Economista Óscar Landerretche: “Las medidas proteccionistas de Trump se basan en supuestos poco realistas”

Escrito por el mayo 13, 2025

El expresidente de Codelco, Óscar Landerretche, analiza los efectos mixtos de la política arancelaria de Trump, señalando que la desaceleración global es el principal riesgo para Chile.

Óscar LanderretcheDesde la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, el economista Óscar Landerretche analiza el panorama económico global actual, centrándose en las repercusiones de la guerra comercial iniciada por Estados Unidos bajo el presidente Trump. Landerretche, expresidente de Codelco, examina en detalle cómo la imposición de aranceles afecta a Chile, destacando una dualidad de consecuencias. La entrevista, realizada en su despacho universitario, explora las limitadas opciones de negociación para el país y la desconexión de la visión proteccionista MAGA con la realidad del comercio internacional moderno.

-¿Cómo evaluaría el impacto inicial de los aranceles estadounidenses en la economía chilena?

Creo que hay dos efectos combinados que hacen que sea medio mixto. Por un lado, en la política arancelaria general de Trump, Chile salió bastante bien librado en esta primera ronda. El criterio aplicado —si es que se le puede llamar criterio— fue un arancel transversal de 10% a todas las importaciones, con impuestos adicionales a países con déficit comercial percibido o políticas proteccionistas. Chile no tiene esas políticas y solo recibió el 10%. En términos relativos, Chile es uno de los países que salió mejor librado lo que significa que algunos competidores, por ejemplo, en las áreas de agroalimentos, salmones, pesca y forestal enfrentan aranceles mayores en EE.UU. Incluso podríamos salir favorecidos. Pero hay un efecto no tan bueno: esta política arancelaria agresiva generará un frenazo en la economía global. Es probable que mercados importantes como Estados Unidos, China y Europa crezcan menos. Aunque nos veamos favorecidos relativamente, la desaceleración global nos afecta. Creo que en el neto el efecto termina siendo negativo.

Referente a estos efectos, ¿Cómo cree que debería adaptarse la economía chilena para lidiar con los aranceles a nivel nacional?

Creo que no hay mucho que podamos hacer en la economía. Desde la política comercial, debe tomarse desde el punto que ha insinuado Trump de que estos aranceles serían negociables. El problema para Chile es que hay poco que negociar, porque solo tenemos el arancel del 10%, y parece improbable que él vaya a negociarlo. Una motivación para Trump, además de proteger la industria gringa, es recaudar plata. EE.UU. tiene un déficit fiscal grande y creciente, y aunque pueda imprimir dólares, si lo hace como loco, se desvalorizará. Trump ha dicho que los aranceles financiarían rebajas tributarias internas. Por eso creo improbable que podamos sacarnos ese 10%.

¿Dónde hay un espacio de negociación de la política comercial chilena?

Hasta ahora quedaron fuera dos sectores: el cobre y la industria forestal. Son insumos muy importantes para el sector industrial estadounidense. Si EE.UU. quiere reindustrializarse – lo veo poco probable -, es mala política encarecer insumos industriales como la madera, que allá es un material de construcción muy usado, o el cobre que es importantísimo para la electrónica y los autos. Nuestra diplomacia debe tratar de evitar que coloquen impuestos a esos dos sectores. Ese sería el objetivo.

Una represalia china a los aranceles fue la prohibición de la exportación de tierras raras a Estados Unidos ¿Podría esto favorecer a Chile?

Podría ser que exportaciones chinas, debido al arancel, no compitan en EE.UU. e inunden el mundo, haciéndolos más baratos. Otro efecto favorable se da en sectores como el salmón, que le va muy bien en Estados Unidos mientras que a competidores como Noruega les colocaron impuestos más altos. Aunque nos encarecieron la entrada un 10%, el salmón europeo se volvió mucho más caro, haciendo el chileno más atractivo. Hay un efecto parecido con el vino, donde también competimos con Europa.

-Respecto de la posible recesión, ¿esta sería similar a la crisis subprime de 2009 y la gran depresión?

Estas fueron crisis financieras, con quiebras bancarias y colapso bursátil, lo cual no está ocurriendo ahora. Lo que sucede es que la política arancelaria genera lentitud económica, eso desvaloriza los activos de EE.UU. y frena su demanda, que corresponde a un tercio de la economía mundial. La pregunta es si puede escalar a una crisis financiera. La incertidumbre que genera Trump subiendo y bajando aranceles afecta las bolsas. Si sigue la caída de los activos, podría llevar a una crisis financiera.

No estamos ahí aún, pero la tendencia podría llevar a eso. Un colapso financiero en EE.UU. se transmitiría al resto del mundo, causando una contracción económica mucho mayor. Para Chile los efectos serían evidentes: menos demanda de productos y sequía de flujos de capital. Es un escenario que mucha gente teme y se está volviendo más probable. El escenario central actual es más bien recesivo con una economía global más lenta.

Muchos países que antes solían invertir en Estados Unidos están dividiendo sus inversiones ¿Cree que esto desembocará en un cambio de la moneda de reserva?

Ese es un efecto interesante, si se vuelven menos atractivos los activos de EE.UU, la gente saca su plata. Si el inversionista cree que este es un problema temporal de Trump, van a mover esa plata a otros mercados como Europa y países emergentes, lo que podría favorecer a Chile. El otro efecto mayor es si las acciones de Trump  generan una desvalorización fuerte del dólar. Mucha gente cree que lo está haciendo a propósito para que sus empresas ganen competitividad. Pero una devaluación masiva, una corrida contra el dólar, puede generar una crisis financiera.

Si la gente saca su plata de EE.UU y además no la mantiene en dólares por temor a la desvalorización, buscarán otras monedas. Los candidatos son el euro, el oro (que se ha valorizado mucho), el yen, la libra esterlina y el franco suizo. La gran pregunta es si el Renminbi chino (Yuan) es una alternativa, pero no está claro porque China no deja fluctuar mucho su moneda respecto al dólar. Les gustaría que fuera moneda reserva, pero no está claro que lo logren. Dicho esto, veo improbable que el dólar sea sustituido. La preeminencia económica y política de Estados Unidos es tan grande que incluso con estas irresponsabilidades veo improbable que realmente sea sustituido estructuralmente. 

¿Considera que la política que está implementando Donald Trump es racional, es decir, que detrás de los mandatos hay un plan coherente?

Normalmente los gobiernos son coaliciones de distintos grupos con coincidencias y contradicciones. No son unidades coherentes. En el caso de Trump, hay dos sectores influyentes en conflicto. Está el ala MAGA, que representa las clases medias blancas declinantes y el tradicional obrero gringo que culpa su empobrecimiento en la inmigración y la salida de industrias. Sus políticas proteccionistas, si bien yo creo que no resultarán, tienen su gica. El otro sector es el republicano clásico, representado por Elon Musk, partidario del libre comercio, impuestos bajos y desregulación. Hemos visto un conflicto abierto entre estos sectores y ha ganado MAGA.

Diría que sí tienen coherencia las políticas de Trump, en el sentido de que bajo ciertos supuestos son lógicas. El problema es que estas medidas proteccionistas se basan en supuestos poco realistas e irreales de cómo funciona el comercio global hoy. Por ejemplo, se centran en bienes, pero hoy en día el comercio de servicios, como Netflix, es igualmente importante. EE.UU tiene un déficit de bienes con Europa pero un superávit de servicios y la diferencia neta no es tan grande. Si Europa responde con aranceles a servicios, afectaría a gigantes como Amazon, que financiaron a Trump

¿Cree que los aranceles sean una anomalía en la política comercial, o que es parte de una tendencia cíclica?

No creo que sea clica. Desde la segunda guerra mundial la tendencia fue hacia el libre comercio y globalización. Tampoco la llamaría anomalía porque no es arbitrario. La declinación de clases medias en EE.UU es real: salario real más bajo que hace 30 años, expectativa de vida menor a la chilena, crisis de suicidio y drogadicción. Hay una economía donde universitarios pasan a la élite pero la clase trabajadora es vulnerable. Es una reacción esperable en un país que falló en hacerse cargo de esa población, sin políticas de desarrollo productivo inclusivas ni recapacitación. Para corregirlo, debe aparecer una solución al problema de fondo y no la veo ni en la izquierda ni en la derecha gringa. El Partido Demócrata parece querer quitarle discurso a Trump, adoptando posturas similares, reconociendo la necesidad de tomar protagonismo en la clase trabajadora. Aunque no creo que esto conduzca a ninguna parte. Falta una alternativa creíble para los votantes gringos.

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