[#FECH2017] Matilde Méndez: La apuesta comunista para volver a la Fech

Escrito por el noviembre 5, 2016

“Crear: una Fech para volver a creer” es probablemente el mejor eslogan del cual Matilde Méndez pueda ser rostro. No es muy de ningún lado, y le han atraído tantas actividades a lo largo de su vida que cuesta definirla. A pesar de no ser creyente mantiene una fe irrestricta hacia su proyecto político.

Por Bárbara Barrera Morales

“¿Aló, con quién hablo?”, una agitada voz respondió nuestra llamada telefónica. “De la Radio JGM, queremos hacerte una entrevista, ¿estás ocupada?”– le preguntamos mientras mirábamos el reloj que marcaba las 12.37 de la tarde. “No, puedo hablar ahora”– replicó ella. “¿Estás segura? Te podemos llamar más tarde, no hay problema”. Ella aceptó la oferta. “¿Puede ser tipo 10 de la noche?, te aseguro que estaré en mi casa”.

Matilde Méndez Del Canto (25) es estudiante de Diseño Gráfico de la Universidad de Chile y lleva una vida agitada desde siempre. Incluso en Curicó, donde podríamos pensar que el ritmo de vida es diferente, Matilde se movió durante toda la básica y la media de un colegio a otro: rurales, católicos, particulares, subvencionados, públicos y finalmente el Liceo de mujeres donde fue presidenta del centro de estudiantes en 2009.

Matilde nació en Santiago, específicamente en el ex Hospital Paula Jaraquemada de la comuna de Santiago Centro, y estuvo en la capital hasta que sus papás se separaron. Después migró con su mamá y sus dos hermanos menores a Licantén, cerca de Iloca; la tierra del Zafrada.

¿Te sientes más provinciana entonces?

“Oh, en verdad ninguna de las dos y un poco de las dos”.

¿Ya…?

“Porque por ejemplo mi papá siempre vivió en Santiago e igual venía a verlo, entonces como que no era 100% provinciana porque igual tenía familia acá. Y tampoco me siento tan curicana porque no sé po, llegué allá chica, luego me devolví, de hecho ahora estoy viviendo acá en Santiago, mi familia también.

Pero en Santiago igual me siento provinciana porque no entiendo mucho la lógica de cómo la gente puede soportar tener que transportarse dos horas para poder trabajar, o para poder ir al colegio. Yo esa cuestión la admiro mucho de la gente que ha vivido en Santiago toda la vida porque yo no tengo las nociones del tiempo tan largo porque en Curicó como es una ciudad muy chica, yo vivía en una población que me quedaba cerca del centro de todas maneras.”

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Matilde Méndez, candidata a la Lista F «Crear, una Fech para volver a creer»

Matilde nos cuenta que tuvo “una situación económica difícil”, pero reconoce que siempre destacó por ser buena estudiante y matea. De hecho, fue leyendo en sus tiempos libres que comenzó a entender la situación en la que vivía en su población, La Guaiquillo, y así conoció lo que era la izquierda. En tercero medio entró a militar a las Juventudes Comunistas, y ya en cuarto se metió de lleno en la política participando de las asambleas y movilizaciones secundarias.

14608744_10210400368909067_4716579369850581288_oLa dirigenta comunista cuenta que en Curicó no había presencia de tantos colectivos como la universidad, pero que sí estaban los más tradicionales como el PC, el MIR, el Frente y otros grupos anarquistas. Si bien tenía amigos de todos estos piños, Matilde se decidió por La Jota luego de haber participado en las actividades culturales de la Radio Nuevo Mundo del Partido Comunista. Comenzó a meterse en temas de la militancia, leyó el Manifiesto Comunista, comprendió la táctica concreta que buscaba el partido en ese momento y empezó a reflexionar sobre “porqué existe gente rica y gente pobre”. “Me hizo sentido porque yo viví ese contraste”, cuenta.

La militancia no se le hizo difícil porque desde octavo básico en adelante fue scout. Ahí, cuenta, generó una preocupación por el otro, realizó trabajos colectivos y lideró como guía de patrulla y guía de guías. “Estas mismas ganas de organizarse para cambiar algo, se vieron ampliadas al conocer la acción política. Entonces pensé que todo me hacía sentido y así de a poco fui dejando el scout y me fui pasando a la política, que para mí era muy similar al scout. Era una lógica organizacional que para mí era más o menos similar”.

Volvió a Santiago en 2010 para estudiar Derecho en la Universidad de Chile, pero a los cuatros años de haber permanecido en la facultad decidió que iba a retirarse por cuestiones vocacionales. “Me gustaba la discusión política y las herramientas que me daba el derecho  pero no me veía en eso, dedicándole mi vida al derecho, porque no me iba a dar espacio para cultivar otras cosas que me interesaban desde mucho antes, como las comunicaciones y cuestiones más creativas”.

¿Las comunicaciones?

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Meme perro siberiano. Presumimos que este es el meme que Matilde Méndez utilizó para llamar a la marcha del 28 de abril de 2011.

“Sí, es que en 2011 empecé a trabajar en comunicaciones de la Fech y ahí conocí lo que eran las campañas. Ese año por ejemplo creamos los primeros memes en política, de hecho, ese año empezaron a utilizar harto los memes en páginas como “por la puta” y esas cosas. Y la convocatoria para una de las primeras marchas, que fue un 28 de abril, la hicimos con un meme que estaba muy de moda, que era como de un perro siberiano, que era como algo de Lucho Jara.

Bueno y después ahí fui escalando y relacionándome mucho con las comunicaciones. […] Entonces caché que en verdad eso es lo que me gusta hacer y me cambié a Diseño y no a Periodismo por ejemplo, porque me interesaba también explorar otros lenguajes, el visual en particular, porque estamos en el siglo XXI y el lenguaje visual es súper predominante”.

Matilde dejó de creer en Dios a los 15 años cuando estaba en proceso de hacer su confirmación, porque empezó a cuestionar la estructura de la Iglesia Católica y muchos otros dogmas con los cuales estaba en desacuerdo. Se convenció de que Dios no existe, y hoy se declara atea.

Pero si se trata de creer o no creer, la dirigenta comunista todavía mantiene intacta su fe en algo: en que la Fech debe ser un agente histórico que dispute la reforma y que potencie el encuentro cultural en el país. La Federación, sostiene Matilde, debe ser una herramienta de transformación y de creación de imaginarios alternativos.

Como participó en la comisión que elaboró el protocolo en contra del acoso en la Universidad de Chile, la dirigenta comunista propone que es necesario establecer la coordinación necesaria entre los demás colectivos para modificar el estatuto administrativo en materia de persecución del acoso que, a su gusto, es insuficiente. “Sabemos que es limitado porque los sumarios son secretos y son un proceso administrativo donde la víctima no tiene ningún rol”.

Más allá de la Fech, a Matilde le gusta salir a trotar cada vez que puede y actualmente está obsesionada con Mr. Robot. Su sueño es entrar al magíster de género de la Facultad de Filosofía de la casa de Bello, y simultáneamente hacer una tesis que vincule diseño, género y política en el contexto del siglo XXI. Más a futuro aún, espera poder viajar a Estados Unidos y realizar otro magíster en temáticas de género en alguna universidad de California, para poder ver y conocer a Judith Butler y Angela Davis en una sala de clases.

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