La falta de diálogo y alternativas del Mineduc para el ingreso a la educación superior
Escrito por José Ojeda el septiembre 2, 2020
El Demre y el Mineduc informaron nuevas fechas de inscripción para la Prueba de Transición de Ingreso a la educación superior. Por su parte, las y los estudiantes indicaron que deberían buscarse mecanismos frente al contexto de pandemia y las dificultades del año escolar.
Este lunes comenzó un nuevo período de inscripción para rendir la Prueba de Transición que reemplazará a la Prueba de Selección Universitaria (PSU), luego de sucesivos cuestionamientos y movilizaciones en contra de su realización el año pasado.
Cerca de 234 mil estudiantes se han inscrito hasta el momento para participar del proceso, lo que aún dista de los casi 295 mil estudiantes que rindieron por última vez la PSU en el 2019.
Y es que, a pesar de que a priori la eliminación de la PSU pareciera un avance, las comunidades educativas han sufrido una serie de complejidades a raíz de la pandemia. Sumado a ello, las y los estudiantes han señalado que el tiempo para adaptarse al Nuevo Sistema de Acceso a la Educación Superior ha sido corto y hay preocupación por cómo se llevará a cabo.
La estudiante de base del Liceo Confederación Suiza, Libertad Candia, apuntó a que hay muchas dudas respecto al proceso, por lo que muchas compañeras y compañeros han optado por no dar la prueba este año.
“Es muy complejo. Hay demasiados factores que no están a nuestro favor, y han pasado muchas cosas que nos tienen muy inestables. Los trastornos psicológicos se han hecho muy presentes en el último tiempo, y no solamente por la cuarentena, sino que por lo que hubo antes, ahora y la incertidumbre sobre lo que pasará y de qué manera se hará”.
“Además, el proceso que tenemos para analizarla y estudiarla, pensando que es algo nuevo, es super corto. Es como si estuviésemos en un experimento o algo así”.
Raúl Figueroa (Foto: Radio UChile)
Junto a ello, el Ministerio de Educación (Mineduc) y el Banco Mundial, en medio de su insistencia por volver a clases presenciales, indicaron que el 88% de los aprendizajes se perderían en caso de mantener la modalidad remota.
Para el estudiante de base del Liceo Experimental Artístico (LEA), Matty, estas cifras “dan cuenta de que el modelo que están llevando de la educación y cómo se lleva es un fracaso. No logra sus objetivos y este contexto los pilla totalmente desprevenidos, sin un respaldo concreto para las y los estudiantes que les pueda servir para poder realizar alguna prueba de medición respecto a sus conocimientos”.
Por su parte, la presidenta de la Coordinadora de Padres y Apoderados por el Derecho a la Educación (Corpade), Dafne Concha, recalcó en que la planificación de este proceso se hizo nuevamente sin la participación de las y los estudiantes.
Además, sostuvo que “sería de toda justeza buscar un mecanismo para favorecer a los estudiantes de la generación 2020 de cuarto medio para el ingreso a las universidades el 2021, que no debería significar una prueba en donde se compita por un cupo para la admisión”.
“Bastante han tenido que padecer este año con la situación que vivimos, con el nivel de autoritarismo del Gobierno y el Mineduc, donde la crisis de la pandemia en lo económico lo han pagado principalmente los y las trabajadoras, y en la educación tenemos claro que lo seguirán pagando las y los estudiantes”.
Avanzar hacia un sistema de ingreso igualitario
La Prueba de Transición se realizará este año y el próximo, para avanzar a un nuevo sistema de admisión a la educación superior, en el que se encuentra trabajando el Mineduc, el Comité Técnico de Acceso a la Educación Universitaria y el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre) de la Universidad de Chile.
Si bien el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, ha declarado que se han invitado a participar a la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) y la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES), esto no se ha concretizado hasta ahora.
Mario Sobarzo, integrante de OPECH
Para el académico de la Universidad de Santiago e integrante del Observatorio Chileno de Políticas Educativas (OPECH), Mario Sobarzo, hay una serie de elementos técnicos del actual sistema de ingreso que deben conservarse, pero el foco estará en dar las mismas oportunidades a todas y todos los jóvenes del país, independiente del lugar en que hayan nacido y/o estudiado.
“Lo que tenemos nosotros es que el criterio que evidencia la prueba, que valida la prueba actual, como un criterio para ingresar a la universidad, es fundamentalmente la pertenencia territorial, el género y lo que es la clase social fundamentalmente del estudiante y, en ese sentido, del colegio en que se formó”.
“Eso creo que, si logramos que el sistema técnico, con toda su eficiencia y capacidades que ha mostrado, logre tener en cuenta esos factores que son muy relevantes, porque el acceso a la universidad permite un mejoramiento social para las clases más populares, podríamos llegar a soñar con tener un sistema de ingreso a nuestra educación superior que fuera un poquito más justo e igualitario«.
Sin embargo, el especialista en educación también recordó que es importante mantener cierto resguardo respecto a cómo avance este proceso, sobre todo teniendo en cuenta los posibles intereses económicos detrás de quienes estén a cargo de implementar estos cambios.
«Todo depende de cómo se operacionalice técnicamente. Hay que tener bastante desconfianza porque nuestra historia nos muestra que no ha sido siempre a favor de un mejoramiento de la sociedad lo que han sido las políticas educativas. Muchas veces terminan siendo políticas que benefician a los incumbentes, que además tienen intereses económicos detrás de eso. Hay que mirar bien qué es lo que sucede con la prueba».
El nuevo período de inscripción para rendir la Prueba de Transición cerrará el lunes 7 de septiembre. Las fechas agendadas para la realización de dicha prueba son el 4 y 5 de enero del 2021, que por primera vez tendrán una ponderación mínima total -dependiendo de las universidades- de un 30%, aunque las y los estudiantes recalcan que estos cambios son puramente superficiales y no se hace cargo de los problemas estructurales que sufre el sistema educativo.
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