La lentitud en el avance del proyecto: Ley TEA aún está en el segundo trámite constitucional

Escrito por el diciembre 5, 2022

El trastorno del espectro autista es la realidad de una cantidad importante de chilenos y chilenas. Desde julio de este año se ha abogado por una ley que garantice su inclusión y derechos básicos a través de la Ley TEA, pero no ha habido mayor progreso.

Sofía Cruces P.

El trastorno del espectro autista es la realidad de una cantidad importante de chilenos y chilenas. Desde julio de este año se ha abogado por una ley que garantice su inclusión y derechos básicos a través de la Ley TEA, pero no ha habido mayor progreso.

El trastorno del espectro autista es la realidad de una cantidad importante de chilenos y chilenas. Desde julio de este año se ha abogado por una ley que garantice su inclusión y derechos básicos a través de la Ley TEA, pero no ha habido mayor progreso.

La cantidad de casos del espectro autista en Chile ha aumentado considerablemente respecto a otros países del mundo como Colombia, Estados Unidos, España e Inglaterra. Frente a esta situación, el Senado propuso en junio un proyecto de ley que busca garantizar la inclusión so–cial y un correspondiente acceso a la salud a las personas diagnosticadas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) u otra condición que afecte el neurodesarrollo. El Gobierno se mostró a favor de esta ley y la puso en urgencia simple en agosto, pero no ha habido pronunciamientos al respecto desde entonces.

El TEA es una condición que se caracteriza por dificultades en la interacción social y comunicación. Los signos pueden detectarse en la primera infancia, pero, la mayoría de las veces, el autismo se identifica mucho más tarde, en la adolescencia o en la adultez. De acuerdo con un estudio de la Revista Andes Pediatrica el 2021, en nuestro país uno de cada 51 niños pertenece al espectro autista, casi el doble que en el resto del mundo.

Maricarmen Aguilera, directora del Diplomado en Inclusión Psicoeducativa de Personas con Síndrome de Asperger y Autismo de la Universidad Finis Terrae, comentó que entre los muchos mitos que rodean a personas del espectro autista es que tienen discapacidad intelectual. “Mediante la Ley de Inclusión Laboral podemos conseguirles trabajo, pero siempre observados, con todas las estigmatizaciones que ello implica. Eso es discriminación. El que tú declares que eres distinto, te hace inmediatamente vulnerable”, aseveró.

Legislación y TEA

Frente a esta situación, se planteó en el Senado un proyecto de ley que busca promover, proteger y resguardar la efectiva inclusión social de personas con TEA. A su vez, se propone incluir el TEA en el plan AUGE-GES, como forma de apoyo económico y para ampliar el número de beneficiarios más allá de la infancia.

Al respecto, durante el lanzamiento del plan Chile Para Todas, el Presidente Boric se comprometió a apoyar y apurar el trámite de la Ley TEA. Comentó que ésta contempla tanto a las personas que son parte del espectro autista como a sus cuidadores, poniendo un énfasis en las mujeres. En esa misma oportunidad, las comisiones de Educación y Cultura, Mujer y Equidad de Género y la de Salud aprobaron la idea de legislar el proyecto.

El trastorno del espectro autista es la realidad de una cantidad importante de chilenos y chilenas. Desde julio de este año se ha abogado por una ley que garantice su inclusión y derechos básicos a través de la Ley TEA, pero no ha habido mayor progreso.

A pesar que el 30 de agosto el Gobierno puso al proyecto en urgencia simple, no han habido pronunciamientos al respecto hasta el día de hoy y la situación actual es que aún se encuentra en el segundo trámite constitucional. El Senado ha repartido las sesiones de las comisiones que aprobaron la Ley TEA y para aprobar el proyecto falta que se concreten más de 280 sesiones.

En cuanto a la lentitud con la que ha avanzado este proyecto, la diputada impulsora de esta ley, Carolina Marzán, hizo un llamado al Presidente Gabriel Boric para que ponga urgencia a este proyecto para que “pronto sea ley de la República, pues las familias ya no pueden esperar más para tener acceso a un diagnóstico oportuno, rehabilitación y habilitación, atención preferente, acompañamiento y otros derechos que estarían garantizados para estas personas”.

Por otro lado, en relación al triunfo del Rechazo a la Nueva Constitución, que entre sus propuestas contemplaba garantizar a las personas neurodiversas las condiciones ideales para su desarrollo, una de las caras visibles de la lucha por una Ley TEA, el activista del espectro autista Diego Infante Schkolnik, afirmó: “Lamentablemente se rechazó y ahora dependemos de la voluntad de los parlamentarios, por lo que no estamos en buenas manos.”

¿Es la ley una solución?

De ser aprobada, la ley podría suponer un alivio económico para las personas del espectro, sin embargo, Paulina Bravo, abogada litigante y activista por los derechos humanos de las personas en situación de discapacidad, visualiza de otra manera este proyecto de ley. “Lo que yo puedo advertir en la Ley TEA es que sus reclamaciones son las mismas que existen en la Ley 20.422, que está vigente en Chile desde el año 2010 y cuyo incumplimiento es vergonzoso. Esta ley tiene más aspecto de complacencia hacia la sociedad civil por parte del Poder Legislativo, que de una sincera actitud por parte del Estado de cumplir con todas aquellas responsabilidades que viene arrastrando hace muchos años”, resaltó.

Desafíos de inclusión

Pese a que hay fechas internacionalmente reconocidas que buscan concientizar sobre el TEA y a los esfuerzos que diversas instituciones y activistas con TEA redoblan en hacer divulgación en medios de comunicación y redes sociales, no se han logrado mayores avances para combatir a la estigmatización que rodea a las personas con esta condición. “El riesgo es ese”– dice Aguilera–, “se van acumulando frustraciones, las personas se descompensan, se angustian y muchas intentan suicidarse porque ya no lo soportan”.

El trastorno del espectro autista es la realidad de una cantidad importante de chilenos y chilenas. Desde julio de este año se ha abogado por una ley que garantice su inclusión y derechos básicos a través de la Ley TEA, pero no ha habido mayor progreso.

Ingrid Luengo, neuróloga infantil del Hospital El Carmen de Maipú, enfatiza que la familia es un factor clave para la integración de personas con TEA. “La manera en que ese niño, niña o adolescente pueda enfrentar el TEA, dependerá mucho de cómo lo afronte su familia. Si la familia lo toma bien, se educa y existe un sistema de educación suficiente para que el niño lo comprenda como una condición y no como una enfermedad; el niño lo aceptará de buena manera y con menos angustia”, enunció.

“En los colegios, a la hora de matricular, lo primero que te preguntan es si el niño es agresivo», aseveró Aguilera, a lo que añadió: “se requiere un cambio estructural en la educación. Se debe fomentar que la participación de los niños sea de ‘todos con todos’. Que desde pequeños, un niño no sea segregado y lo hagan participar en los grupos con los demás. Y que los adultos sean buenos mediadores, que no lo son».

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