Guerra comercial: Qué es y por qué las amenazas de Trump atemorizan al mundo

Las guerras comerciales han sido parte de nuestra historia como antecedentes de importantes crisis económicas, estos conflictos se basan en una decisión unilateral que corresponde a la imposición de una barrera comercial, esto es, un impedimento o restricción a cualquier producto que ingresa a un país.

Los principales mecanismos de las guerras comerciales son los aranceles, impuestos que se aplican a aquellos bienes que pueden ser importados; y la cuota de importaciones que corresponde a la cantidad de productos que se puede comercializar. Un aumento en el valor arancelario o la prohibición de la importación de un artículo suscita la respuesta de los países afectados lo que traza el camino a una disputa comercial caracterizada por un ciclo de acción y reacción que atenta contra el libre comercio.

De ahí que la nueva decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en materia económica haya dado que hablar en la última semana: la suspensión de la exención del pago, es decir, dejar sin efecto la exclusión del pago arancelario a países de la Unión Europea, México y Japón tras el aumento de este a las importaciones de acero en un 25% y del aluminio en un 10%, una acción que ha tensionado el panorama internacional ante una posible guerra comercial.

AMENAZA DE UNA GUERRA COMERCIAL ESTADOUNIDENSE

Para el asesor financiero de la Casa Blanca, Larry Kudlow, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y sus aliados no son más que una “disputa familiar”, sin embargo, la amenaza de una inminente guerra comercial provocada por las medidas proteccionistas de Estados Unidos ha generado la preocupación en distintos sectores del globo ante las repercusiones que afectarían al mercado bursátil, a las negociaciones de los tratados de libre comercio, y en consecuencia al crecimiento económico mundial, afectando a los consumidores que deberán pagar más por los productos para compensar el costo de producción que deben asumir las empresas que les genera la barrera arancelaria, de lo contrario pierden rentabilidad, lo que en consecuencia afecta con pérdidas laborales a quienes trabajan en la industria siderúrgica.

Trump justificó su decisión basándose en la protección a la seguridad nacional, considerando que en los últimos años Estados Unidos ha tenido que lidiar con un déficit comercial al importar más de lo que exporta, esto sumado al cierre de fábricas, la baja significativa del empleo, y la pérdida de participación de mercado, representa para el mandatario un menoscabo a los intereses económicos norteamericanos. En este sentido, la aplicación de estos aranceles permitirá potenciar la industria nacional y ponerle fin a la desfavorable balanza comercial. Frente a esto, la Unión Europea anunció la imposición de aranceles avaluados en cerca de 2.800 millones de euros, mientras que México presentará una denuncia ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) junto a la de otros países

El riesgo de un conflicto internacional de este tipo se instaló como uno de los principales temas a tratar en la cumbre del G7, instancia que reúne a los siete países más ricos del mundo y que se llevó a cabo en Canadá. Allí, Donald Trump mantuvo reuniones bilaterales con el presidente francés Emmanuel Macron, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, de las cuales sólo se obtuvieron vagas declaraciones sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo.  Por su parte, en la conferencia de prensa realizada este sábado, Donald Trump, fue tajante en señalar que las infructuosas relaciones comerciales entre algunos países y Estados Unidos se detendrán o que de lo contrario ya no se llevarán a cabo negociaciones con ellos. El tono de los dichos de Trump deja ver la adquisición de una política aislacionista frente a sus aliados históricos, dejando a Estados Unidos en una postura desfavorable ante otros posibles enfrentamientos con países como China.

Trump tuvo que retirarse de la cumbre antes de lo previsto para acudir a su próxima reunión con el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, sin embargo, tras darse a conocer el comunicado con las conclusiones del encuentro, en el último momento, el mandatario norteamericano decidió retirar su apoyo al compromiso pese haber llegado al consenso en su momento.

Ante una posible guerra arancelaria, la economía latinoamericana se ve obligada a buscar alternativas que le permitan sortear el conflicto económico tomando en cuenta que la base para el crecimiento de ésta se encuentra en la apertura comercial y en la dependencia del mercado extranjero. En esta línea, encontrar nuevos destinos para los productos latinoamericanos sería una opción viable que podría beneficiar las exportaciones en una primera etapa, sin embargo, el escenario al largo plazo gatillado por la primera potencia, acabaría por golpear a todos los países y conducir al desequilibrio económico.