Protestas en Nicaragua exigen salida de Daniel Ortega de la presidencia

Escrito por el mayo 10, 2018

El 19 de mayo se cumplirá un mes desde que comenzaron las protestas en Nicaragua. Lo que partió como un repudio a la reforma provisional, propuesta por el gobierno sandinista de Daniel Ortega, que afectaba a todos los trabajadores y pensionados, se ha convertido en un movimiento que exige la salida inmediata de Ortega y su señora, Rosa Murillo, quien a su vez ejerce de vicepresidenta.

47 muertos es la cifra que han dejado las protestas y la respuesta policial. Entre ellos un menor, dos policías y un periodista que murió mientras transmitía en directo a través de Facebook. Frente a esto, el oficialismo anunció la creación de la Comisión de Verdad, Justicia y Paz, con el objetivo de investigar la mayor ola de violencia desatada en el país desde los años 90.

Entre los objetivos de la comisión se encuentra esclarecer las muertes sucedidas en un comienzo en las protestas, lo que ha generado malestar en la población, al ser los mismos que ordenaron en primer lugar la represión policial, quienes estarán a cargo de las investigaciones.

La situación no es para menos, ya que pareciera que cada día que pasa, Nicaragua se aleja más de una democracia y pasa a transformarse en un país propiedad de Ortega y su familia.

Es por eso que Víctor Quadras, líder estudiantil, ha demandado al gobierno a que acepte el ingreso de inspectores de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para que sean ellos quienes realicen las investigaciones pertinentes.

Sin embargo, a pesar del apoyo popular a las protestas, hay quienes temen que este descontento sea utilizado por los sectores más conservadores, a fin de promover sus propios intereses. Eso es lo que señala el movimiento feminista Abya Yala: “sabemos que el malestar que generó la revuelta, pretende ser manipulado por las fuerzas conservadoras locales y por las políticas imperialistas que pretenden en Nicaragua, como en toda América, echar por tierra los logros que los pueblos han tenido a partir de duras luchas e incluso revoluciones como la Sandinista”.

El contexto de las movilizaciones se dio no solo luego de la presentación y posterior retiro de la reforma de pensiones, sino también un mes después que la vicepresidenta, Rosario Murillo, advirtiera las posibilidades de que el gobierno regulara las redes sociales que: «influencian negativamente» en la  convivencia nacional.

Por el momento, en Nicaragua el gobierno no piensa en dar su brazo a torcer, al igual que los movimientos sociales siguen organizándose. Cabe suponer que esto es solo el comienzo de un proceso que puede durar varios meses y que definirá el futuro del país.

Por un lado la población movilizada sabe que esta es la oportunidad que estaban buscando para presionar a Ortega para que salga: «vivo o muerto» dicen algunos. Una posibilidad que se da luego de más de 10 años de un gobierno que ha sido constantemente acusado de corrupto y autoritario.

Mientras que al frente, se encuentra Daniel Ortega y su familia, quienes no solo controlan el poder ejecutivo, sino que a través de sus hijos mantienen el control de la mayoría de los medios de comunicación, y quienes al mismo tiempo no han dudado en censurar a los pocos medios que se han atrevido a criticarlos.

 

 

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