Editorial: La Esmeralda no es ni blanca ni pura, fue un centro de tortura

Escrito por el mayo 25, 2023

Por: Karina González

 

¿Encontraremos los pelos de la vergüenza

las escamas óseas de una verdad agrietada

la vértebra de nuestra historia?

 

¿Estará en algún lugar del territorio

la mano de la justicia o solo seremos pasto

y gente que escobilla sus trajes?

 

¿Algo de valientes plaquetas quedará

en la sangre fresca –algunas palabras-

o solo seremos pala de sepultureros?

 

Los niños corren en busca del Tesoro Escondido

de su Pasado.

¿Los detendremos?

Sí.

Los arrojaron al mar

Y no cayeron al mar

Cayeron sobre nosotros.

Restos, Elvira Hernández  (marzo del 2001)

 

Desfilen, marchen y sigan pisoteando al pueblo de Chile que en cada paso que dan y en cada grito militar, se abren las grietas de la memoria criminal de las Fuerzas Armadas de Chile. Nada habrá que glorificarle a la Armada en este día impuesto por el patriotismo y por el vivo legado de la sanguinaria dictadura de Pinochet en instituciones uniformadas que pretenden ser glorificadas, que pretenden que le hagamos patria, cuando esta misma sangre es la que han derramado sobre sus tan honoríficos uniformes.

Hagan los desfiles que quieran, porque en cada uno de ellos le haremos recordar porqué no merecen ningún honor ni ninguna gloria, porque nadie quien ponga su arma de servicio militar para el servicio de la masacre de su pueblo, lo merece. De un pueblo que hace 50 años solo tenía para defenderse piedras y palos, protestas y barricadas. Pero pasan los años y los uniformes se los siguen manchando con sangre del pueblo pobre, que se defiende con manos en la cabeza frente a sus calibres de poder. El recién pasado 21 de mayo, cuatro marinos de la Armada de Chile, para el día de la Glorias Navales, golpearon hasta la muerte a Milton Rodriguez, solicitante de refugio y en situación de discapacidad. Lo asesinaron.

Exigimos justicia y no más impunidad, no más asesinos perdonados y camuflados en las fuerzas armadas. 

Exigimos justicia hoy por Milton y por todos y todas los detenidos, torturados y desaparecidos en los centros de tortura y exterminio de la Armada. La Esmeralda está manchada con sangre. La institución ha mentido en forma metódica y sistemática: negó permanentemente el asesinato del sacerdote Miguel Woodward, detenido el 16 de septiembre de 1973 por efectivos de la Armada y que fue torturado en la Esmeralda. En cualquier país civilizado y respetuoso de los Derechos Humanos, este barco debería dejar de ser lo que es, porque la Esmeralda no es Ni blanca ni pura, fue un centro de tortura. 

Desfilen todo lo que quieran porque seguiremos luchando por dejar en la memoria viva que lo único importante para recordar en el día de las glorias navales es que las Fuerzas Armadas y de Orden ejercieron violencia contra el pueblo y están impunes. Que tienen una historia llena de oscuridades por su marcada tradición anti constitucionalista y por los centros de tortura que funcionaron en sus instalaciones.

Desfilen, marchen, desfilen, marchen, pero honor y gloria jamás a los asesinos del pueblo…

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