Los días decisivos de la FECh: la elección de mesa directiva y el quórum amenazante
Escrito por RADIO JGM el mayo 27, 2024
Dos días de elección y un quórum mínimo del 30% mantuvieron tensionada a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) por días. Acá, el relato de cómo el rumbo de la discusión se encaminó hasta las listas fragmentadas, el oficialismo universitario fracturado, una solicitud de impugnación y una segunda vuelta llena de cuestionamientos.
Por Benjamín Manríquez
Un poco más de seis horas restaban para las 20:00. El sentimiento en el campus Juan Gómez Millas era unísono y claro: “No van a llegar al quórum”. Esto no era sorpresivo. Al finalizar el primer día de votación para la nueva mesa directiva de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh) solo se había alcanzado un 8% de participación del 30% requerido para una elección válida.
Los minutos siguieron su rumbo y el porcentaje se movía sin prisa. A las 16.00 faltaban aproximadamente 5700 votos. Cuando eran las 19.00 aún restaba un 10% para lograr el mínimo de electores exigido por el estatuto. En la próxima media hora llegaron más de 500 sufragios. El flujo de votantes comenzaba a acelerarse. Quizás, motivados por esa alegórica tardanza con la que los chilenos suelen hacer las cosas. 19.45. Una persona sonriente se asomó por una de las ventanas del segundo piso de la “Casa FECh” en donde se encontraba reunido el Tribunal Calificador de Elecciones (TRICEL) a puertas cerradas y exclamó: “¡No hay quórum, por si acaso!”. Minutos después, desde el mismo lugar apareció Benjamín Campos, presidente del TRICEL. Fugazmente declaró: “Puede que la FECh no muera hoy. No puedo decir nada más”.
20:00, fin de la votación.
El contador de votos se detuvo y el diagnóstico se confirmó una vez más: 23.38% de participación. Más de mil votos menos que en la elección anterior y un 30% truncado. Las hasta ahora casi vacías afueras de la sede comenzaban a recibir a algunos de los rostros protagonistas de las campañas. Camila Requena de “Surgir la FECh”, Ricardo Román de “Seamos Cambio”, Yuri Peña de “Izquierda Anticapitalista y Consecuente a la FECh”, entre otras figuras que, a pesar de arribar agrupadas, no lograron colmar el lugar. Dentro de la sede también se encontraban integrantes actuales de la mesa directiva como el Secretario de Comunicaciones, Brayan Rice, y el Vicepresidente y aspirante a la reelección, David Águila.
Las impresiones de los adherentes a los movimientos y amigos de los postulantes se tomaban el ambiente. Una de ellas fue la de Lucas Leyton, estudiante de derecho y apoderado de la lista “Surgir la FECh”, quien declaró que confiaba en que la elección durara un día más: “Siendo las 19.55 nos avisaron que el TRICEL habría resuelto no extender el plazo. De no haber quórum, no habría federación”.
Las dudas flotaban en el aire. Las respuestas eran disparadas a una velocidad descuidada. Algunos personeros de las listas hablaban de un proceso refundacional. Entre otras conversaciones se escuchaba un rumoreo indiscreto: “Parece que la quieren validar igual. Es que hay un vacío jurídico”. Los más críticos, por su parte, manifestaban sin cuidado: “Esto es escandaloso”. Otros se dedicaban a analizar los artículos del estatuto referentes a los procesos eleccionarios. Para Isidora Montiglio, estudiante de derecho, había una “laguna”: “Hay distintos mecanismos de ratificación de la mesa entrante y muchos eventos posibles. Es una discusión que da para harto rato”.
20:20, el conteo.
Un telón, un proyector marca Epson, un computador HP y más bufandas que banderas. El conteo de votos, o mejor dicho la apertura de las urnas digitales, partió frente a las menos de cincuenta personas que se congregaron expectantes por los resultados de los dos días de votación y la decisión del TRICEL con respecto al futuro de la mesa directiva. Desde dentro de la minúscula masa se dejó oír: “Oye, ¿y dónde está la Cata Lufín?” Los primeros escrutinios realizados fueron los del Consejo FECh (órgano conformado por representantes electos por facultad, que cuentan con derecho a voto en el pleno de la federación), partiendo por las “facultades no competitivas” (que eran casi la totalidad) o aquellas en que el número de candidaturas era igual o menor a los escaños disponibles. Es decir, donde ser candidato significaba ganar sin importar la cantidad de votos. Los festejos eran escasos. Una de las situaciones más aplaudidas fue la del puesto para el pueblo Diaguita. En pantalla: Candidato único. Participación (100%). Respuestas (2). Entre ovaciones y risas se alzó un grito:
“¡Aguanten los Diaguita!”
En la mayoría de los otros casos, los votantes no superaban el 25%. La noche era cada vez más fría. “Deberían hacerles un curso de Excel. Cómo no van a saber copiar y pegar”, se quejaban algunas personas desde el fondo de la pequeña multitud mientras se realizaban las correcciones correspondientes al sistema D ́Hont para las “facultades competitivas”. En esta ocasión la celebración culminó con una de las ganadoras por la Facultad de Gobierno llorando de la emoción y abrazada de Catalina Lufín, presidenta de la FECh, quien llegó minutos antes.
21.40, el veredicto del TRICEL.
Casi una hora y media de conteo y la tensión alcanzó su cúspide. ¿Acaso sería anulado el proceso? ¿Iba a haber un nuevo congreso refundacional? El Tribunal Calificador de Elecciones tenía la última palabra. Tras un par de minutos explicando su interpretación del artículo 93 del estatuto FECh y la décima disposición transitoria, la conclusión rompió con cualquier rumor de la jornada: la elección era válida y las dos listas más votadas se enfrentarían en una segunda vuelta.
Los candidatos cerraban sus ojos, se tomaban de las manos, cruzaban los dedos y suspiraban. En la pantalla los resultados finales cargaban en esa clásica velocidad enlentecida por la ansiedad colectiva. Primera preferencia: la lista Construyendo Federación (Convergencia Social y Juventudes Comunistas). La segunda: Seamos Cambio (Juventudes Socialistas). ¿Cuántos votos de diferencia? 17. ¿El porcentaje más grande en el telón? 76,6% sin responder.
Cantos de alegría resonaban. Rostros entumecidos pero sonrientes. Los postulantes que avanzaron al balotaje saltaban abrazados frente al proyector y el audio de la reunión del TRICEL se hundía entre la celebración. En medio del regocijo y el aplauso incesante ya no estorbaba el fantasma ruidoso del 30%. En paralelo, aquellos escépticos de la resolución tomada se alejaban del tumulto que hacía gala de su victoria.
Alejada del jolgorio y rodeada de compañeras estaba Catalina Lufín, presidenta de la federación, quien también buscaba la reelección con la lista que esa noche conquistó el primer lugar. A su parecer, pensar en la segunda vuelta era apresurado: “Confío en que se puede rediscutir lo que pasó aquí en el pleno de mañana”. Para la militante de las Juventudes Comunistas el resultado es lamentable y el protagonismo de la jornada se lo llevó el quórum no alcanzado: “El estudiantado no se lo va a tomar a bien. Yo misma no lo veo así”.
La FECh. Una de las protagonistas de las históricas manifestaciones de los años 2006, 2008 y 2011, ahora era la casa de dos listas y partidos políticos alborotados en bullicio. Algunas de las personas abandonaban las inmediaciones entre quejas. “Que vergonzoso”, decían.
Mientras tanto, en redes sociales los candidatos competitivos y no competitivos agradecían a sus electores. Las culpas volaban de un lado al otro. De nombre en nombre. La fiesta no podía verse en las pantallas de los celulares. Esas mismas que probablemente los casi 25 mil estudiantes que no participaron miraban desde sus casas.
Jueves 9 de mayo, el pleno.
La cita era a las 17.30 en Casa FECh. Los asistentes ya estaban acomodados en una sala de tres paredes blancas. La cuarta se adorna de un mural de la artista Estefanía Leighton en el que relucen los rostros de Macarena Valdés, Elena Caffarena, Joan Jara, Violeta Parra, Gabriela Mistral, entre otras mujeres históricas. Al fondo un kultrún que se personifica como el sol. Esta habitación no es la que se suele usar para las reuniones, pero la otra no tenía luz producto de las lluvias del martes anterior.
Con cincuenta minutos de retraso comenzó el pleno. La tabla de temas era extensa. Uno de los primeros tópicos en discutirse fue la “Contraloría FECh”, órgano que se encarga de velar por la transparencia y probidad de la federación. La locución no contó con mayor revuelo. Luego, fue el turno de la Red de Estudiantes Madres, Padres y Cuidadoras/es de la Universidad de Chile (MAPARED). Mientras una de sus integrantes explicaba el trabajo de la organización varios de los que estaban ahí ocupaban sus celulares y bostezaban. Después, el Comité de solidaridad con Palestina expuso su convocatoria a movilizaciones en contra del genocidio. La intervención culminó con los miembros de la coordinadora cantando: “Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá”.
“El próximo tema en tabla es: Elecciones”, anunció la presidenta, Catalina Lufín. “Consideramos que hay una decisión (del TRICEL) que al menos desde esta mesa no compartimos. Lo más responsable es abrir un espacio en esta plenaria. No es una discusión limitada a interpretaciones técnicas sino que también políticas”.
La primera persona en tomar la palabra fue Sofía Staiger, consejera por la Facultad de Gobierno, quien acusó falta de divulgación respecto de la elección por parte del TRICEL: “La difusión se hizo a partir de publicaciones de su Instagram que tiene mil seguidores. Son 33 mil personas en la universidad. Ese es el gran alcance que tienen al parecer”. La estudiante de administración pública también acusó al órgano de vulnerar las normas de la FECh: “En ninguna parte está el hecho de que puedan interpretar el estatuto de la federación. No podemos dejar que pase. Es anti-estatutario”. Por su parte, la consejera de la Facultad de Comunicación e Imagen, Antonia Albarrán, acusó al TRICEL de abandono de deberes por no asistir a la reunión: “¿A quién le pedimos explicaciones si ellos no vienen?” En simultáneo, uno de los consejeros electos, Vicente Poblete, escribía en su cuenta de X (exTwitter): “Hoy en el pleno FECh descubrimos: Los tribunales que no interpretan y responden políticamente”.
La discusión comenzaba a enardecer. Poblete también entregó su opinión a viva voz: “Estamos tapando el sol con un dedo si creemos que es la forma en que el TRICEL realizó la elección la razón por la baja participación. Los estudiantes no se sienten representados por lo que ninguno de nosotros aquí, y me incluyo, está haciendo”.
Entre los oyentes se veían personas que ponían sus ojos en blanco y susurraban a quienes se sentaban a su lado mientras sacudían su cabeza de un lado a otro. Patricio Sainz, egresado de derecho en la Universidad de Chile definió la discusión como una “chabacanería”. Entre pifias, aseguró que “nos regimos por normas. No por asambleas autoconvocadas”. A su parecer, para la discusión en torno a la cuestión política es “ilógico” asegurar tanto que la actual mesa directiva, electa con un 26% de participación, es la “cúspide de la democracia” como que el proceso actual es “inaceptable”. “Todos los tribunales interpretan. A TRICEL le toca trabajar con un mal estatuto. No es un buen legado del Congreso FECh”, finalizó mientras se retiraba entre el silencio levemente perturbado por uno que otro aplauso escuálido.
Josefa Férnandez, militante de las Juventudes Comunistas, también se hizo parte del debate: “Si el consenso es que no hubo quórum ¿Por qué este pleno no vota la destitución del TRICEL? ¿Por qué no se considera esa opción?”. Minutos después, desde el fondo de la sala alguien consultó: “¿Qué garantías tiene destituir al TRICEL?”. Patricio Sainz, nuevamente se puso de pie frente al público: “Te cuento. El tribunal no justifica sus decisiones a través de una asamblea. Lo hace por sentencias que quedan por escrito e incluso se puede recurrir a tribunales de justicia”. El ex integrante del TRICEL alzó su voz y levantó sus manos: “Recurrir a tribunales como lo hizo la derecha el 2015 y nos dejó sin federación.
Por si a alguien de acá le interesa ser como ellos”. Antonia Albarrán volvió a tomar la palabra y llamó a votar por la impugnación del proceso: “He escuchado a las listas, centros de estudiantes y a varios consejeros y están a favor”. Minutos después, Felipe Cortés, ex participante del Congreso Refundacional FECh pidió disculpas: “Nos están tirando toda la mala. Nosotros pedimos que nos dieran más tiempo”. Posteriormente, se refirió a uno de los artículos del estatuto que define al Pleno FECh como la “máxima autoridad federativa”: “Lo menciono para que agilicen la cosa. Ustedes como pleno pueden decidir todo lo que deseen y esto se tiene que hacer válido. Lo digo desde la interpretación que nosotros le dimos cuando lo redactamos”. Vicente Poblete se tomaba la cabeza y decía en voz alta: “No, no es así”. Cortés, a su vez, respondía: “Todo es interpretación. Ahí dice que el ‘pleno es la máxima instancia deliberativa’. Corto y preciso”. Poblete, por su parte, argumentó: “No es tan corto ni preciso”.
22:00.
La presidenta de la federación, Catalina Lufín, anunció que sería puesta en votación una solicitud de impugnación del proceso. El resultado: 64,25% a favor. El procedimiento indicaba que se debía conformar una comisión redactora del documento por sorteo. Alguien dentro de la habitación constató: “Debería existir alguna forma para que nosotros elijamos cómo se conforma. Para que sea más democrático y representativo”.
Solo 24 horas pasaron desde el carnaval frente a la casa FECh. Ahí mismo ahora la disputa estaba en fuego. Las voces alzadas y las caras hastiadas. A través de redes sociales las Juventudes Comunistas denunciaron un procedimiento irregular. A su vez, los dirigentes de Convergencia Social anunciaron a través de su cuenta de Instagram que decidieron “bajarse del proceso” y acusaron a la “otra lista” (Seamos Cambio) de festinar con la elección. Además, al contrario de sus compañeros de “Construyendo Federación”, afirmaron que no había sustento para hablar de un “proceso viciado”. La agrupación política que lideraba la mesa en ejercicio y la votación se mostró dividida. Por su parte, las Juventudes Socialistas defendieron el resultado en medios como el diario La Tercera . Su Presidente, Allan Alvaréz, aseguró que estaban “defendiendo la democracia universitaria”.
Tres partidos políticos que disputan su versión de lo ocurrido. Dos listas. Una solicitud de impugnación. Casi 118 años de historia. Alguna vez desde los balcones de la FECh dieron sus discursos los presidentes recién electos, por ejemplo, Eduardo Frei Montalva en 1964 y Salvador Allende en 1970. Hoy las ventanas están cerradas. Los rostros de mujer y los carteles con consignas de lucha pintados en el “Mural para una nueva vida”, de Estefanía Leighton en el frontis de la sede no ven multitudes congregadas. Los pocos que quedan se agrupan sentados en una sala. Y entre cuatro paredes, una pizarra y un quórum del 23.38%, discuten el futuro democrático de la federación estudiantil más antigua de Chile.
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