Doctor Strange In The Multiverse of Madness: Creatividad en una franquicia decadente

Escrito por el noviembre 15, 2022

La nueva entrega de Doctor Strange es uno de los trabajos más inventivos del Universo Cinematográfico Marvel (MCU) en bastante tiempo. La pregunta es si eso es suficiente.

Por Rodolfo Figueroa

Benedict Cumberbatch, Benedict Wong y Xochitl Gomez en el set de Doctor Strange and The Multiverse of Madness.

Benedict Cumberbatch, Benedict Wong y Xochitl Gomez en el set de Doctor Strange and The Multiverse of Madness.

Se me hace difícil emocionarse por ver una nueva película del MCU, no porque sostenga algo en contra de las historias centradas en súper héroes. Sino porque poco a poco he ido perdiendo fe en la humanidad dispuesta dentro de esta franquicia.

Basta comparar la trilogía original de Spider Man (dirigida por Sam Raimi, responsable de esta nueva entrega) con la del MCU para llegar a tal realización. Mientras una era guiada por una fe enardecida en nuestro potencial como humanidad, la otra se refiere con desconfianza y cinismo a la ciudad que su héroe defiende. Mientras en una nuestro héroe recibía adolorido veinte dólares de su tía para pagar la renta, en la otra se encuentra defendiendo la propiedad de un multimillonario. Y mientras en la primera éste paga con su vida personal los costos de su responsabilidad social, en la última éste se pregunta cómo lidiar con la responsabilidad de tener un ejército de drones a su disposición. Una es la historia de un héroe formado desde humildes orígenes, la otra es la historia de un hombre excepcional ejecutando violencia aceptable.

Mis problemas con el MCU se extienden más allá de ello. Tanto su corrupto ethos sobre el privilegio de la violencia, como su sanitación del colorido y radical material original. La homogeneización de las historias, personajes y visuales a favor de un mundo más “coherente”. Además de su ensordecedor sarcasmo y obsesión por el concepto de «canon». El MCU ha demostrado vez tras vez estar avergonzado de los mejores aspectos de los cómics que adaptan, mientras asumen los peores pecados de su industria.

La visión detrás de cámaras

Sam Raimi es probablemente lo más cercano que el MCU tiene a un autor entre sus filas. A él se le otorgó la tarea de adaptar la siguiente entrega en el MCU: Una secuela directa no solo de Doctor Strange (2016), sino además de Wandavision (2021). Si bien el guión adaptado es… deficiente, al padecer problemas de estructura, un pésimo manejo de la exposición, además de la típica falta de tensión propia de las historias que colocan al mundo en riesgo. Doctor Strange destaca, de todas formas, gracias a la dirección de Raimi, quien enriquece la película desde su experiencia como director de horror.

Raimi es reconocido como un maestro del exceso controlado. Él utiliza su experticia tanto en escenas de suspenso como de acción, para resultados tanto cómicos como horríficos. Sean posesiones, desfiguramientos, cuerpos ambulantes y más, la cámara pareciera tener diversión presentándonos este horror. Y es que si bien la película no solo es PG-13 en el año 2022, década de un cine hollywoodense sanitizado de todo morbo y sexualidad. Sino también lo es del MCU, una franquicia en que los golpes y heridas parecieran ser de goma. Raimi logra de todas formas escabullir sus rastros de sangre donde más importa. Cabe preguntarnos, sin embargo, si hubiesen sido más efectivas ciertas escenas de haber reemplazado varios de los efectos computarizados por unos prácticos, materiales.

Es bienvenido que esta película se sienta auto conclusiva dada la comparación con otros proyectos MCU. No existe para ser continuada en un proyecto futuro, ni la necesidad de plantear uno se antecede a la historia y personajes.

Resulta triste, entonces, que la historia solo dé para tanto. Pues diría que los personajes existen menos en relación el uno con el otro que con piezas de exposición que disertan de memoria. Se habla de una amistad entre América Chávez (Xochitl Gomez) y Stephen Strange (Benedict Cumberbatch), pero aunque comparten mucho tiempo en pantalla, su relación no se desarrolla más allá de un mero intercambio de trasfondos cuya resolución no falla en revelar lo mecánica que es. Rachel McAdams y Benedict Cumberbatch, si bien melancólicos por lo que podría haber sido su relación, jamás tienen suficiente química como para que podamos compartir su anhelo como audiencia. Y Wong (Benedict Wong), por maravilloso que sea, simplemente… existía.

La estrella de Doctor Strange

Al único personaje que se le concede respirar fuera del alcance de diálogos expositivos y acción obligatoria es a Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen). La historia de The Scarlet Witch en los cómics está plagada por clichés de “la mujer enloquecida por sus pasiones” y “peligrosa por su poder”. Y si bien esta película no sale precisamente de ese molde, sí nos permite colocarnos en la perspectiva de Wanda. Empatizamos con ella incluso cuando hayamos sus acciones reprochables.

Elizabeth Olsen es la estrella de este film, y es que ella no tenía una labor fácil a realizar. No sólo tenía que presentar una performance que fuese coherente como una continuación de sus previas apariciones, con el particular desafío de que este guión erradica su arco personal en Wandavision. Sino que además tiene que interpretar a su personaje desde dos personas distintas (sin mencionar su versión de otro universo): The Scarlet Witch, una mujer enfrascada en su misión personal motivada por pasiones de grandilocuente expresión y horrífico movimiento. Y Wanda Maximoff, una mujer en luto tras haber sacrificado vez tras vez las personas que ama por el bien común. Si esta película tiene corazón, se lo debe a Olsen.

Doctor Strange in The Multiverse of Madness (2022) es una película disfrutable, pero sin mucho que decir. Tal y como su predecesora, existe un arco que fácilmente podría haberse condensado a unos veinte minutos y resultar mucho más provocador. Es, sin duda alguna, una placentera sorpresa gracias a la dirección de Raimi. Pero si esto es lo mejor que el MCU puede ofrecer… mejor no esperar más de ellos.

Doctor Strange in The Multiverse of Madness (2022) está disponible en Formato Físico, VOD y Disney Plus en estos momentos.

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