Coordinador CECT: “Se tortura para desorganizar el tejido social”

A propósito del día internacional de los Derechos Humanos el 10 de diciembre conversamos con un hombre que bien sabe cómo es la lucha por defenderlos. Él mismo, de forma casi sagrada una vez a la semana asiste a nuestra radio para grabar el programa que más tarde llegará a las casa y oídos de nuestros auditores. Hablamos del panorama actual en Chile y de las posibles proyecciones para el futuro.

por Catalina Solís

El 11 de noviembre en Chile se promulgó la ley que tipifica el delito de tortura incluyendo la tortura psicológica y la violencia sexual.

Hervi Lara, filósofo, académico, conductor del programa de radio “Que el pueblo viva” en la radio JGM, activista por los derechos humanos desde dictadura y parte de la actual Comisión Ética Contra la Tortura (CECT) señala que a pesar de la tipificación del delito de tortura, el Estado no cumple con los estándares internacionales en cuanto a su prevención, medida coercitiva que hoy es también una forma de desmantelar movimientos sociales, en un año particularmente marcado por su aparición en la escena política nacional.

¿Se tortura hoy en Chile?

Hoy se tortura, se continúa torturando fundamentalmente en los recintos de prisión, en los regimientos, lo que acontece con la represión en la Araucanía donde se tortura a niños, a mujeres, la tortura que se ejerce en las manifestaciones públicas a los estudiantes fundamentalmente y en los carros policiales. La tortura en sí, sigue existiendo.

¿Cuál es el rol de la Comisión Ética contra la tortura y en qué está hoy la comisión?

Se creó en el 2001, a diez años del informe del informe Retting. Un grupo de ex presos políticos creó esta comisión para buscar reparación a los sobrevivientes de tortura y a sus familias, y eso se plasmó en la comisión de Valech que quedó con algunas falencias (…) La comisión ética continua en el tiempo hasta hoy y la campaña en la que está empeñada hoy en día es fundamentalmente la implementación de un mecanismo de prevención de la tortura que tenía que haberse puesto en práctica en febrero del 2010.

Eso todavía no sucede y sería un gran aporte para que una comisión pudiera ingresar a los recintos de prisión sin aviso previo y sin restricciones. Eso sería fundamental para prevenir la tortura. Y el otro punto en el que también está empeñado es el término de la impunidad, la situación del pueblo mapuche, el término de la llamada justicia militar, el respeto a los reglamentos de los recintos carcelarios donde se ejerce la violencia extrema.

¿Qué opina del caso de Lorenza Cayahuan?

Lo que aconteció con esa niña no tiene nombre. Realmente es una cuestión que no tiene nombre, es increíble lo que ha sucedido y la reacción que ha habido de parte de las autoridades.

¿Cómo ve la respuesta del Estado frente a la institucionalización de la tortura en Chile?

El Estado no ha puesto en práctica los tratados internacionales de los que es parte. Por ejemplo, el mecanismo de prevención de la tortura, eso tendría que estar implementado desde febrero del 2010. Tampoco se respetan los tratados en relación a los pueblos originarios.

Creo que hicieron la comisión Valech porque los gobiernos están muy preocupados de su imagen internacional. Pero estas comisiones son muy insuficientes, han dado muchas concesiones. Se tortura para desorganizar el tejido social y que a nadie se le ocurra, por el miedo que la tortura implica, organizarse. Que a nadie se le ocurra reclamar, que a nadie se le ocurra siquiera decir que ha torturado.

Criminalización de los movimientos sociales

La comisión también es parte de una campaña en contra de la criminalización de los movimientos sociales, ¿cómo funciona este mecanismo?

Todas las manifestaciones públicas culminan o son publicitadas con los desmanes que hacen los encapuchados famosos que nunca son detenidos, lo que resulta bastante curioso, bastante sospechoso. Esa es una treta muy antigua, que usa la publicidad de meter provocadores a las manifestaciones para desacreditarlas.

Hay un derecho a la manifestación pública por parte de la ciudadanía y eso no tiene porqué ser descalificado ni mucho menos criminalizado como está aconteciendo.

¿Por qué los movimientos se ven empujados a manifestarse como carnavales?

Siempre se tiende a lo que algunos autores llaman el carácter afirmativo de la cultura, se tiende a neutralizar las manifestaciones ciudadanas de tal manera de desviar el sentido que éstas tienen. Convertir en fiesta el primero de mayo, el 10 de diciembre, que es el día internacional de los DDHH, es una tendencia a quitarle el carácter y el significado que tienen estas fechas.

¿Cuál ha sido el rol de los movimientos sociales este año como No + AFP o Ni una menos?

Creo que son manifestaciones muy legítimas y casi de sentido común. Ahora, creo que el paso que habría que dar es vincular estos problemas. Establecer la implicancia que todos los problemas tienen entre sí.

No basta decir “no más AFP” sino que, lo que significa la AFP, como señala el Mercurio, es la columna vertebral del sistema, es decir, que la concentración de la riqueza se ha hecho a costa del salario de los trabajadores. Nos han robado y nos siguen robando lo que es nuestro, el pan de nuestros hijos y eso no puede continuar.

A No + AFP el gobierno responde: bueno, vamos a hacer una AFP estatal. Seguimos en lo mismo. Respecto a ni una menos tiene que tener un carácter político muy claro, el problema de la discriminación de la mujer no es sólo un problema cultural, sino que es mucho más de fondo. Tiene también una connotación política muy clara.

¿Cuáles serían las metas para los movimientos sociales y el Estado en vistas del próximo año?

Tenemos que insistir en una asamblea constituyente para que el pueblo formule una nueva Constitución porque todos los problemas chocan en su solución con la Constitución. Ese es el muro que hay que derribar. Pero mientras las autoridades estén en concomitancia o estén dependiendo del poder económico, no se va a hacer nada con esto.

Es inconcebible que las autoridades, la presidenta de la República, vayan a rendir cuentas a los empresarios en la Enade cada vez que se reúnen en casa piedra. Las autoridades van a rendirles cuentas, creo que eso no es posible.

Las organizaciones sociales tenemos que mantenernos, establecer o intensificar las vinculaciones internacionales con otras organizaciones similares, porque lo que acontece aquí en Chile también acontece en el resto del mundo y específicamente en América Latina.