer ejemplo, el periodista tiene el deber de explicar por qué ocurren las cosas y traducir a ratos el pantanoso lenguaje técnico que utilizan los distintos profesionales para entender por qué ocurre lo que ocurre. Una de las cosas que determinaron el fracaso de Transantiago, fueron precisamente aspectos técnicos que fueron modificados por voluntarismos políticos. Cosas que no son sencillas de explicar, ya que no es llegar y mostrar un gráfico para pensar –como José Piñera- que la gente comprenderá que por culpa de esa línea puesta en un papel están llegando tarde a la casa y se ven afectados en su calidad de vida.

Muchas veces los periodistas debemos enseñar, contextualizar, desarrollar las ideas para presentar una realidad lo más fidedigna posible y así aportar al debate. Y para eso sólo es posible entregando conocimiento. Es una de las cosas más enriquecedoras de esta profesión, porque si después de tu mensaje comprendes que esa audiencia se lleva un granito de arena más de saber, se convierte éste en un aporte que poco a poco otorgará a las personas a tener un mayor poder de decisión. Y como no, se convierte, a la postre, en un aporte a la democracia.

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