Investigadores presentan la reedición del primer diccionario mapudungún español

Escrito por el agosto 11, 2017

En el marco de los 100 años de esta publicación realizada por fray Félix José de Augusta, la lingüista Belén Villena elaboró una actualización de la obra que permitiera revitalizar las raíces de la lengua mapuche y acercarla a todos los lectores.

por Constanza Romero Leocurt

Tras la ocupación de la Araucanía durante el siglo XIX en manos del ejército chileno, el pueblo mapuche fue desplazado y erradicado de sus tierras. La derrota los forzó a vivir del sedentarismo. Con esta herida abierta y en los últimos días de 1985, arribó al país la primera misión de la orden de capuchinos bávaros a la zona.

Entre ellos venía el médico alemán de 35 años, August Stephan Kathan, que fue conocido por su nombre eclesiástico castellanizado, Félix José de Augusta. El profesional estuvo cuatro décadas en Chile, donde se dedicó a estudiar el mapudungún con gran dedicación. Gracias a su vocación pedagógica, evangelizó y conoció la cultura de este pueblo.

La mayor parte de su misión se realizó en el sector de Huapi, entre la desembocadura del río Imperial y el lago Budi, una zona de autodenominación lafkenche y que sigue siendo, uno de los sectores con mayor proporción de población mapuche.

La primera versión del diccionario fue parte del fruto de los primeros veinte años de trabajo de Augusta y sus colaboradores. El ejemplar estaba dedicado especialmente a los misioneros para que pudieran llevar el mensaje cristiano a los mapuches y ayudar en su progreso a través de la educación.

Fray Félix José de Augusta falleció en Valdivia en 1935, pero su legado en el estudio de la lengua mapuche continúa vigente. Pese a que han surgido otros diccionarios similares, no hay ninguno que supere la cobertura lexicográfica que logró el sacerdote.

Para la autora de esta reedición, Belén Villena, esta obra es mucho más que un libro escrito por un religioso. “Augusta fue más que un cura. Él tenía vocación de antropólogo y además, era doctor. En su diccionario se recogen términos muy específicos referidos a la salud y de otras disciplinas, que sin duda hacen un gran aporte al conocimiento”, expresó la académica.

Sin embargo, este ejemplar requería de una actualización. Esto motivó a Villena a revisar la primera publicación, dado que estaba escrita con una terminología muy académica y compleja. “La idea es poder devolverle a la gente común y corriente este diccionario. El volumen busca facilitar la consulta y la lectura de lo que es la lengua mapudungún, con toda su riqueza gramatical y fonética”, explicó la autora.

La lingüista comentó que hubo diversos aspectos en los que fue necesario intervenir, como la escritura del idioma. “Para representar los fonemas compartidos por la lengua mapuche y el español, Augusta empleó el alfabeto latino, símbolos fonéticos y en algunos contextos, no representó la sexta vocal Ü-ü. Por eso, en muchos casos había dos consonantes seguidas en la misma sílaba. Para la gente, esto era difícil de comprender”, señaló la lingüista.

En la reedición se tomó como base el alfabeto mapuche unificado, que está formado de 27 letras. También, se insertó la sexta vocal que el autor omitió, se eliminó las tildes de las palabras, se incluyeron las definiciones al mapudungún de los órganos sexuales femeninos y se tradujo aquellos términos que no tenían descripción. Además, cada artículo del libro está encabezado por palabras completas y no por raíces, como lo era en la versión antigua.

“En la parte mapudungún-español escribimos con negritas los términos que Augusta incorporó como palabras completas o como raíces. Pero en la traducción hispana de la lengua mapuche todas aparecen ennegrecidas, sin importar cómo fueron publicadas originalmente. Creemos que no es relevante para el lector conocer las raíces españolas. Éstos son hispanohablantes que quieren aprender mapudungún”, indicó la directora de la publicación.

También se trabajó en la adecuación de cierto léxico. “Si bien no fue nuestra intención enmendar el sesgo ideológico que existe en la obra, en esta revisión nos pareció correcto no contribuir a la difusión de términos que fueran ofensivos en la actualidad. De esta manera, modificamos algunas palabras como indio, superstición y superchería, por otros términos no marcados como mapuche, creencia y práctica”, manifestó Villena.

 

Un diccionario mapuche en tiempos de cambios

Esta publicación no es sólo es un libro de consulta para aprender un idioma, sino que también es una obra viva y una maciza herramienta para las futuras generaciones. Así lo comentó, el encargado de la Pastoral Mapuche en Santiago, Luis Rodríguez.

“En 30 años, he podido observar el deterioro que ha sufrido el pueblo mapuche y cómo se ha ido de cercenando de sus raíces. Uno de esos conflictos es el manejo de la lengua de sus mayores. Actualmente, los jóvenes mapuches viven una crisis de adolescencia porque están pasando de la tradición oral a la escrita. Pero lo cierto es que, un mapuche que no habla mapudungún será siempre un exiliado”, dijo el religioso.

El sacerdote criticó que los chilenos hemos sido muy lentos en darnos cuenta del daño que se le ha  hecho al pueblo mapuche. “El problema viene del Estado que no se  ha hecho cargo de las consecuencias de sus políticas y errores. La aparición de este diccionario es muy importante porque nos indica que se puede hacer algo. Es un paso que puede ayudar a despertar la memoria y contribuir a esa fuerza, para que ellos se sientan orgullosos de su identidad”, observó.

Para el profesor mapudungun y cofundador del proyecto educativo visual Kimeltuwe, Víctor Carilaf, lo más valioso de este ejemplar es que recoge muchas palabras que cayeron en desuso. “A veces, esos términos se pierden porque los reemplazamos por otros. Pero hay que conservarlos, apreciarlos y que se mantengan intactos. El volumen deja un testimonio de ello”, sostuvo.

La lingüista Belén Villena aseguró que todos estos cambios en el libro no son suficientes. Por eso, esperan ampliar en una próxima reedición todo este material.

“Somos conscientes de la necesidad de elaborar nuevos diccionarios. Creemos que esta nueva versión puede servir de base para estos futuras publicaciones y que éste sea utilizado, mientras otros son elaborados”, terminó la autora.

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