Presidenta ANAMIC respecto a cobertura del Caso Macaya: «Existen víctimas de primera y segunda categoría»
Escrito por Gastón Villarroel el julio 19, 2024
Tras la filtración de La Tercera del expediente investigativo y la cobertura del Caso Macaya, surge la discusión sobre la ética de los medios al momento de cubrir casos de abuso sexual contra menores de edad. En el noticiero Vista Panorámica conversamos con Fresia Ramírez Inostroza, presidenta de la Asociación Nacional de Medios Independientes y Comunitarios (ANAMIC) y editora de Radio JGM para analizar el enfoque de las pautas hegemónicas en casos de vulneración a las infancias.
Por Gastón Villarroel Godoy
- La justicia chilena ordenó que se bajara el artículo «Expediente Macaya: las desconocidas pruebas del juicio por abusos sexuales en que se condenó al empresario» publicado por La Tercera Domingo.
En relación a esto ¿por qué es tan problemático desde una perspectiva feminista el que se hagan titulares como este?
«Primero, mucha gente se informa de casos así con coberturas mediáticas sesgadas a través de matinales de televisión, de noticieros, pero que mantienen relativamente el mismo tono. Un tono de alarma, de alerta y de intrusión en la vida de la víctima. Este comportamiento también se repitió anteriormente, véanse los casos de Ámbar Cornejo y el de Nabila Rifo. Existe un pasado mediático donde se vuelven a mostrar estas formas de cubrir las noticias. En este caso en concreto hablamos del padre del presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), quien fue denunciado por familiares menores de edad que sufrieron abuso reiterado por parte del hombre de 71 años.
En Radio JGM y en distintos medios independientes y comunitarios hemos estado cubriendo el caso desde que se dio a conocer. Sin embargo, hay que recordar el silencio realizado por la prensa tradicional respecto a esta situación. Eso nos hace pensar también en que existen víctimas de primera y segunda categoría. A pesar que en este caso las víctimas comparten clase social, el punto en común es que son mujeres, niñas, infancia y juventudes. Parte de la sociedad que está olvidada».
Estos titulares, como el de la cobertura del caso Macaya (el de La Tercera), son problemáticos dentro de este punto de vista. Por un lado nos habla de una práctica que viene irrumpiendo hace muchos años, el click bait, que vendría siendo llamar la atención con el titular con el fin de generar lectoría. Y esta lectoría no tiene estándares éticos. Esta práctica, lamentablemente, es común dentro de la prensa hegemónica. La del click bait y la de filtración de documentos que deberían proteger a la víctima, pero tras la publicación ya no lo hacen. También otro elemento que lo hace conflictivo para una perspectiva feminista es lo que llama a las personas a leer estas noticias, el morbo. El conocer más a fondo como ocurrió este crimen. En la bajada de La Tercera, mencionan la existencia de un video que muestra plano a plano el abuso».
- Actualmente Eduardo Macaya, se encuentra con arresto domiciliario. En varias audiencias, la Corte de Apelaciones ha restringido el acceso a los medios y al público general con el fin de resguardar a las víctimas y su identidad, y controlar la cobertura del Caso Macaya. Esta es una medida con perspectiva de género muy reciente, que se debería llevar a cabo en todos los casos parecidos a este.
¿Qué tan efectiva es esta medida de resguardo a las víctimas hoy en día?
«Como han explicado, esta es una medida muy reciente que se instala en un contexto donde el poder judicial hace una retrospectiva, teniendo como resultado una convocación a los comités de género de los distintos ministerios, las distintas cortes de apelaciones del país y se crea este protocolo desde la impronta feminista, donde se ha ido aplicando de una manera paulatina. Una de estas aplicaciones es en juicios de este carácter: la prensa debe estar fuera. Al ser nuevo, no siempre es efectivo. Hay casos, como el de Macaya, que tienen más atención mediática y que están motivados a dar a conocer más detalles, y los detalles más cruentos se presentan en las audiencias. Por esto el que la prensa no ingrese a esta instancia sería lo ideal».
- El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de San Fernando ordenó despublicar algunos artículos en los que se dan los detalles sobre el caso, tras un recurso interpuesto por la Defensoría de la Niñez.
¿Cuál es la perspectiva de ANAMIC sobre la cobertura del Caso Macaya?
«No hemos tenido ocasión de poder tener una respuesta colectiva pero hay algo que se repite en este y en otros casos. Como medios independientes y comunitarios somos muy críticos a la cobertura sesgada que otorga la prensa hegemónica en varios ámbitos en que la sociedad se desarrolla. Hacemos una crítica a como se efectúa una cobertura en cuanto a política. Por ejemplo, el como los medios muestran el avance de la ultraderecha en el mundo. O en lo económico, como muestra la prensa tradicional el desarrollo como un ente superior frente al cuidado de los territorios o de las comunidades. Esta conducta se repite en muchos ámbitos de la sociedad. En ese sentido, cuando hablamos de víctimas, tenemos una perspectivas de sesgo de clases y también es un caso difundido meses después desde la primera denuncia. Ahora cuando se deciden poner los ojos sobre Macaya, se hace de la peor forma. De una forma sesgada, donde se pasan a llevar los derechos de las infancias, de las adolescencias, y se repite la imagen de cobertura de Nabila Riffo y de Ámbar.
¿Cómo debiera ser una cobertura ética en este tipo de temas sensibles sobre todo pensando en los menores de edad que están expuestos en estas noticias?
«Hay distintos modelos y documentos a como la ética periodística debe primar sobre la cobertura judicial, que es una cobertura especializada. Otro tipo de palabras, de lenguaje que tienen los fallos, que nosotros como comunicadores debemos traducir y llevar a formas más transversales a nuestra sociedad y que tengas estas perspectivas. La de género es fundamental para cualquier ámbito de la sociedad pero, sobre todo, cuando tenemos involucradas a mujeres víctimas de acoso o violación. Como consejo, no podemos transgredir las figuras de las víctimas, no podemos revelar información que permita que la víctima sea reconocida. Por ejemplo las infancias empobrecidas que no tienen quien las defienda o quienes bajen esos artículos de prensa, muchas se ponen: la dirección, la comuna, el nombre de sus padres o madres que sí son mayores de edad, y sus iniciales. Con eso ya su entorno puede reconocer quien es la víctima, y podría llegar a perjudicar el fallo judicial. No exponer los detalles que hacen perder su dignidad es fundamental».
Revisa la entrevista completa sobre la cobertura del Caso Macaya aquí:
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