Mujeres en Dictadura: Víctimas ignoradas de la Violencia Estatal
Escrito por Rocío Cerda el octubre 1, 2024
Las violaciones a derechos humanos sistemáticas hacia las mujeres ocurridas en dictadura no han sido un tema tocado por el sistema judicial. En este artículo revisamos las violencias de género ocurridas durante la dictadura y cómo opera la violencia político sexual en Chile.
Por Rocío Cerda
Las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura en Chile son conocidas, pero al considerar a las mujeres, las opresiones adquieren una dimensión diferente. Es crucial analizar estos hechos con una perspectiva de género, considerando que las mujeres fueron víctimas de violencia política con rasgos diferenciadores por su género. A esto, colectivas como Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes, han propuesto el concepto de violencia político sexual en referencia a estas formas de tortura.
Entre ellas están las violencias físicas, las psicológicas y las sexuales. Crímenes que en su mayoría no recibieron justicia ni reparación por parte del Estado y que hasta el día de hoy no existen como una categoría legal para identificarlas como violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos. Esto ha generado que estos actos de violencia que permanezcan desconocidos para gran parte de la sociedad.
Violencia hacia los cuerpos
Uno de los métodos más comunes de tortura hacia mujeres fue el daño a sus corporalidades. Además de los maltratos utilizados contra las personas detenidas, las violaciones y abusos sexuales fueron una táctica empleada por agentes del Estado contra mujeres y disidencias sexuales.
Beatriz Bataszew, sobreviviente del ex Centro de Tortura Venda Sexy y parte del Colectivo Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes, menciona que sabían que no tendrían justicia legal. Afirma que solo se obtienen sentencias contra agentes del Estado como casos particulares, pero que no se reconoce una práctica sistemática de violencia de género. No existe una justicia que reconozca al Estado como el gestor de estas prácticas. A pesar de ello, destaca que la justicia social y política la tienen.
Bataszew describe un perfil común entre las mujeres víctimas de violencia sexual: mujeres subversivas, opositoras a la norma y que debían reprimir como forma de castigo. Actos que responden a un orden patriarcal y heteronormado cuyo objetivo era limitarlas.
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Mujeres separadas de sus hijos: la otra cara de la dictadura
La violencia física es evidente, pero históricamente las mujeres han enfrentado otras formas de violencia más invisibles, especialmente aquellas vinculadas a los roles de cuidado.
En sus propios hogares, muchas sufrieron el exilio de sus parejas, la desaparición forzada de sus hijos y la angustia de buscar justicia en un país que les daba la espalda.
La dictadura no solo atacó a mujeres militantes, sino también a madres, esposas, hijas y hermanas, quienes enfrentaron una doble lucha: la represión política y el machismo.
Dentro de estas formas de violencia hacia las mujeres durante ese periodo se encuentra la adopción irregular de niños y niñas. Estas adopciones forzosas no distinguían entre las madres, pero todas compartían un factor común: un estado de vulnerabilidad económica.
A través de engaños, se separaba a los niños de sus madres bajo el pretexto de «mejorar» sus vidas, o se les decía que sus hijos y hijas habían fallecido en el hospital al nacer, cuando en realidad eran dados en adopciones ilegales.
Las víctimas de estos despojos enfrentaron el desapego temprano de sus hijos, además de la violencia institucional, que durante años les ha negado justicia. Hoy en día, aun alzan la voz para que se reconozca y repare esta injusticia profunda.
Parte importante de esta resistencia se hace desde Hijos y Madres del Silencio, desde donde apuntan a que había un política de Estado de terminar la pobreza quitándole los hijos a las madres, según dice su Presidenta y Fundadora, Marisol Rodríguez.
Para Rodríguez es fundamental una mirada con enfoque de género: «Por ser mujer te vulneraban todos tus derechos».
Mujeres en dictadura y la necesidad de una mirada interseccional
A lo largo de estos años, muchas mujeres se convirtieron en voces de resistencia. La búsqueda se llevó a cabo mientras sacaban adelante a sus familias. Por eso, es fundamental recordar que, al hablar de la dictadura, se necesita una mirada interseccional.
La interseccionalidad es una herramienta clave para comprender cómo diferentes formas de opresión, como el género, la clase y la etnia se entrelazan y afectan de manera distinta a las personas. En el caso de las mujeres en dictadura, no solo sufrieron la represión política por sus ideas o activismo, sino que también por ser mujeres.
Las torturas y agresiones sexuales que padecieron no pueden entenderse únicamente desde la perspectiva de la represión política. También responden a estructuras patriarcales y misóginas que buscan silenciarlas.
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