¿Es el control de identidad a menores una medida efectiva para prevenir el delito?

Durante los últimos días la propuesta del gobierno de presentar un proyecto de ley que autorice el control de identidad a menores de entre 14 y 18 años se ha tomado el debate público, con cuestionamientos sobre la real utilidad de la medida, y denuncias de su aplicación ilegal durante el último año. Los académicos Hugo Frühling del Instituto de Asuntos Públicos (INAP), y María Isabel Salinas de la Facultad de Ciencias Sociales, descartaron la iniciativa y llamaron a enfocarse en la reforma a Carabineros y a generar una política de reinserción social como medidas más eficientes para combatir la delincuencia.

Que Carabineros pueda solicitar las cédulas de identidad y registrar las pertenencias de personas con edades que fluctúen entre los 14 y 18 años es el objetivo de un proyecto de ley propuesto por el gobierno, que busca entregar nuevas competencias a este cuerpo de seguridad para combatir las cifras de delitos cometidos por jóvenes.

La medida ha generado amplio debate en torno a su efectividad, en particular luego de que se diera a conocer que durante el último año se realizaron –a pesar de no estar contemplados en la ley- 70 mil controles de identidad a menores de edad, las que se tradujeron en la detención de sólo 1.686 personas con órdenes pendientes de detención.

Al respecto el profesor Hugo Frühling, director del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, explicó que si bien las cifras de delitos no han experimentado la baja esperada eso no sería por falta de controles de identidad, ya que habría más de 4 millones de este procedimiento en un año con resultados que calificó como “pobres”.

“La verdad esta es una discusión bastante inútil, y perder el tiempo reglamentando una serie de supuestas garantías no tiene mayor objeto».

A lo que agregó, «se está debatiendo entregarle nuevas atribuciones a la policía que podrían ser perfectamente inútiles viendo las cifras de sus resultados”, afirmó Frühling.

El académico aseguró que resulta fácil cambiar algunas palabras en el artículo relativo al control de identidad aprobado hace dos años, pero que el verdadero desafío radica en la implementación de reformas serias en materias claves a partir de políticas de largo plazo.

“Se requiere avanzar hacia una reforma de Carabineros que cambie la cultura organizativa interna y eso implica abogar por un conjunto de tareas con información que no existe sobre la mesa respecto a procesos de admisión y reclutamiento, procesos de formación, el funcionamiento de la dirección de Educación de Carabineros, sobre prácticas policiales, Derechos Humanos, la carrera profesional de manera que asciendan los más capaces, y el control interno a la mala conducta policial”, explicó el director del INAP.

El gobierno propone entregarle a Carabineros facultades para controlar la identidad y revisar las pertenencias de menores de entre 14 y 18 años para combatir las cifras de delincuencia.

Por su parte la académica de la Facultad de Ciencias Sociales María Isabel Salinas, especialista en psicología jurídica, cuestionó que la reducción de la edad para realizar controles de identidad tenga algún efecto en las cifras de reincidencia en la comisión de delitos por parte de jóvenes.

«Aquí lo que se está haciendo es pasar desde un constructo de reincidencia, que está asociado a variables específicas muy bien estudiadas que nada tienen que ver con el control de identidad, al de peligrosidad, que será definido como la indisciplina o lo que no puede ser normalizado, y eso es populismo absoluto. Se hace un uso político de la materia para introducir prácticas basadas en estrategias de monitoreo y control de la población», aseguró la profesora Salinas.

Al contrario, la psicóloga abogó por el diseño de una política nacional de reinserción social que aproveche la información, los modelos y datos existentes. «Lo que necesitamos es una política coherente que remita a una concepción del ser humano que parta desde la base de que las personas pueden cambiar, de que hay que generar cambios en los proyectos de vida. La reinserción social no se trata sólo de generar empleos, sino desarrollos integrales de los excluidos de la sociedad», remarcó.

Texto: Felipe Ramírez
Prensa-UChile