El «Acuerdo del Siglo» que amenaza el futuro de Palestina

Donald Trump ha sido categórico en cuanto a su posición sobre el conflicto entre palestinos e israelíes. Primero reconoció Jerusalén como la capital de Israel, y en agosto de 2018 anunció que retiraría la ayuda financiera destinada a los refugiados de palestina. Ahora vuelve a generar controversia con una propuesta que no ha dudado en llamar el «Acuerdo del Siglo«.

Foto: Mr. Kate

El gran Acuerdo del Siglo es como el gobierno de Donald Trump ha llamado a la propuesta elaborada por su yerno y asesor, Jared Kushner, que buscaría poner fin al histórico conflicto entre judíos y palestinos. La idea de Kushner es promover el crecimiento económico de la Franja de Gaza y otras zonas palestinas.

Según el informe dado a conocer a fines de junio, el proyecto consistiría principalmente en una inversión de 50 mil millones de dólares a lo largo de 10 años, con lo que se buscaría crear una infraestructura que pudiera mover la economía de Palestina. Esto, de acuerdo a Kushner, crearía más de un millón de trabajos -en Gaza hay más de un 50% de cesantía- y reduciría de forma drástica la pobreza entre la población árabe.

Ante comitivas internacionales, el yerno de Trump señaló  “Imagine un efervescente centro comercial y turístico en Gaza y en Cisjordania, donde converjan y prosperen negocios internacionales”. Con esas palabras, Kushner evidenció que a los ojos estadounidenses, la solución al problema entre palestinos e israelíes, es fundamentalmente económico, pasando por alto cualquier factor político.

De hecho, una de las mayores críticas a esta propuesta, es que aparentemente no contempla la creación de un Estado Palestino, sino que apunta solamente a fortalecer el rol de las autoridades palestinas, pero sin llegar a darles total autonomía.

Por otro lado, Kushner se refirió a la financiación de este proyecto como una responsabilidad de otros países árabes y de las iniciativas privadas, que supuestamente deberían verse beneficiadas producto de la inversión en la Franja. Sin embargo, no hay garantías de donde provendrían efectivamente los fondos, lo que hace suponer que Estados Unidos mantendría su política de negar los recursos que tenía comprometidos para la ayuda a los palestinos y que cesó en agosto del año pasado.

Pero más allá del dinero, el ex ministro de finanzas de Palestina, Mazen Sinokrot, ha señalado que antes que un problema financiero, se trata de un problema de ocupación, indicando que «El dinero no sustituye a la dignidad de nuestro pueblo ni a la legitimidad de nuestra causa».

Por otro lado, no es primera vez que se invierten grandes cantidades de dinero con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los palestinos. Ya en 1998, la Unión Europea financió un aeropuerto en la Franja de Gaza, que el 2001 fue destruido por Israel en medio de enfrentamientos armados.

Sin lugar a dudas, uno de los mayores temores que ha generado esta propuesta, es no tan solo que se trate de otro camino sin salida, sino que de concretarse, pudiera alejar la opción de un Estado palestino. Mientras han surgido críticas que consideran este proyecto como una especie de «coima», el político hebreo, Ami Ayalon, ha advertido que considera que este plan es más una amenaza para la paz, antes que cualquier cosa, ya que supone que la población palestina ve en la propuesta de Kushner un insulto a sus demandas, lo que obstaculizaría cualquier negociación y, eventualmente, podría incluso provocar un aumento en la tensión de la zona.