Rodrigo Cabrillana, escritor: «El ex guitarrista de The Smiths amó escuchar a Los Tres»

Escrito por el agosto 27, 2020

El autor emergente y profesor de Literatura, está próximo a publicar su ópera prima “Noches de Rock and Roll: Crónicas de Rock Penquista (1981-1991)”, libro que aborda la escena musical ochentera de Concepción.

Se trata de una investigación realizada en más de cinco años por este docente melómano que quiso contribuir a completar una historia contada, pero no totalmente abordada en torno al rock nacional, y que tiene como exponentes a Los Tres, Emociones Clandestinas y los grupos que los precedieron.

La portada del texto cuenta con la ilustración realizada por Sergio Córdova, conocido por ser el artista detrás de Dibujos de Cucho, perfil de Instagram en el que difunde sus caricaturas de celebridades.

La JGM conversó con Cabrillana sobre el proceso creativo e investigativo que conlleva la escritura de un texto musical, los desafíos que esto implica y los músicos a los que entrevistó, entre los que figura nada menos que Johnny Marr, el legendario ex guitarrista de la agrupación inglesa The Smiths.

¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?

En 2010, yo estaba haciendo un taller que se llamaba “Taller de ideas”, donde se hablaba de literatura y actualidad. En ese taller hacía clases el periodista Emiliano Aguayo, autor de “Maldito Sudaca. Conversaciones con Jorge González”.

Este curso tenía como proyecto final entregar una propuesta para redactar un libro. Un día, le manifiesto mis intereses musicales, y él me propone que escribiera un texto sobre alguna banda que fuera de mi interés.

Yo había hecho justo un estudio de las líricas de Álvaro Henríquez en la maestría de Literatura (curso “Problemas de Estética y Política”), se lo mostré a Emiliano y a él le pareció interesante. Sin embargo, sabiendo que era difícil conseguir el apoyo oficial de la banda, preferí indagar más acerca de la escena rocanrolera de Concepción.

Allí surgieron Emociones Clandestinas, Holocausto (banda Hard Rock penquista) y otras bandas que no conocía en su totalidad, como el caso de Los Presidiarios, Los Ilegales, Los Ángeles Subterráneos, etc.

¿Cuál fue el descubrimiento más grande que hiciste a través de esta investigación?

Hablar de descubrimiento estimo que es un poco ostentoso, porque las cosas siempre están. Yo creo que pude encontrar evidencia que Concepción es una ciudad culturalmente muy creativa en distintos términos. No solo el rock y la música, sino que también la danza, el teatro, el cine, literatura, poesía, pintura, escultura.

Los músicos en los años ‘80, aparte de tocar sus covers de las bandas o solistas que ellos admiraban, componían y tocaban sus propios temas. Ellos escuchaban los discos, tenían la referencia de los distintos géneros que se estaban produciendo en ese momento, o de lo que ya había sido, por ejemplo el rock clásico, el new wave, el post-punk o el punk, etc., y ellos tomaban esas referencias para crear sus propios discursos musicales, amparados también en lo que pasaba allá políticamente hablando, porque además estaba el tema de la dictadura, con los toques de queda, las restricciones culturales, el que no llegara tanta música, y otros factores más.

Hay una frase bastante interesante en uno de los epígrafes que abre uno de los capítulos de “Noches de Rock & Roll”, que la dice Iván Molina, baterista histórico de Emociones Clandestinas, “Empezar a tocar guitarra uno puede hacerlo, pero ser creativo es algo mucho más difícil de encontrar”, y yo creo que eso es principalmente lo que me encontré en Concepción de los ‘80, una ciudad culturalmente con mucha creatividad.

¿Cuál crees que es la característica de este texto que más destaca en relación a los demás libros de similar temática?

Este libro está construido desde una mirada diferente, de contar la historia desde los aspectos que no estaban narrados, porque por ejemplo, yo siendo un seguidor de Los Tres o Emociones Clandestinas, siempre quise saber la historia de los inicios de estas bandas, como por ejemplo la prehistoria de Yogui Alvarado en Los Ilegales, o de Pancho Molina, Titae Lindl y Álvaro Henríquez con Dick Stones, ya que siempre se nombraban a esos grupos en la prensa en publicaciones menores, pero nadie profundizaba sobre su real historia.

Cuti Aste tocando en Los Presidiarios, colegio Alemán de Concepción. Imagen, cortesía de Cuti Aste.

Nunca se daban datos más concretos de esos proyectos, como las historias de vida musical de los mismos. O veíamos los afiches de Los Ilegales, o referencias de Los Presidiarios en la página MúsicaPopular.cl, sin embargo, todas eran menciones, no existía una profundidad de la historia.

Entonces empecé a recopilar las diversas historias de los músicos protagonistas de esa década. Por ejemplo en Dick Stones, está la historia de Gilles Marie y de Fernando Saavedra, que son dos músicos fundamentales de ese grupo, y donde además, es el proyecto en que participan Henríquez, Lindl y  Pancho Molina antes de ser Los  Tres.

En Los Presidiarios está la historia de Cuti Aste, quien después va a participar en grandes bandas de los años 90 en Chile, como Electrodomésticos, Javiera y Los Imposibles, va a colaborar también con Los Tres, etc.

Creo que lo que tiene mi libro en relación a los otros es que es exponencial en dato duro y también en vivencias, tiene harta descripción, harta información que no está en todos lados, y eso lo logré recopilar en un trabajo que hice en más de cinco años. 

 

 

Afiche concierto Los Ilegales y Los Prisioneros, octubre de 1984, Aula Magna de Concepción.

¿Cuál de todos los entrevistados fue más difícil de contactar?

El más significativo para mí fue Gilles Marie el amigo francés de Álvaro Henríquez, guitarrista de Dick Stones, el personaje que trae el rock a los músicos de Concepción, quien de Francia con una maleta de discos con grupos y solistas que los chicos no conocían.

Pero a él me fue muy difícil de contactar, porque le escribí un correo el año 2015, cuando yo estaba empezando esta investigación, y no obtuve respuesta. Sin embargo,  a mediados del 2016 un día me llega una notificación: voy a ver y era Gilles Marie, en el cual me pedía disculpas por no haberme escrito antes.

Para mí él era uno de los testimonios fundamentales que anhelaba tener en mi libro, por el valor que yo pienso que tiene él para la música popular y el rock en Concepción. Él quien motiva al resto de los músicos de Dick Stones, incluido Álvaro, a formar la banda.

De hecho, la llegada de Marie a Concepción fue crucial para que Álvaro Henríquez, Titae Lindl, Fernando Saavedra y un montón de gente más, empezaran a esparcir más sus inquietudes musicales, escuchar Rock y por supuesto, comenzarán a hacer música.

 ¿Cómo fue el proceso de escritura del texto?

Fue un proceso largo y complejo. Primero, la consecución del proyecto en el taller. Segundo, la etapa de exploración, que fueron varios años que estuve indagando qué era lo que existía en término de documentos, estudiando también el punto de vista cultural periodístico que pudiera tener la investigación, viendo si el libro podría tener un impacto en la escena, etc.

Luego vino toda la etapa de investigación dura, que fue ir a Concepción, hacer las entrevistas presenciales, indagar todo el contexto, preparar cada entrevista, ubicar a todos los personajes, lo cual implicó harto tiempo, darse el espacio para ir a la biblioteca a ver los archivos de prensa.

Tratar de acceder a registros de conciertos, de tocatas, de discos, etc., que lo logré en el tiempo y gracias a la generosidad de los melómanos y los músicos de Concepción.

Finalmente vino la escritura del manuscrito final que me tomó un año y medio. Es imponerte un horario y días de trabajo y cumplir con el objetivo inicial de tu plan. En general fue difícil porque es la gestación de una obra y eso implica sacrificar varias cosas. En Chile no existe una cultura de la investigación, y eso implica buscar acceder a beneficios o a concursos para financiar esas investigaciones, y sobre todo crear conciencia entre la gente, sobre lo importante que es investigar. Fue muy complejo todo.

¿Con qué desafíos se encuentra un escritor emergente a la hora de publicar su obra? 

Lo primero es que los medios o la industria cultural en general, se van a preguntar quién es este investigador principiante que aparece en escena con un libro, y el por qué deberíamos prestar atención a su trabajo. Es decir, que te miren porque no eres un nombre reconocido del círculo periodístico cultural tradicional que haya presentado trabajos antes y eso ante todo, va a generar cuestionamientos de todo tipo.

Y yo creo que desde allí nace la pregunta de que si vale la pena continuar o no. Pero, ante todo debes tener la certeza total y la seguridad personal, de que tu trabajo sí es un aporte para ti mismo y por supuesto para los demás, ya que es relevante porque estás haciendo algo que no existía y sobre todo estás ilustrando por medio de la literatura musical, aspectos de la memoria nacional y regional que no estaban documentados en su totalidad.

Sin embargo, lo segundo es cómo vas a  posicionar tu trabajo en términos de difusión, porque uno al ser emergente, no va a tener el mismo acceso a los medios de comunicación que tienen otros que son mucho más destacados. En el caso de los que comenzamos en esto, hay que trabajar muy duro para generar esas instancias, sobre todo el darte a conocer y  promocionar tu producto en el mercado cultural.

Hay que hacer mucha autogestión también, conseguir prensa para mostrar lo que uno está haciendo, para que así los otros medios se interesen y puedan dar a conocer tu libro a los lectores.

Rodrigo Cabrillana, autor «Noches de Rock And Roll»

Lo tercero es ver cómo los lectores van a recibir tu trabajo. Por lo mismo, son varios los retos a la vez, y eso tiene un costo en términos de exposición, o de cómo el resto va a juzgar tu obra. A eso, debes sumarle la relación que generas también con tu editor o casa editorial.

¿A qué se debe el nombre de tu libro?

“Noches de Rock & Roll” es un nombre que lo tomé como referencia de una canción de Los Ilegales, este grupo histórico en donde en 1984 se juntan Álvaro Henríquez, Roberto Lindl, Yogui Alvarado y Héctor Da Costa para abrir el concierto de Los Prisioneros en el Aula Magna de Concepción.

Este conjunto que reúne a los futuros integrantes de Los Tres y Emociones Clandestinas, y que tienen esta canción con la que abren su presentación, que se titula  “Noche de Rock and Roll”, que habla de rocanrolear en época de dictadura.

La encontré súper significativa porque representa el espíritu de la época, sobre todo con respecto a lo que pasaba en la escena y el contexto cultural de Concepción de esos años.

Entonces, yo le agregué la “s”, y como un acto de homenaje a Los Ilegales, y también a Ricardo Mahnke, quien produjo ese concierto, le puse a mi libro “Noches de Rock and Roll”. En el fondo es la metáfora que conjunta todas las historias que logré recopilar en los cinco años que investigué. También es un homenaje a todos los músicos de Concepción, porque ellos fueron un pilar fundamental para la cultura de los años ´80 en la región del Biobío.

¿Cuál es el aporte de tu libro para la historia de la música en Chile?

Narrar episodios de la música popular de Concepción que no estaban documentados, como por ejemplo la historia de Dick Stones, la historia de Los Presidiarios, una profundidad de la crónica de Los Ilegales. También un estudio mayor de las circunstancias que implicaron el inicio de Los Tres, el desarrollo de bandas como Los Cuatro amigos del Doctor, la implicancia de lo importante que fue el jazz en Concepción para el desarrollo del rock, donde hay músicos jazzistas que han tenido relación con otros, como Alejandro Espinosa, Moncho Pérez y Marlon Romero, que también hacían o se vincularon al rock and roll.

Por ejemplo, Alejandro Espinosa y Moncho Pérez fueron profesores de batería de Pancho Molina, y eso queda evidenciado en mi texto. Pero yo pienso que aportar información que no se encontraba en documentales, ni en libros, ni siquiera en los archivos de prensa, o que tal vez estaba en el testimonio oral, pero que nadie la había desarrollado como crónica y menos en un libro. Y eso fue mi aporte.

¿Cómo fue la experiencia de entrevistar a Johnny Marr?

La historia con Johnny Marr es bien particular. Álvaro Henríquez siempre ha dicho que sus referentes en la música son Roberto Parra, John Lennon, The Beatles y The Smiths.

En esos días en que yo estaba iniciando la investigación en el 2014, había una visita de Johnny Marr a Chile, por el contexto de Lollapalooza. Entonces un día, contándole a un amigo los alcances que estaba teniendo con la investigación del proyecto, y sabiendo también que iba a abordar a Los Tres dentro del libro, se me ocurre proponerle ir a ubicar a Johnny Marr y que le mostráramos música de Los Tres para ver qué opinaba.

Entonces, hice la gestión con la productora y me dijeron que no, pero le insistí a mi amigo el fotógrafo, que intentáramos hacerlo por nuestra cuenta. Cuando llegó Johnny Marr a Chile, ubicamos el hotel donde se estaba quedando, luego hicimos algunas gestiones, y Johnny Marr accedió a darnos una entrevista cortita.

Él nos preguntó para qué era la entrevista, le dijimos que era para una publicación de música chilena, y entonces accedió de muy buena forma. Le pasamos un reproductor de música con algunas canciones de Los Tres del disco “Coliumo”, Marr se puso a escucharlos muy atento. De hecho, escuchó una canción que se llama “El hocicón”, que está dedicada a The Smiths (por la canción “Bigmouth Strikes Again”), la que fue compuesta además, como un homenaje que hace Álvaro Henríquez a Johnny Marr y también a Morrissey.

 

Rodrigo Cabrillana entrevista a Johnny Marr. Fotografía: Cristián Sagal Márquez.

Johnny Marr quedó encantado con la experiencia de escuchar a Los Tres. También se sentía muy honrado que ellos lo hayan tributado en esta canción. Hizo una analogía con algunos grupos anglo, de lo que le parecía la música de Los Tres y es más, se lo agradece a Álvaro Henríquez  en el libro.

Él fue muy generoso, una persona muy terrenal, muy humana, y musicalmente una leyenda. Es muy afectuoso con los fans y a nosotros nos atendió muy bien. A pesar de lo breve, fue una experiencia mágica y muy particular también, porque no es fácil que un músico extranjero hable de otras bandas, sin otro interés más que escuchar y emitir una opinión musical.

También hay otras historias como cuando Paul McCartney escuchó a Los Bunkers en los camarines del Estadio Nacional en 2011. Pero bueno, aquí Johnny Marr de The Smiths escuchó a Los Tres, y eso puedes ponerlo con letras grandes (risas).

Yo al día siguiente tenía una entrevista con Joselo Rangel de Café Tacvba y le conté de esta experiencia, sabiendo que también él es amigo de Henríquez y fan de los Smiths a la vez. Joselo escuchó la entrevista, le mostré algunas fotos y me dijo que iba a contarle a Álvaro Henríquez. No sé si lo hizo. Habría que preguntarle a Álvaro si conocía esta historia o se enterará por medio de “Noches de Rock & Roll”.

 

Joselo Rangel en la entrevista con Rodrigo Cabrillana.
Portada «Noches de R&R».

“Noches de Rock and Roll: Crónicas de  Rock Penquista” será lanzado el próximo 11 de septiembre a través de la plataforma Facebook Live, pero desde ya puedes reservar una copia del libro en la página https://cronicasderockpenquista.com/.

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