La Cultura de la humillación: el caso de Karin Salgado
Escrito por Gastón Villarroel el agosto 12, 2024
El primero de agosto la denominada Ley Karin entró en vigencia. Su nombre va en conmemoración a Karin Salgado, funcionara pública y técnica en enfermería del hospital Herminda Martín de Chillán. Con un foco de prevención y sanción al acoso laboral, la TENS pasó por distintas maltratos como funcionara de salud que la llevaron a la decisión de acabar con su vida un martes doce de noviembre de 2019.
Por Gastón Rafael Villarroel Godoy
Tras casi catorce años trabajando en el hospital Herminda Martín de Chillán, los problemas para la funcionaria de salud, aparecieron en 2018. El recinto inició un sumario investigativo, después de una denuncia de robo de insumos. Karin declaró al fiscal a cargo, Ricardo Sánchez, en una conversación que era normal que la enfermera jefe prestara cajas de curaciones, dejara registro en un cuaderno y que fueran devueltas al día siguiente.
Sánchez le sugirió omitir ese comentario, pero Karin lo realizó de igual manera. Minutos pasaron tras finalizada la declaración, y la TENS se encontró de frente con su jefa directa, quien ya estaba al tanto del comentario al fiscal. En ese momento se rompió un secreto. La jefa de las enfermeras llamó a la superior de Karin, advirtiéndola que con el testimonio de Salgado, podrían despedirlas a ambas.
Se dio a conocer el sumario. Su jefa declaró que Karin era una mala funcionaria, que mantenía una mala relación con sus pares y enfermeras, y la mostró como una persona conflictiva dentro del hospital. Su colega que estaba a cargo de los vales y registros le dio la espalda. En su defensa, la TENS acusó que las evidencias fueron manipuladas, como por ejemplo, el libro de registros.
Las consecuencias
Patricia, funcionara del hospital, declaró que se intercambiaron nombres de enfermeras por TENS en el libro de registros. Karin recibió una anotación de demérito y represión por parte de su jefa por alimentar a los perros del hospital, Herminda y Martin. En el relato de Karin, la enfermera jefa exigió a sus colegas que no se relacionaran con ella, tomando represalias con quienes decidieran apoyarla.
El sumario hacia Karin acabó con la medida de “suspensión del empleo por 30 días, con goce de un 70% de las remuneraciones», una constancia en su hoja de vida y un demérito de seis puntos, dejándola con nota uno. Esto último por haber sacado insumos, probablemente utilizando el mismo sistema que habría implementado su superior.
A finales de 2019 Karin se quitó la vida con 40 años. Cinco años después se aprobó la ley que previene y sanciona el acoso laboral con su nombre, como recordatorio de que el acoso laboral es real y que tiene consecuencias.
A cinco años
Cinco años pasaron para que la ley que sanciona y previene el acoso y maltrato laboral entrara en vigencia.
«La ley Karin obliga a las empresas a generar un protocolo que busca potenciar buen trato en el trabajo. Fortalecer entornos laborales seguros que sean libres de violencia, en donde se promueva la perspectiva de género y se prevengan situaciones constitutivas de acoso sexual, laboral y violencia en el trabajo», explicó Natalia Bravo de la Comisión de Derecho al trabajo de la Asociación de Abogadas Feministas (ABOFEM)
Los protocolos que menciona la abogada hacen referencia a procedimientos internos de investigación y sanción del acoso laboral y sexual, y conductas de violencia en el trabajo, en todas sus formas. Al mismo tiempo, se busca que las empresas no hagan distinción de sueldo por género u otro tipo de discriminación.
Estos cambios se verían reflejados en el Reglamento Interno de Orden Higiene y Seguridad, por lo que necesariamente las empresas y organismos deberán hacer una actualización de este.
No es un caso aislado
En el año 2024, ocurrió nuevamente un caso de maltrato de una funcionara de la salud, que tuvo el mismo trágico final. A fecha de mayo de este año, el Colegio de Técnico en Enfermería (Contech), ha recolectado cerca de 60 denuncias de acoso laboral en distintos recintos. Su presidenta, Mireya Sanhueza afirma que «los malos tratos en el área de salud, dentro del equipo de salud, son a los TENS. Somos los más maltratados y discriminados».
Pero no solo ocurre con los y las TENS, sino que también con los y las internos/as. Véase el caso de la estudiante de Terapia Ocupacional de la Universidad de los Andes, Catalina Cayazaya Cors, quien decidió quitarse la vida tras sufrir malos tratos por parte de sus tutoras durante el internado.
El caso de Karin y el de Catalina no son casos aislados y vuelven ha encender una alerta necesaria: que la vocación no te quite las ganas de vivir.
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